Hace algunos días comenzó a viralizarse el tétrico personaje Huggy Wuggy del videojuego Poppy Playtime. Desarrollado por MOB Games y disponible en la plataforma Steam para Microsoft. La aventura de terror no ha hecho más que consternar a los padres.
El juego trata sobre un ex empleado de la tienda de juguetes Puppy Playtime, quien visita el lugar 10 años después de que el personal desapareciera misteriosamente y quedara abandonado. Los jugadores encarnan al personaje jugando en primera persona, explorando el lugar y resolviendo acertijos, todo mientras evitan a los tétricos enemigos.
Huggy Wuggy es el personaje más popular en la primera entrega del videojuego, pues es el principal antagonista. En un inicio fue hecho para divertir y abrazar a los niños, pero tras los experimentos de la empresa acabó con una conciencia humana corrupta.
“Cuando te abrace nunca se detendrá ¡Tu amigo Huggy Wuggy, te apretará hasta que explotes!” dice una de las frases del juego.
¿Cómo afectan los personajes como Huggy Wuggy a los niños?
La historia del personaje se ha vuelto viral en las redes sociales, especialmente en Tiktok. Esto ha alertado a los padres y también a varios expertos en psicología infanto-juvenil que comparten sus contenidos a través de estas plataformas.
Una de ellas es la terapeuta Sharon Suzanne, especialista en desarrollo cognitivo, que compartió en redes sociales el caso de un niño familiarizado con el juego.
“Cualquier niño que no tiene límites claros y control en el uso de pantallas es susceptible en caer y gustarle contenido de terror, y aunque le cause temor puede que siga teniendo “interés” en buscar y jugar porque otros niños en el colegio lo hacen y es la moda”, dice en el post de Instagram.
Además, hace hincapié en la cantidad de contenido no apropiado a la que están expuestos los niños hoy en día, especialmente aquellos con trastornos del desarrollo cognitivo.
“Lamentablemente muchos niños con Autismo/TDAH se ven muy perjudicados por todo este abismal contenido inadecuado”, sostiene.
También señala algunos de los efectos que trae consigo la exposición de los niños a estas imágenes. Entre ellas, asegura que las escenas de terror superan la capacidad de razonar de los infantes, esto trae consecuencias en el sueño, no querer quedarse solos, ansiedad o síntomas como tics, tartamudeo, actitudes ofensivas, comerse las uñas y dolor de estómago o cabeza.
Por último, la especialista invitó a los padres a poner más supervisión y a no confiarse: “Muchas veces los padres argumentan que los chicos saben más de tecnología que ellos y que por eso no tienen mucho que enseñarles. Pero a mí me gusta trazar un paralelismo acá: a ningún padre se le ocurriría dejar a nuestros hijos chiquitos jugando en la calle sin supervisión. Dejarlos con una tablet o celular solos es como si salieran a 100 mil calles al mismo tiempo”.