VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Racing Club, uno de los clubes más importantes de Argentina, fue víctima de una supuesta maldición que duró 35 años. Tras ganar la Copa Libertadores en 1967, el equipo se enfrentó al Celtic en la Copa Intercontinental y logró la victoria en la Batalla de Montevideo. Sin embargo, una leyenda urbana cuenta que hinchas de Independiente enterraron siete gatos muertos en su campo, invocando 50 años de mala suerte. Desde ese momento, Racing experimentó una serie de malos resultados, incluyendo un descenso a la Primera B en 1983. Después de intentos desesperados, como buscar los gatos enterrados y realizar un exorcismo en el estadio, en 2001 Racing finalmente rompió la maldición al ganar la liga argentina, poniendo fin a décadas de adversidad.

Desarrollado por BioBioChile

Las supersticiones, maldiciones y hechizos son fenómenos intrínsecos al ser humano. En la búsqueda constante de explicaciones para lo inexplicable, se ha recurrido a estas creencias a lo largo de la historia.

El deporte no es una excepción; está lleno de historias paranormales que sirven para justificar errores o malas actuaciones. En el fútbol, estas prácticas son comunes. Si un equipo pierde una final, es porque alguien tocó la copa antes del partido, se dice.

El Benfica, por ejemplo, no ha ganado más Copas de Europa porque Béla Guttmann lanzó una maldición. “Sin mí, el Benfica no ganará un título europeo en 100 años”, aseguró en 1962. Desde ahí, los portugueses cayeron en todas las finales internacionales que jugaron.

Otro ejemplo: Australia estuvo 32 años sin jugar un Mundial debido a una supuesta deuda con un hechicero de Mozambique.

Un club histórico bajo una maldición

Racing Club, uno de los clubes más importantes de Argentina, nombrado como uno de los cinco grandes del balompié trasandino, fue víctima de una de estas historias durante 35 años.

Conocido por sus colores albicelestes y sus múltiples disciplinas deportivas, Racing es un símbolo en el fútbol argentino. Su estadio, el Presidente Perón, conocido popularmente como El Cilindro, fue testigo de una supuesta maldición que comenzó en 1967.

Plantel de Racing 1967 | Diario Depor

Racing, tras ganar la Copa Libertadores, se preparaba para enfrentar al Celtic en la Copa Intercontinental. Después de dos partidos intensos, el título se decidió en la llamada Batalla de Montevideo, donde Racing se impuso por 1-0, convirtiéndose en el primer equipo argentino en ganar este prestigioso trofeo.

7 gatos y más de tres décadas de maldición

A pesar de la alegría en Avellaneda, la historia cuenta que los hinchas del Club Atlético Independiente, el eterno rival de Racing, no podían soportar su éxito. En un acto desesperado, un grupo de aficionados de Independiente habría llevado a cabo un ritual propio de hechiceros.

Según la leyenda urbana que se comenzó a contar en Avellaneda, una noche, acompañados de una bruja y siete gatos muertos, los simpatizantes del “Rojo”, habrían entrado sigilosamente al campo de Racing y enterraron a los felinos en el césped, invocando 50 años de mala suerte para sus vecinos.

Al principio, los hinchas de Racing no dieron importancia a la historia. Sin embargo, la mala racha comenzó casi de inmediato. En esa misma temporada, Racing perdió la liga en la última jornada tras ser goleado, precisamente por Independiente.

Al año siguiente, terminaron terceros, y en 1969, bajaron al octavo puesto. La decadencia continuó, y el equipo que había ganado la Copa Intercontinental no pudo volver a los primeros lugares.

Racing descendió a la serie B del fútbol argentino por primera y una vez en 1983 | El Gráfico de Argentina

Desesperación y exorcismo

La historia de los siete gatos se convirtió en un tema recurrente. En 1983, Racing descendió a Primera B tras perder, nuevamente contra Independiente, el clásico rival, en la última jornada. La maldición parecía real y tangible.

El club decidió actuar, y el técnico Juan Carlos ‘Toto’ Lorenzo ordenó levantar el césped en busca de los gatos. Se dice que encontraron solo seis, lo que dejó la “maldición activa”.

Así, las mágicas soluciones proliferaron. Se habló de que un hechicero habría sugerido enterrar sapos para contrarrestar la maldición, pero desde ahí, las situación no solo no mejoró, sino que empeoró.

En 1998, en un último intento desesperado, Racing organizó una misa de exorcismo en el estadio. Luego de una masiva procesión por la ciudad, que incluyó a miles de hinchas, un sacerdote roció agua bendita por todo el campo, renovando las esperanzas de los hinchas.

Cuando parecía que la maldición no acabaría más, en 2001 Racing volvió a ganar la liga argetina después de 35 años de sequía. La maldición parecía haber sido finalmente rota.

De dicho campeonato, queda el recuerdo de Reinaldo Carlos Merlo, el Mostaza, quien con el correr de los partidos y los triunfos de sus dirigidos, siempre mantuvo la calma. “Paso a paso”, solía decir.