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La NBA vivió el 19 de noviembre de 2004 la \'Peor pelea en la historia de la NBA\' durante un partido entre Indiana Pacers y Detroit Pistons en el estadio Palace de Auburn Hills. La violencia estalló luego de una dura falta de Ron Artest sobre Ben Wallace, desencadenando caos en la cancha y en las gradas. Jugadores, técnicos y aficionados se vieron involucrados en una batalla campal que dejó nueve aficionados heridos, dos de ellos graves. Las sanciones fueron severas: Artest recibió 86 partidos de suspensión, Jackson 30, O\'Neal 15 y Wallace 6. Este incidente marcó un antes y un después en la NBA, llevando a importantes cambios en las políticas de seguridad y convivencia en los eventos deportivos.

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La NBA, famosa por su espectáculo y grandes estrellas, también ha sido escenario de episodios vergonzosos. Uno de ellos ocurrió el 19 de noviembre de 2004: la llamada ‘Peor pelea en la historia de la NBA’, una jornada marcada por la violencia, drásticas sanciones y cambios en la seguridad de la liga.

El conflicto estalló durante un partido entre Indiana Pacers y Detroit Pistons en el estadio Palace de Auburn Hills. Los Pacers lideraban el marcador 82-97 cuando una dura falta de Ron Artest sobre Ben Wallace desató el caos en la cancha.

Wallace reaccionó con un violento empujón en contra de Artest, quien, sorpresivamente, decidió no responder y se recostó sobre la mesa de marcadores. Esto no calmó los ánimos; jugadores y técnicos intentaron separar a los equipos en medio de fuertes empujones y gritos.

El ingreso de los hinchas a la pelea

Las tensiones aumentaron cuando un aficionado, John Green, lanzó un vaso con líquido a Artest. Esto provocó que el jugador de los Pacers perdiera el control y subiera a las gradas para enfrentarse al espectador.

En su camino, Artest empujó accidentalmente al comentarista de los Pacers, rompiéndole 5 vértebras y provocándole graves lesiones en la columna. El incidente marcó el inicio de una batalla campal entre jugadores y aficionados.

Stephen Jackson, compañero de Artest, se unió al enfrentamiento en las gradas, golpeando alocadamente a hinchas. La seguridad del estadio no logró contener la violencia mientras otros jugadores intentaban calmar la situación sin éxito.

El entrenador de los Pistons, Larry Brown, pidió calma por los altavoces, pero la pelea continuó incluso en la pista. Aficionados locales bajaron de las gradas para enfrentar a los jugadores, lo que complicó todo en el recinto deportivo.

En un momento crítico, Jermaine O’Neal lanzó un puñetazo a un hincha, pero resbaló con líquido en la pista antes de concretar el golpe. Esto evitó que el incidente terminara en tragedia, aunque el pánico ya se había apoderado del estadio.

Las duras sanciones tras el caos

El saldo final fue de nueve aficionados heridos, dos de ellos hospitalizados de gravedad. En términos disciplinarios, la NBA impuso sanciones sin precedentes, lideradas por los 86 partidos de suspensión a Ron Artest, quien perdió su sueldo de cinco millones de dólares en la temporada.

Stephen Jackson recibió 30 partidos de sanción, mientras que O’Neal cumplió 15 encuentros tras apelar su castigo inicial de 25. Ben Wallace, del equipo rival, fue sancionado con seis juegos.

Además de las suspensiones, los jugadores involucrados enfrentaron cargos penales. Artest, Jackson y O’Neal cumplieron un año de libertad condicional, realizaron servicios comunitarios y asistieron a cursos de control de ira.

En cuanto a los aficionados, varios fueron vetados de por vida de asistir a partidos de la NBA. El episodio llevó a la liga a endurecer las medidas de seguridad y poner controles a la venta de alcohol en los estadios.

A 20 años de este suceso, conocido como el ‘Malice at the Palace’, la NBA recuerda esta fecha como un punto de inflexión que transformó las políticas de convivencia y seguridad en los eventos deportivos.

Revisa las imágenes que dejó la llamada ‘peor pelea en la historia de la NBA’