La Audiencia de Barcelona confirmó que juzgará los días 5, 6 y 7 de febrero de 2024 al futbolista Dani Alves, para quien la Fiscalía pide nueve años de cárcel por violar presuntamente a una joven en una discoteca de la capital catalana en diciembre de 2022.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona ha comunicado este miércoles las fechas señaladas para el juicio al jugador brasileño, que permanece en prisión preventiva desde que fue detenido el pasado mes de enero.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el exjugador del FC Barcelona, pena que la acusación particular ejercida por la víctima eleva a doce, el máximo previsto en la ley por el delito de agresión sexual.
Por su parte, la defensa del futbolista solicita su absolución al concluir que las relaciones sexuales que mantuvo con la denunciante en un baño de la discoteca Sutton fueron consentidas, aunque mantiene que los 150.000 euros que el acusado ha pagado -impuestos por la jueza como fianza en su procesamiento- abren la puerta a una atenuante de reparación del daño en caso de condena.
Aunque las posiciones de acusaciones y defensa se antojan de momento alejadas, no es descartable un pacto ‘in extremis’ a las puertas del juicio que reduzca la condena al internacional brasileño, a cambio de que reconozca la violación e indemnice a la víctima.
Acusaciones y defensas, de hecho, mantuvieron conversaciones hace meses para explorar la posibilidad de un acuerdo, aunque en un comunicado del pasado mes de noviembre la denunciante cerró la puerta al pacto tras recalcar que el daño moral y las secuelas que ha sufrido por la agresión sexual son “irreparables”.
Según mantiene la Fiscalía en su escrito de conclusiones presentado ante la Audiencia, Alves agredió sexualmente a la joven, de 21 años, la noche del 30 de diciembre de 2022 en el baño de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona, adonde la víctima había acudido con una prima y una amiga.
Hacia las 03:20 horas, sostiene la Fiscalía, Alves se dirigió a una puerta colindante -de acceso exclusivo- e hizo un ademán a la joven para que se acercara, lo que la víctima aceptó, sin saber cómo era la zona privada a la que acababa de entrar.
Una vez allí, sostiene el ministerio público, el futbolista la introdujo en un pequeño aseo y cerró la puerta, sin dejarla salir pese a que ella se lo pidió al encontrarse en ese “cubículo”, y la agredió sexualmente, manteniendo una actitud “despectiva” hacia ella ante la resistencia que opuso.
Pese a que la joven pidió “reiteradamente” salir del lavabo, sostiene el escrito, Alves se lo impidió, lo que provocó en la víctima una situación de “angustia y terror” que la dejó sin capacidad de reacción.