Pablo Escobar es uno de los exnarcotraficantes más reconocidos a nivel mundial por la violencia que impuso el Cartel de Medellín en toda América, pero poco se conoce de su influencia en el primer titulo de Copa Libertadores de Atlético Nacional en 1989.

Uno de los narcotraficantes más grandes reconocido en el mundo entero fue Pablo Emilio Escobar Gaviria, ‘Capo’ oriundo de Colombia que formó un verdadero ‘imperio de violencia’ que se expandió por gran parte de América.

A días de conmemorarse 30 años de su fallecimiento tras ser abatido por fuerzas de la DEA, FBI e integrantes de la Policía de Colombia, Pablo Escobar sigue siendo uno de los principales rostros del poder que pueden imponer los ‘Carteles de droga’.

Entre los crímenes que se le adjudican al llamado ‘Patrón del mal’ y líder principal del Cartel de Medellín se encuentran: Narcotráfico, lavado de dinero, asesinato, terrorismo, soborno, contrabando, extorsión, corrupción política”, etc.

Sin embargo, Pablo Escobar también incursionó y conoció el poder de la mano del fútbol, vía en la que encontró una nueva forma de mostrarse al pueblo como un gran benefactor, mientras lavó dinero para aumentar su patrimonio.

Pablo Escobar y el fútbol.
Archivo | ABC.

El colombiano oriundo de Rio Negro en Antioquia, fue parte de los inicios del Cartel de Medellín, que inicialmente comenzó en la década de los 70s’ y bajo la orden de los ‘Hermanos Ochoa Vásquez’ (Jorge Luis, Juan David y Fabio), pero finalmente Escobar se alzó como el líder indiscutido de una verdadera mafia.

Su incursión en el fútbol y con Atlético Nacional

Todo partió por el amor que Pablo le tenía a uno de los más grandes equipos de Medellín, Atlético Nacional, elenco que alcanzó la gloria y su primer título de Copa Libertadores en 1989 con una plantilla cargada de estrellas (René Higuita, Andrés Escobar, Luis Fernando Herrera, Leonel Álvarez, Alexis García y Albeiro Usuriaga, entre otros), hecho en el cual muchos medios de comunicación e historiadores han puesto foco por ‘supuestas’ presiones bajo el nombre de Escobar.

Es importante destacar que el logro que consiguió el cuadro ‘Verdolaga’ en cancha es irrefutable, por lo que esta redacción hace énfasis en las los hechos y declaraciones que hablan de factores anexos a lo deportivo que pudieron contribuir al título continental

El fanatismo de Pablo Escobar por el Atlético Nacional era tan grande que el narcotraficante llegó a invertir grandes cantidades de dinero en salarios y fichajes estrella con la intención que el equipo colombiano ganara la Copa Libertadores en 1989, máxima competición de clubes en Sudamérica.

Pablo Escobar y las semifinales para Atlético Nacional

Sin embargo, la ayuda del capo del narcotráfico no era solamente monetaria ya que en muchas ocasiones el líder del Cartel de Medellín llegó a usar su poder para amenazar a varios árbitros con el fin de recibir ayuda en ciertos partidos.

Un claro ejemplo de este fenómeno sucedió con los árbitros argentino Carlos Espósito, Abel Gnecco y Juan Bava en la previa de la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores entre el Atlético Nacional y el club Danubio de Uruguay.

Según las declaraciones de Espósito en una entrevista con Radio La Red, todo comenzó desde su aterrizaje en Colombia, momento en que él y sus compañeros de profesión vivieron un verdadera pesadilla.

En sus palabras, el árbitro trasandino detalló: “Todo arrancó desde que llegamos al aeropuerto de Medellín. Los árbitros colombianos que nos fueron a recibir ya nos habían entregado, estuvimos obligados. Íbamos por el camino Montañita en el que nos decían ‘acá mataron un árbitro, acá tiraron a un juez de línea’. Después de mucha espera fuimos al hotel. Los árbitros no acostumbrábamos a dejar el hotel”.

“Me invitan a una cena y les dije que no. Me levanté a pagar y le dije a la camarera que me llevara un bidón de agua, porque no había agua potable en ese momento en Medellín. Me golpean la puerta y estaba la chica con una botella chiquita. Le recordé que le había pedido una grande. Vuelven a golpear la puerta y le pido a Juan que se levantara para abrir”, indicó.

La aparición de ‘Popeye’

Fue en este momento donde Carlos Espósito reconoció la aparición de ‘Popeye’, uno de sus sicarios más conocidos, quien entró para amenazar y sobornar a la terna argentina.

