El presidente argentino le declaró la guerra a la AFA y logró que los clubes puedan optar en convertirse en Sociedades Anónimas con la inversión de entes privados. Además, echó a un funcionario que cuestionó a la Selección Argentina.
En un nuevo frente de batalla, el gobierno de Javier Milei consiguió la desregulación que permite a los clubes del fútbol argentino “transformarse” y/o funcionar como Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), fomentando así la inversión de entes privados. Desde que se incluyó en el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, que estableció algunas de las bases de la nueva gestión, la medida fue resistida especialmente por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), comandada por Claudio “Chiqui” Tapia, en un universo de instituciones deportivas que operaron históricamente con el esquema de socios, sin fines de lucro.
Originalmente un plan que le quedó trunco al expresidente Mauricio Macri (2015-2019), el timing de la puesta en práctica no es el azar. Horas antes de la final entre Argentina y Colombia por la Copa América, el presidente trasandino publicó en X una imagen de los jugadores titulares de la selección argentina junto al texto: “Si AFA se opone a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), ¿por qué motivo permite que el plantel titular provenga de estas sociedades? ¿Acaso será que los resultados son importantes y las SADs tienen a los mejores? No más socialismo pobrista en el fútbol”.
El gobierno no tardó en mover las fichas apenas 48 horas después del bicampeonato de la Albiceleste. La Inspección General de Justicia (IGJ) emitió la resolución N° 15/2024 para habilitar que “debe aceptarse la participación de las asociaciones civiles y fundaciones como accionistas en sociedades anónimas y la transformación de las asociaciones civiles en sociedades anónimas; así como simplificarse la inscripción de entidades de bien común constituidas en el extranjero para el desarrollo de su actividad en la República Argentina”.
En concreto, modificó dos artículos de la Ley del Deporte N° 19.550, que venían del decreto presidencial de diciembre pasado, y dispuso que entrarán finalmente en vigencia el 1 de noviembre de 2024, con el propósito de que las instituciones deportivas actualicen sus estatutos.
El ministro de Justicia y asesor legal de Racing Club de Avellaneda, Mariano Cúneo Libarona, sostuvo que el ingreso de las SAD busca “simplificar y eliminar trabas mal impuestas a los argentinos de bien y facilitarles los procesos burocráticos para fomentar la inversión”. Ante los cuestionamientos por una presunta imposición del Estado, “la idea es respetar la voluntad de las partes, sin inmiscuirse en decisiones que son puramente de tipo sociales”.
Según Clarín, en la administración de Milei estiman que hay 11 empresas interesadas en traer activos y que podrían ingresar entre 2.500 y 3.000 millones de dólares en inversiones si las SAD se hacen realidad, tal como ocurre en Chile (desde 2006 en más de 40 clubes de fútbol), Colombia, Brasil, Perú y gran parte de Europa, aunque no en todos los países con las mismas características. Por ejemplo, desde 1998, la Federación Alemana de Fútbol permite a los clubes convertirse en sociedades anónimas, pero exige el sistema “50+1”, es decir, que el club posea al menos el 50% más una acción adicional de la compañía, asegurando a los socios la mayoría de los derechos de voto.
Curiosamente, Cúneo Libarona cometió un error al celebrar la medida. En conferencia de prensa, puso como ejemplos a gigantes de Europa como el Real Madrid y Barcelona, que son de los socios, y al Bayern Múnich, club del que apenas el 25% de las acciones están en manos de privados (Adidas, Audi y Allianz). Sólo acertó con el Paris Saint-Germain, que es propiedad absoluta de Qatar Investment Authority.
Como integrante de la Comisión Directiva, el ministro de Justicia redactó el estatuto de Racing, que en su artículo 3° se define como asociación civil y prohíbe la figura de la SAD. Entonces, aclaró que los grandes argentinos no necesitan ese modelo, a diferencia de la mayoría con sus ingresos en rojo y pérdida de socios: “Entre las bondades del nuevo sistema que propone el presidente Milei, primero está la libertad, que los asociados elijan. No todos los clubes lo necesitan. Clubes importantes, Boca y River, que tienen ingresos considerables, Racing que está bien administrado… Pero todo el resto lo necesita. Es imprescindible, porque no le da la economía y va a implicar un gran mejoramiento”.
