El Bayern Múnich venció este martes por un claro 3-0 a Lazio, con dos goles de Harry Kane y otro de Thomas Müller, y accedió a los cuartos de final de Champions imponiendo su pegada ofensiva para remontar el 1-0 que tenía desfavorable del partido de ida en Roma.
De cara a la vuelta, el Allianz Arena se engalanó y vio recompensado su empuje con los primeros arreones del encuentro. Un remate de Jamal Musiala en el minuto 8 dentro del área, bien tapado por la zaga de la Lazio, fue el primer aviso. Algo más tarde probó fortuna Leroy Sané desde lejos, pero otro defensor atento bloqueó su disparo.
Nuevamente Musiala lo intentó al cuarto de hora, esta vez con un potente tiro desde la frontal del área y que obligó al guardameta Ivan Provedel a atajar el balón. El joven ’42’ del Bayern canalizaba casi todos los ataques, y en uno de ellos estuvo cerca de marcar Raphael Guerreiro con un zurdazo raso en una pelota suelta por el área rival.
Aunque la sensación de peligro local era palpable, la Lazio asustó al estadio muniqués cuando corría el 37′. Mattia Zaccagni centró al área a pie cambiado desde la banda izquierda, Matthijs de Ligt peinó el esférico y, libre de marcaje a su espalda, Ciro Immobile cabeceó junto al poste derecho mientras el portero Manuel Neuer hacía la estatua.
De modo paradójico, eso sirvió como preludio del 1-0. Asomado al balcón del área, Musiala centró en largo y Müller cedió la pelota hacia atrás de cabeza; Guerreiro remató en semifallo y entonces apareció Kane, como gran cazagoles que es, para adelantarse al central visitante Adam Marusic y empujar el balón a la red con un testarazo.
Los pupilos de Maurizio Sarri acusaron el golpe, no inquietaron el arco de Neuer antes del descanso y además encajaron el 2-0 en un córner durante el tiempo de prolongación.
Guerreiro sacó al segundo palo, De Ligt empaló con la diestra y Müller desvió de cabeza ese tiro, mientras que los zagueros ‘laziali’ pedían un fuera de juego que nunca existió.
Un equipo sin poder de fuego
La eliminatoria parecía sentenciada, a pesar de que el equipo romano estaba a un solo gol de forzar la prórroga.
Pero nada le salía bien en ataque y, para colmo, su defensa mostró tanta pasividad que en el 66′ se fraguó el 3-0. Sané domó la pelota, avanzó hasta el pico derecho del área, se perfiló hacia el lado opuesto y enganchó un fuerte zurdazo.
Provedel repelió ese balón, que llevaba veneno, pero Kane volvió a hacer gala de sus dotes para la colocación en distancias cortas. El ariete inglés acomodó su cuerpo y marcó el rechace a puerta vacía con la zurda.
Más allá de eso, el duelo se calmó e incluso Tuchel dio descanso a los hombres clave de su plantilla. Solventado este cruce de octavos en la Champions League, y a la espera de conocer a su siguiente rival, el Bayern se centrará en intentar la gesta de remontar los 10 puntos que lo separan en la Bundesliga del líder Bayer Leverkusen.