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Iván Zamorano, la leyenda del fútbol Mundial por sus destacadas etapas en Real Madrid e Inter de Milán, estuvo a punto de fichar con Atlético Madrid en los 90, pero su llegada fue frustrada en dos ocasiones, siendo la segunda vez marcada por polémicas con la barra brava del equipo. A pesar de estar dispuesto a unirse al Atlético en 1999, las manifestaciones y amenazas de la afición radical impidieron concretar el traspaso. A pesar de los intentos fallidos, Zamorano se mantuvo en el Inter, ganando el respeto y admiración de los fanáticos.

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Iván Zamorano es una leyenda del fútbol Mundial. De eso no hay duda. Sus exitosos pasos por Real Madrid de España e Inter de Milan de Italia dan cuenta de un delantero y goleador insigne. De esos que todos buscan, pero no todos logran tener. Fue lo que le pasó, por ejemplo, al Atlético Madrid.

Y es que el conjunto ‘colchonero’ intentó dos veces quedarse con ‘Bam-Bam’ en la década de los 90. Eso sí, en ambas ocasiones su deseo se vio frustrado. La segunda incluso con bastante polémica.

Tras recibir la negativa de Iván en 1994, pues prefirió quedarse a pelear un puesto en el cuadro ‘merengue’ -y acabó siendo goleador y figura-, Atlético puso los ojos en el atacante otra vez en 1999.

Sin embargo, cuando el arribo del chileno estaba prácticamente abrochado, según dijo en su momento la dirigencia del ‘Atleti’, las manifestaciones, repudio y amenazas de la barra brava ‘blanquirroja’, el Frente Radical, acabaron boicoteando el ‘bombazo’.

El deseo sorpresivo de fichar a Zamorano

Iván Zamorano esta vez veía con buenos ojos cerrar su llegada al Atlético Madrid. En ese entonces defendía los colores del Inter de Milán, en Italia, donde la competencia era gigante: Roberto Baggio, Álvaro Recoba, Ronaldo y Christian Vieri, eran algunas de las opciones de ofensiva del DT, Marcello Lippi.

Y si bien ‘Bam-Bam’ ya estaba acostumbrado a pelear y luchar desde atrás, lo cierto es que si firmaba en el conjunto hispano lo haría como genio, figura y hasta héroe.

Esto porque el Atlético había perdido por lesión a su principal ‘hombre de área’, el uruguayo Fernando ‘Petete’ Correa. Entonces, salió desesperado al mercado a buscar un reemplazante fuera del plazo, con la venia de la Real Federación Española de Fútbol.

“El jugador, que llegó al Inter en la temporada 1996-97 después de dos años en el Sevilla y cuatro en el Real Madrid, ve con buenos ojos su regreso a la capital madrileña”, destacó Diario El País por esos días.

“Los representantes del jugador, Alberto Toldrá y Ginés Carvajal, han indicado que las negociaciones del fichaje parten con una condición: la continuidad o no del Inter en la Liga de Campeones”, agregó la nota de prensa del 5 de marzo de 1999.

“Ahora necesitamos a Zamorano como agua de mayo”, expresó por su parte el dueño del Atlético, Jesús Gil.

La explosión del Vicente Calderón: “¡Si viene Zamorano, no nos abonamos!”

Las palabras del dirigente ‘colchonero’ terminaron encendiendo los ánimos una semana después. Los hinchas más extremos del equipo, el Frente Radical, de ideología de extrema derecha, iniciaron una manifestación en el estadio en el partido siguiente.

“¡Iván Zamorano, eres un gitano!” y ¡Bam-Bam, Bam-Bam, un tiro en la nuca, un tiro en la nuca; si viene Zamorano, no nos abonamos!”, cantaron a todo pulmón. El tema fue seguido por todo el estadio, según el medio antes citado.

“Hubo un referéndum en el Calderón. La afición le dijo ‘no’ al fichaje de Iván Zamorano (por su pasado madridista)”, describió El País sobre la manifestación.

“El grito de la hinchada rojiblanca fue monolítico. No hubo discrepancias respecto al actual delantero del Inter de Milán”, complementaron.

Por otro lado, Gil salió a calmar los ánimos. “Yo quiero que los atléticos reflexionen, quiero que estemos unidos… Y ojalá, ojalá que el Inter lo deje libre para que pueda venir a echarnos una mano”, expresó.

Sin embargo, ya era tarde. Las amenazas de abandonar la institución y el clima caliente del estadio hicieron imposible que la directiva continuara con las negociaciones. Zamorano, por su parte, peleó, una vez más en su carrera, y terminó ganándose el corazón y respeto de todos los fanáticos del Inter. Leyenda máxima.