El Betis salió este jueves derrotado por 1-0 en Glasgow ante el Rangers en la primera jornada de la fase de grupo de la Europa League, en un partido en el que empezó dominador pero en el que entró en letargo con el paso de los minutos, lo que hizo que el conjunto escocés le cogiera el aire hasta que logró el tanto de la victoria en el minuto 67 por mediación del senegalés Abdallah Sima.
Solo ese tanto hizo reaccionar al equipo español y a su banquillo, cuando el técnico chileno Manuel Pellegrini movió el banquillo para darle otras ideas al juego, lo que funcionó, pero sin el tiempo suficiente para que, al menos, llegara el empate.
Se presentó en Ibrox Park una buena oportunidad para que el Betis recompusiera su figura tras tambalearse el pasado sábado en el campo de Barcelona con el 5-0 encajado y para ello se midió a un Rangers, siempre potente como local pero que dista de aquel que con Steven Gerrard ganó la liga escocesa hace dos cursos y en 2022 llegó a la final de la Liga de Europa y la perdió en los penaltis con el Eintracht de Frankfurt en el estadio del Sevilla, el Ramón Sánchez-Pizjuán.
El equipo de Pellegrini, pese al traspiés liguero, ha empezado con buen tono la temporada y es el favorito para ser primero de grupo en su tercera participación consecutiva en la segunda competición continental, pero para ello debía demostrarlo en la cita, en principio, mas complicada de esta fase, en la que completan el grupo el Aris Limassol y el Sparta Praga.
La formación escocesa, entrenada por el inglés Michael Beale, que perdió por goleada en la previa de la Liga de Campeones ante PSV Eindhoven neerlandés, planteó el partido como una oportunidad de recobrar la autoestima tras un arranque en la liga que está dejando mucho que desear.
Una de las novedades del partido fue la presencia en la meta del chileno Claudio Bravo, inédito hasta este jueves por una lesión desde la pretemporada y que tuvo que forzar su vuelta debido a la lesión en Barcelona del portugués Rui Silva, hasta ahora titular en estos inicios de campaña.
Claudio Bravo no tardó en aparece en una contra escocesa a los cuatro minutos, en la que el galés Rabbi Matondo se plantó ante él con mucha velocidad pero el chileno atajó el balón con solvencia ante la deficiente definición del delantero.
Ese fue un lance aislado en un partido que estuvo controlado por el Betis, dueño del balón y casi siempre en el campo del equipo de Glasgow, lo que dio opción a que el marroquí Ez Abde, que estrenaba titularidad, pusiera en los primeros aprietos al meta inglés Jack Butland.
Abde, muy participativo por el extremo izquierdo, tuvo otra buena rebasada la media hora, pero pareció que ello fue un resorte para la reacción del Rangers, que empezó a ganar los duelos en los balones divididos y, con un juego vertical, se acercó, ahora sí, mucho a Bravo, quien tuvo que intervenir otra vez con acierto tras el remate desde dentro del área chica de Sima.
El propio Sima volvió a crear peligro en el arranque de la segunda parte, en esta ocasión con gran centro sobre Matondo, quien no acertó a definir, al igual que a su compatriota Thomas Lawrence, que vio como el balón lazado sobre lejos dio por fuera en un larguero.
Fueron los peores momentos para el equipo de Pellegrini, que en los primeros diez minutos de la reanudación no salió de su campo y en los que el croata Borna Barisic también pudo abrir el marcado en un libre directo que acabó con el balón estrellado en el larguero.
El gol de Rangers
La lesión de Lawrence a la hora de partido, y su sustitución por el neerlandés Sam Lammers, pareció darle una tregua a la formación sevillana, pero la insistencia local tuvo su premio poco después con el tanto de Sima tras una gran parada de Bravo, una serie de rechaces e incluso la revisión del VAR por una posible mano.
El técnico chileno, que no lo veía antes nada claro, ahora hizo ingresar al terreno de una tacada a Rodri, Willian José y Ayoze, mucha pólvora con la que mejorar a la que había aportado Ez Abde, Borja Iglesias y Luiz Henrique, y ello se notó al instante con un Betis que salió hacia el hacia el área rival.
Los verdiblancos, ahora sí, atosigaron al conjunto escocés y lo arrinconó en su área, pero el tiempo estuvo en su contra para evitar una derrota con la que no se esperaba en este inicio del torneo europeo.