El debate está instalado en la sociedad argentina. Algunos hinchas no dudan en expresar en redes sociales su incertidumbre al “dejar de ser dueños” del club de sus amores, lo que llevaría a un eventual descuido de las inferiores o la razón social en los barrios, pero otros -por lo bajo- ven con buenos ojos las inversiones en cuanto a infraestructura.
El antecedente más conocido se remonta a la temporada 1993-94, en la época de Carlos Menem, “el mejor presidente de los últimos 40 años”, como dijo Milei al homenajearlo con un busto en Casa Rosada. Argentinos Juniors, originario del barrio de La Paternal (Ciudad de Buenos Aires), se mudó a Mendoza cuando la empresa Torneos y Competencias -que maneja la transmisión del fútbol argentino- ofreció hacerse cargo de las dificultades económicas. Tanto los resultados deportivos como las incorporaciones fueron mediocres.
Dirigentes de peso, como el presidente de Boca, Juan Román Riquelme, manifestaron su rechazo al modelo de las SAD, ya que “por encima del escudo y los colores están los hinchas, que son sagrados”, según declaró en una entrevista televisiva a C5N.
En tanto que “Chiqui” Tapia, el mandamás del fútbol enfrentado también a Milei, defiende la prohibición de las SAD que la AFA mantiene en su Estatuto Social, por lo que acudió a la Justicia, a través de la Liga de Salto, para desacreditar los artículos 335 y 345 del famoso DNU 70/2023.
Hasta supo reunir a los representantes de las instituciones en una Asamblea Ordinaria y sentar una postura unánime contra la incorporación de las SAD. La votación contra la “privatización” terminó 45 votos a 0, con la mera ausencia de Talleres de Córdoba. Andrés Fassi, presidente de este club, tuvo el impulso del mexicano Grupo Pachuca. Y hay otros equipos que apuestan por el gerenciamiento.
Hoy, cuando se consulta a quienes frecuentan la sede de la AFA, evitan dar su opinión por tratarse de un “tema muy sensible”. Algunos dirigentes están de acuerdo, pero no lo expresan en público, atentos a la pasión amateur y la cultura que caracteriza al fútbol argentino.
Milei, el defensor de Messi en el escándalo “racista”
Mientras tanto, el presidente Milei aprovechó la agenda futbolera a su favor. Tras la obtención de la reciente Copa América, invitó a los campeones de la Selección Argentina a ocupar el balcón de la Casa Rosada y festejar frente al pueblo; un ofrecimiento que ya le rechazaron al peronista Alberto Fernández después del Mundial de Qatar 2022.
El escándalo de los supuestos cánticos racistas y xenofóbicos contra Francia también le rindió al jefe de Estado. En medio del escándalo por el video del mediocampista Enzo Fernández y sus posteriores disculpas, Milei salió a respaldar con fuerza a Lionel Messi, capitán del seleccionado, después de que el subsecretario de Deportes, Julio Garro, le pidiera al crack rosarino que, a modo ejemplificador, pidiera perdón por el episodio. Fue tal el descontento que, a las pocas horas, Milei lo expulsó del gabinete.
“Ningún gobierno puede decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección Argentina Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún otro ciudadano”, anunció contundente la Oficina del Presidente.
Garro, que en su cuenta de X negó los dichos de su boca expuestos en la radio Urbana Play, hizo un derrotado agradecimiento: “Les envío mis deseos de éxito al Gobierno en este camino de transformación y a todos los deportistas olímpicos y paralímpicos que nos van a representar como atletas ante el mundo en París 2024”. Parece que con Messi (y Milei) no se jode.