Tras una inolvidable e inigualable carrera en el Chelsea de la Premier League, Didier Drogba, el legendario exfutbolista marfileño, es conocido en todo el mundo por su impecable carrera en los terrenos de juego. Sin embargo, no muchos saben que su legado va mucho más allá de sus goles y títulos.
A lo largo de los años, el exdelantero ha demostrado ser un verdadero líder tanto dentro como fuera de la cancha, dedicando su tiempo y recursos a causas benéficas y a la mejora de la sociedad en África. Y no sólo eso, sino que también será recordado por siempre como el gran detonante para ponerle fin a una guerra interna en su país. Una figura que es sinónimo de unión en Costa de Marfil.
El día que ayudó a detener una guerra civil
Este acontecimiento se remonta al 19 de septiembre de 2002, cuando Costa de Marfil se sumió en un conflicto civil que enfrentó al gobierno de Laurent Gbagbo con rebeldes y facciones armadas. La guerra interna estalló tras un intento de golpe de estado fallido y pronto se convirtió en una lucha por el poder en el país. La violencia y los enfrentamientos se extendieron por todo el territorio, causando miles de muertos y desplazados durante los siguientes años.
La nación africana se encontraba fuertemente dividida y así se mantuvo hasta finales de 2005, luego de la irrupción de la ‘Generación Dorada’ del combinado marfileño de fútbol, liderada por los hermanos Touré, Didier Zokora, Emmanuel Eboué y, por supuesto, Didier Drogba.
Pero, ¿qué tiene que ver la Selección de Costa de Marfil con el fin del conflicto? Sin duda, cumplió un rol clave.
El 8 de octubre de 2005 y luego de una brillante participación en las Clasificatorias para el Mundial de Alemania 2006, los ‘Elefantes’ debieron definir los boletos en el último encuentro frente a Sudán, mientras esperaban un resultado favorable en el duelo entre Camerún y Egipto.
Tras una cómoda victoria de los marfileños, su afición se encontraba expectante escuchando por radio cómo el delantero camerunés Pierre Womé fallaba un penal en el último minuto y sellaba el empate 1-1 entre ambos conjuntos. La euforia era total. Costa de Marfil clasificaba a una Copa del Mundo por primera vez en su historia de la mano de un Drogba que, en medio de las celebraciones, trasladó su espíritu rebelde más allá del terreno de juego.
De manera planeada junto a los demás seleccionados, pero para sorpresa de los periodistas y televidentes, el ’11’ se dirigió a los micrófonos y levantó su voz en favor de la paz y la reconciliación de su país. Con valentía y liderazgo, el artillero envió un mensaje contundente a sus compatriotas, instando a dejar las armas atrás y unirse en pro de un futuro próspero.
Un llamado a la unidad y a la celebración de elecciones libres como camino hacia la estabilidad que tanto anhelaba su nación, que inundada de emoción por el histórico logro deportivo, decidió ‘despertar’ de una larga pesadilla de tres años.
“Hombres y mujeres de Costa de Marfil. Desde el norte, el sur, el centro y el oeste, hemos demostrado que todos los marfileños pueden convivir juntos con un objetivo común: clasificarse para el Mundial. Les prometemos que las celebraciones unirán al pueblo y les pedimos de rodillas; ‘por favor, dejad las armas y celebrad elecciones"”, proclamó Drogba. Los jugadores se levantaron y pidieron de frente a las cámaras con un cántico: “Queremos divertirnos, así que dejad de disparar vuestras armas”.
El heroísmo del atacante marfileño para unir a su país no quedó sólo en aquellas palabras, sino que en 2006, y tras ser premiado como el ‘Mejor Futbolista Africano’ por la FIFA, decidió dar un paso al frente y viajar a la convulsa ciudad de Bouaké, epicentro de la lucha entre el Gobierno y los rebeldes. Allí, solicitó que su selección nacional juegue un crucial partido contra Madagascar en ese mismo territorio, marcando un hito simbólico en su lucha por la unidad y la reconciliación.
Pero fue el 3 de noviembre de 2007 cuando Drogba logró un hito verdaderamente extraordinario. Durante dicho partido, logró que autoridades gubernamentales y líderes de oposición se unieran en un emotivo acto para cantar juntos el himno nacional de Costa de Marfil. En medio del conflicto armado, este gesto se convirtió en un símbolo de esperanza y unidad para todo el país, demostrando una vez más que el fútbol puede ser mucho más que un simple juego.
Semanas después, ambas partes acercaron posiciones, se sentaron a negociar y firmaron el alto al fuego.
