Los medios alemanes apuntan a posibles grietas en el vestuario del Bayern Múnich que pueden haberse hecho patentes con la destitución del entrenador Julian Nagelsmann y su relevo por Thomas Tuchel, justo cuando se aproximan semanas que pueden ser decisivas en la temporada.
Los argumentos del presidente del Consejo Directivo, Oliver Kahn, y el director deportivo, Hasan Salihamidzic, apuntan a que “la constelación entre el entrenador y el equipo había dejado de funcionar” lo que, traducido a un lenguaje más simple, quiere decir que Nagelsmann había perdido el control del vestuario.
Sin embargo, uno de los pesos pesados del camarín, Joshua Kimmich, lo ha negado. “Yo no diría eso. La razón es que hemos ganado pocos partidos, no hemos tenido suficiente éxito”, dijo a la televisión alemana.
“Todavía estamos vivos en todas las competiciones pero se ha visto que en la Bundesliga no hemos tenido un buen desempeño. De diez partidos hemos ganado cinco. Pero no puedo decir que haya perdido el vestuario”, agregó.
La revista ‘Kicker’ sostiene que Kimmich no habla en nombre de todo el plantel y destaca el silencio con el que han reaccionado a la destitución los otros dos capitanes, Manuel Neuer y Thomas Müller.
Kimmich ha pedido a sus compañeros asumir responsabilidad ante la nueva situación. “Siempre que hay un cambio de entrenador es decepcionante porque quiere decir que los jugadores hemos fracasado”, opinó.
La situación recuerda un poco la que se presentó tras la marcha de Carlo Ancelotti, cuando había dos grupos en el vestuario que luego lograron ser unificados por Jupp Heynckes.
Goretzka, en declaraciones a la televisión alemana tras la victoria de Alemania contra Perú, dejó entrever que podía haber fuerzas opuestas a Nagelsmann en el camarín.
“Personalmente puedo decir que en mi relación con Julian no había ninguna grieta. Pero no sé que pasaba con otros jugadores”, añadió.