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Escándalo en Mar del Plata: El clásico de básquetbol entre Peñarol y Quilmes se suspendió por una batalla campal en las tribunas, donde hubo peleas con golpes y patadas. Quilmes ganaba 63-48 cuando los disturbios obligaron a detener el partido, siendo entregada la copa a Quilmes pese a la suspensión. Ambas instituciones repudiaron los hechos y se esperan sanciones por los daños causados.

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Escándalo en la ciudad argentina de Mar del Plata. El clásico entre Peñarol y Quilmes, dos de los clubes más importantes de básquetbol en la localidad balnearia, debió suspenderse debido a la batalla campal que se vivió en las tribunas: llovieron combos, patadas y fuertes golpes.

Lo que debía ser una fiesta, terminó siendo un calvario. El cotejo, que ponía en juego una copa amistosa llamada ‘Juan Pablo Sánchez’, significaba un lindo terreno para ver un clásico de este deporte, ya que ambas instituciones limitan en ligas distintas, por lo que es sumamente difícil que se crucen en el año.

De todas maneras, todo terminó mal. Con el marcador a favor de Quilmes por 63-48, y a falta de menos de tres minutos para el pitazo final, comenzaron las peleas entre los aficionados, quienes convirtieron el terreno de juego en un campo de batalla.

Ante esta situación, los diferentes árbitros del partido decidieron no caldear la situación y frenaron el fuego: suspendieron el partido por los diferentes disturbios ocasionados en las tribunas.

Pese a la suspensión del encuentro, el trofeo quedó en manos de Quilmes, quienes iban ganando el cotejo, y se le hizo la entrega del premio. A pesar de los incidentes, los jugadores festejaron fuera del campo de juego.

Luego del bochornoso suceso, ambas instituciones salieron a repudiar el hecho por medio de diferentes comunicados oficiales y, en conjunto, decidieron redactar un mensaje para las redes sociales.

Lamentamos las bochornosas imágenes que se vivieron y no podemos permitir que una minoría arruine con su accionar violento los valores de respeto, la sana convivencia y la lealtad deportiva que propugnamos y queremos preservar. Los miles de hinchas que asistieron al partido de una y otra parcialidad, no merecían un final así. Este hecho nos compromete a trabajar para que esto no ocurra nunca más, con la convicción de que los responsables deben ser identificados y sancionados con todo el rigor de la ley. El resultado es uno solo, perdimos todos”, expresaron los clubes.

No obstante, las reacciones no terminaron en un simple repudió de acciones y se sabe que ambas instituciones sufrirán de alguna que otra sanción por los daños tras el escándalo en la ciudad de Mar del Plata.