El italiano-argentino Pablo Daniel Osvaldo supo construir una tremenda carrera en el fútbol tras sus destacados pasos por Juventus, Inter y Roma. En 2016, el exdelantero decidió jugar en el ‘equipo de sus amores’, Boca Juniors, pero sin mayor éxito. Y es que, además de jugar poco, el entrenador de ese entonces, Guillermo Barros Schelotto, decidió echarlo después de pillarlo fumando en el vestuario.
Luego de su retiro, las noticias giraron en torno a su amor por la música, a sus actitudes de ‘rockstar’ y los escándalos mediáticos por peleas con sus exparejas. Sin embargo, este jueves, el propio protagonista decidió revelar sus sentimientos a través de Instagram.
En un video de casi diez minutos, Osvaldo realizó una angustiante confesión y lanzó un dramático pedido de ayuda con la voz quebrada: “Estoy bastante desesperado y no la estoy pasando bien para nada. Quiero contarles algunas cosas de mi vida. Hace mucho tiempo que lidio con una depresión muy grande que me hizo caer en algunas adicciones, alcohol y drogas“.
“En este momento, mi vida se me está yendo de las manos y quería compartirlo con ustedes. Estoy en tratamiento psiquiátrico y tomando medicamentos. Tengo una enfermedad muy específica, falta de autoestima, depresión. Muchas veces vuelvo a caer en las adicciones por enojo y autodestrucción, y eso destruye a los que están a mi alrededor”, agregó.
En la misma línea, continuó: “Vivo solo en mi casa, encerrado. No hago nada productivo por mi vida. No me dan ganas a veces ni de levantarme de la cama. No me dan ganas ni de bañarme a veces… He caído en adicciones muy feas que sólo llevan a que mi depresión sea cada vez más grande. Eso me hizo alejarme de gente que me quiso mucho y me quiere mucho, que yo también quise y quiero mucho. Me hace no tener ganas de ver a mi familia y de compartir cosas con mis hijos”.
Luego, el campeón del mundo con Italia aclaró que no quiere victimizarse, “sino que entiendan que el enojo que tengo con el mundo y con mucha gente tienen que ver conmigo, con mi enfermedad, con mi falta de autoestima, con mis malas decisiones”.
Sobre su presente contó: “No tengo un trabajo estable, me gasté prácticamente todos mis ahorros porque como no tengo ingresos, la plata no dura para siempre. Pero eso es lo de menos porque nunca me interesó el dinero. Yo nací pobre y puedo morir pobre, eso no me importa. Lo que más me duele es que me estoy empobreciendo en el alma y yo siempre fui buen amigo, buen compañero, quise ser buen padre aunque muchas veces no me salió”.