Su ardua labor humanitaria: donaciones, fundaciones y construcción de hospitales
El compromiso de Drogba por las causas sociales aumentó tras este episodio y, en 2007, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacó su generosidad y reconoció su labor social en todo el mundo tras nombrarlo ‘Embajador de Buena Voluntad’, poniéndolo por delante de otros solidarios personajes.
Y es que la ONU no sólo valoró sus obras caritativas y su poder para crear conciencia social alrededor del planeta sobre las problemáticas que se viven en África, sino que también su gran manejo de las finanzas para costear y mantener los distintos trabajos de su fundación, la cual lleva su nombre. Un trabajo silencioso pero efectivo, utilizando su influencia para mejor la calidad de vida de los más necesitados en su continente natal.
La ‘Fundación Didier Drogba’ nació con un objetivo claro; mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos en Costa de Marfil, a través de diferentes programas en áreas de educación, salud y desarrollo comunitario, logrando importantes avances en la reducción de la pobreza y la promoción de la educación en el país.
Además, el exfutbolista ha realizado significativas donaciones para la adquisición de equipos médicos e insumos necesarios para combatir la propagación de enfermedades en el país, como también en épocas de desastres naturales. Su compromiso con la salud y el bienestar de su pueblo ha sido elogiado por autoridades locales y organizaciones internacionales, que han destacado su generosidad y dedicación en tiempos de crisis.
A través de su organización, concretó su gran sueño de joven; la construcción de un hospital en su ciudad natal, Abiyán, como también de escuelas, donando una gran parte de lo que recibía por conceptos de patrocinio con Pepsi y también parte de su sueldo cuando jugaba en el Chelsea.
Durante la pandemia del Covid-19, el exdelantero marfileño demostró una vez más su compromiso con la comunidad y destinó importantes donaciones para la construcción de hospitales y la adquisición de equipos médicos. Con su fundación, emprendieron acciones concretas para hacer frente a la emergencia sanitaria. Una de las principales iniciativas fue el levantamiento de dos centros médicos en zonas de difícil acceso para ampliar la capacidad de atención y ofrecer servicios de calidad en los lugares más vulnerables.
Una figura que trasciende más allá del fútbol y que es visto como un ‘héroe’ en su país y en todo el continente africano. Colegios y hospitales llevan su nombre, dejando una huella en el mundo difícil de borrar.
Efecto Drogba: el antes y el después del Chelsea y la Selección de Costa de Marfil
Desde su llegada al Chelsea en 2004, Didier Drogba se convirtió en una leyenda viviente del fútbol inglés y africano. Con su físico imponente, su trabajada técnica y su apetito goleador, el exdelantero marfileño conquistó los corazones de los aficionados ‘blues’ y dejó una huella imborrable en la historia del elenco londinense.
Durante sus dos etapas en Stamford Bridge (2004-2012 y 2014-2015), Drogba disputó un total de 381 partidos y anotó 164 goles, convirtiéndose en el cuarto máximo goleador de la historia del club. Pero más allá de las estadísticas, fue su capacidad para aparecer en los momentos decisivos lo que lo convirtió en un ídolo para los hinchas. Sus goles en finales de la FA Cup, la Copa de la Liga y, sobre todo, la Champions League en 2012, le valieron el reconocimiento como uno de los mejores delanteros de su generación.
Pero el legado del exatacante no se limita al Chelsea. En su selección nacional, Costa de Marfil, fue el máximo goleador de todos los tiempos, con 65 goles en 104 partidos. Llevó a los ‘Elefantes’ a participar, de manera histórica, en tres Copas del Mundo y cinco Copas de África, siendo subcampeón en dos ediciones (2006 y 2012). Su liderazgo dentro y fuera del campo lo convirtió en un referente para toda una generación de futbolistas africanos.
A lo largo de su carrera, Drogba acumuló un impresionante palmarés, que incluye cuatro títulos de la Premier League, cuatro FA Cups, tres Copas de la Liga y una Champions League con el Chelsea, así como dos premios al ‘Mejor Jugador Africano del Año’. Una verdadera leyenda que también marcó el primer gol de su país en un Mundial, en 2006 frente a Argentina.
A pesar de su retirada en 2018, el ícono marfileño sigue siendo recordado con cariño y admiración por los aficionados de todo el mundo. Ni el Chelsea ni la Selección de Costa de Marfil pueden obviarlo en sus libros de historia. Su legado en el fútbol es tan grande como su corazón y su impacto trasciende las fronteras del deporte.