Pese a ser una de las duplas más icónicas en la historia de los mundiales, los exfutbolistas 'no se pasan' en la actualidad.

Romário y Bebeto, la legendaria delantera con la que la Selección Brasileña conquistó el Mundial de Estados Unidos 1994, han dejado claro su distanciamiento con un cruce de acusaciones con origen político, donde se han llamado “traidor”, “egoísta” y “esclerótico”.

El primero en abrir fuego fue el exjugador del Barcelona y Valencia, quien este lunes reconoció, en una entrevista al podcast ‘Cheguei’, que Bebeto fue su mayor socio, pero que “ya no lo es”.

“Es un traidor. Me traicionó en la política. Saltó de rama. Hay cosas en la vida que me llevo para siempre, dentro y fuera de la política. Veo eso todos los días, pero cuando pasa con un tipo con el que conviviste y tienes una relación de amistad es triste”, afirmó.

El actual senador brasileño recalcó que no se peleó con su excompañero en la ‘Canarinha’, sino que “sólo” le traicionó y “nada más”.

En ese sentido, omitió explicar los motivos de ese enfriamiento, pero la prensa brasileña especula con que el origen sea la pasada campaña electoral, cuando Romário defendió al ultraderechista Jair Bolsonaro y fue reelegido senador, y Bebeto apoyó el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, aunque no consiguió un escaño en la Cámara de Diputados.

Bebeto, quien también se metió a la política y fue diputado regional de Río de Janeiro por tres mandatos consecutivos, respondió este martes a las críticas del ‘Baixinho’ con unas incendiarias declaraciones al portal de noticias UOL en las que le calificó de “viejo” y “egoísta”.

“¿Quién es él para llamarme traidor? Se está haciendo viejo y creo que se está esclerotizando, diciendo muchas tonterías. Tengo una carrera íntegra en el fútbol y en la política, nunca me he visto envuelto en polémicas. No puedo decir lo mismo de él, es un egoísta, siempre pensó en sí mismo”, dijo el exjugador de Sevilla y Deportivo de La Coruña.

Bebeto explicó que, en realidad, fue su excompañero de selección el que le traicionó al cambiar de partido político sin avisarle. “No traicioné a nadie. La política se hace en grupo y siempre pensó sólo en él”, insistió.

Además, se quejó de que sostenga que ganó el Mundial de 1994 “solo”.

“Nadie hace nada solo. El fútbol y la política se hacen de forma colectiva y Romário es un individualista”, cerró.