Mientras en cancha no hay respuesta, la situación extradeportiva del Manchester United tampoco parece mostrar luces de mejoría, tanto así, que radicales medidas buscarían frenar la agudizada crisis del club.
Sin ganar una Premier League desde 2013 y a la sombra de su clásico rival, Manchester City, la nueva administración de los ‘Red Devils’ tendría un radical plan entre manos: demoler su mítico estadio, Old Trafford.
Y es que tras múltiples denuncias de malas condiciones en instalaciones, higiene y comida por parte de sus propios hinchas, el nuevo controlador del club, Jim Ratcliffe, habría inyectado una gran cantidad de 300 millones de libras para llevar a cabo su proyecto en el histórico estadio.
“La nueva construcción puede resultar ser la solución más rentable. El desembolso inicial es obviamente el más alto de las opciones, pero hay mucho terreno disponible para desarrollar allí”, explicó a Daily Telegraph el director de la empresa arquitectónica Populous, Chris Lee.
A su vez, el propio Lee explica que otra solución sería utilizar viejos cimientos del recinto para lograr una infraestructura más vanguardista. Sin embargo, el encargado de la construcción del remodelado Tottenham Stadium fue tajante respecto a su preferencia: un estadio completamente nuevo.
“El edificio está llegando al final de su vida natural: el cableado, el suministro eléctrico, todo se acerca a su fecha de caducidad. Y los interiores son muy estrechos. Yo diría que la actualización es crucial para mantener la posición del club“, sentenció.