“Entraron cuatro, uno con ametralladora. A Gnecco le pusieron una nueve milímetros en la cabeza. Y atrás entró el famoso ‘Popeye’, bien vestido, traje, corbata. Traía un maletín. Lo abrió y dijo ‘acá hay 250 mil dólares. Llévenselo, tranquilos, van a salir de Colombia sin problemas’. Les respondimos que habíamos ido a trabajar como corresponde. Cerró el maletín y nos dijo. ‘Sus vidas acá no valen nada’ Y en Buenos Aires nos puede costar mil dólares por cada uno’. Y ahí se fueron”, apuntó.

Posteriormente, relató el ‘último’ aviso de Pablo Escobar antes del crucial encuentro ante Danubio, al revelar que “llegamos al vestuario y llegó el jefe de policía de Medellín y le expliqué que apenas terminaba el partido nos teníamos que ir al aeropuerto. Me explicó que si ganaba Nacional iba a ser difícil por la fiesta. Pobre hombre, si ven la serie de Escobar, a los pocos días lo acribillaron”.

La terna arbitral llena de medio, salió a pitar la vuelta de la semifinal en un duelo que finalizó 6 A 0 a favor de Atlético Nacional, quienes avanzaron a la final de Copa Libertadores y donde enfrentaron a Olimpia de Paraguay.

La final ante Olimpia

Se pensaban que las ‘presiones’ de Escobar habían finalizado en el duelo ante Danubio, pero eso fue solo un espejismo ya que los mismo se repitió en la gran final ante el ‘Decano’ de Paraguay.

Por ese entonces, la final del certamen continental eran de ida y vuelta y el primer duelo disputado en el estadio Defensores del Chaco, la victoria fue para el elenco dueño de casa por 2 a 0.

No obstante, la vuelta se jugó bajo un clima hostil en Medellín, ya que esas semanas ocurrieron una decenas de atentados, muertes y ataques a dependencias de Gobierno, medios de comunicación y personajes de la vida política y cultural de Colombia, algo que elevó al máximo las tensiones en la previa del crucial partido.

Ante este escenario, Conmebol y ambos equipos llegaron a un acuerdo. El gran juego sería en Bogotá. Olimpia llegó a Colombia y se instaló en Cali, sede de otro gran cartel de drogas y que tenían a Pablo Escobar y su banda como rivales.

Lee también...

Sin embargo, quienes volvieron a sufrir fue la terna arbitral argentina que estaba integrada por Juan Carlos Loustau, Jorge Romero y Francisco Lamolina, quienes ya habían sido advertidos por las tres víctimas anteriores que pitaron la semifinal, sobre el poderío del Cartel de Medellín.

Terna arbitral de la final de Copa Libertadores 1989.
Archivo.

Una vez más, una noche antes, ya no fue un grupo armado, sino una sola persona quien llegó hasta la mesa donde comían los árbitros, dejó un maletín en el piso y se abrió su chaqueta, mostrando armas y avisando: “Tiene que ganar Nacional”.

Dicha versión fue confirmada por el propio hijo de Pablo Escobar, Juan Pablo Escobar, quien se cambió el nombre a Juan Sebastián Marroquín Santos y que en una entrevista corroboró (con algunas diferencias) lo detallado por Loustau.

En una entrevista, el hijo del exnarcotraficante comentó que “la presión que le hizo fue solamente enviarle un par de personas que le pidieron ‘que pitara bien’ sino tendría que arreglarlas con mi padre”, relato similar al de Juan Carlos Loustau.

En la final de vuelta, Atlético Nacional logró igualar el marcador global con el autogol de Fidel Miño y la anotación de Albeiro Usuriaga, resultado que estiró todo a una histórica definición a penales en donde se lanzaron 18 lanzamientos desde los doce pasos.

Finalmente, ‘El Verde’ logró imponerse por 5 a 4 en el estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá y Atlético Nacional conquistó su primera Copa Libertadores en 1989, certamen que volvió a dominar en 2016 de la mano de Reinaldo Rueda y con jugadores como Franco Armani, Dávinson Sánchez y Miguel Ángel Borja.

Si dudas que es una de las finales más tensas en toda la historia de Copa Libertadores y en donde predominó la violencia, las amenazas, sobornos, presiones y la figura de Pablo Escobar, quien vio el fin a su reinado de violencia el 2 de diciembre de 1993 cuando un disparo en la cabeza acabó con su vida.

Revisa un compacto de la final de Copa Libertadores 1989 donde Atlético Nacional levantó su primer trofeo continental