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El exdelantero hondureño Eduardo Bennett, quien jugó en Cobreloa en el 2000, recordó su paso por el equipo y compartió su sorpresa por la "fealdad" que percibió en Calama. Bennett relató su impacto al ver la ciudad desértica y sin las comodidades que estaba acostumbrado, incluso teniendo que preparar a su esposa para la falta de centros comerciales o parques. A pesar de su primera impresión, Bennett destacó que su familia logró adaptarse rápidamente, e incluso su hijo nació en Calama, dejando así una huella en su vida.
El hondureño Eduardo Bennett, otrora delantero de Cobreloa, recordó su paso por el cuadro de Calama y relató la mala imagen que se llevó de la ciudad del norte de nuestro país.
El retirado futbolista tuvo un paso por los ‘loínos’ en 2000, cedido desde Argentinos Juniors por una acumulación de partidos suspendidos.
Así fue como el hondureño arribó a los naranjas y, en su primer día en la ciudad de Calama, quedó impactado por la “fealdad” de la ciudad.
“Jugué Libertadores y todo, pero cuando llegué era de noche, se veían las luces y todo bien. Al siguiente día me levanté, salí afuera a mirar la montaña y era pura tierra”, relató Bennett, en entrevista con Futrock.
“Yo dije ‘a lo mejor me equivoqué, debe haber árboles al otro lado’. Le di la vuelta al hotel y nada, era desierto puro. Pensé ‘Dios, ¿Qué me ha traído hasta acá?"”, agregó el exfutbolista hondureño.
Luego, el retirado delantero contó que “para traer a mi esposa le tuve que contar una historia. Le dije ‘mira, Calama es feo’. No hay mall, no hay parque, no hay autopista, no hay autos como en Argentina, no hay galería. Era totalmente diferente”.
“Mi esposa gracias a Dios se adaptó de manera pronta y rápida. Y Calama también dejó su huella, ahí nació mi hijo Brian”, concluyó Eduardo Bennett.