El Bitcoin y sus similares criptomonedas han tomado cada vez más relevancia a medida que pasa el tiempo. Muchos las conocen por su alto valor y por historias de personas que han logrado volverse millonarios gracias a la inversión en estas monedas virtuales. En este contexto, y como una forma de regularlas, en Centroamérica ya se han comenzado a implementar cajeros y a legislar proyectos en relación a ellas.
En Honduras se instaló el primer cajero de la región en realizar cambio y transacción de estas monedas, dicho equipo fue bautizado como “La Bitcoinera” y en él se podrán comprar las criptomonedas más utilizadas, bitcoin y ethereum.
Por otro lado, en el Congreso de Panamá fueron recientemente introducidos dos anteproyectos de ley, uno para regular el uso del bitcoin y otro para que se considere la criptomoneda como moneda de curso legal.
Pero de entre ellos, el que más se ha arriesgado fue El Salvador, ya que mañana entrará en vigor la Ley Bitcoin, que reconoce el activo virtual como moneda de curso legal.
De momento, el Bitcoin solo es mera curiosidad
En una entrevista realizada por Deutsche Welle a Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi). “El experimento de El Salvador ha llamado la atención y ha despertado curiosidad, pero eso no significa que los demás países centroamericanos vayan a adoptar el bitcoin como moneda de curso legal”, aclaró. “Dependerá mucho de lo que suceda en El Salvador, pero los bancos centrales de Honduras y Guatemala ya han sido muy claros al señalar que el bitcoin es un criptoactivo y que, por tanto, no cumple las funciones de moneda“.
Prueba de la curiosidad que despierta el experimento de El Salvador es “la bitcoinera” de Tegucigalpa. Para Antonio García, experto español que instaló los primeros cajeros de bitcoin en España, estos equipos suponen una parte de la evolución de la moneda virtual. “Es una forma de facilitar a la gente de la calle el acceso a cantidades pequeñas de bitcoin. No es el sitio ideal para quien quiere invertir, porque tiene unas comisiones muy altas. El cajero es una parte del ecosistema, pero no es síntoma de que haya fiebre por los activos virtuales”, aseguró.
Hace unos días, Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, se reunió con Brock Pierce, presidente de la Fundación Bitcoin y pionero de las criptomonedas, pero Ricardo Castaneda no ve en ese encuentro atisbo alguno de adopción del bitcoin en aquel país. “Honduras tiene una ley de zonas de desarrollo económico especial, que autoriza que cada uno de los territorios pueda crear su propia política monetaria. Ahí pudiera suceder que alguno estableciera el uso del bitcoin, pero no en todo el país. Además, en Honduras hay un proceso electoral, donde Hernández está por salir y el resto de candidatos ni siquiera se ha pronunciado al respecto”, dijo Castaneda.
Descontento en El Salvador
“La Ley Bitcoin me parece muy mal”, compartió a la DW, María, una maestra de El Salvador. “No se ha hecho una consulta ciudadana, se ha impuesto de una forma que no fue democrática dentro de la Asamblea Legislativa. Hay mucha gente que no sabe cómo va a funcionar. Mi esposo trabaja en ingeniería eléctrica y está preocupado, porque les han dicho que las oficinas del Gobierno les van a pagar la electricidad en bitcoins. Ellos responden ante otras entidades energéticas y eso nos va a afectar directa e indirectamente”, lamentó desde San Salvador.
María es una de las muchas salvadoreñas descontentas con la ley. El Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas acaba de publicar una encuesta que revela que 7 de cada 10 salvadoreños creen que los diputados deben derogar la Ley Bitcoin.
Uno de los problemas de la medida es la ambigüedad del documento legal. “El artículo 7 de la ley establece que el uso del bitcoin es obligatorio, aunque después funcionarios del Gobierno han dicho que no lo es y ya se ha aprobado el reglamento, donde no se indica cuál es la sanción si alguien no lo quiere aceptar”, explicó Castaneda.
Beneficios y riesgos del Bitcoin
Para el experto y entusiasta del bitcoin, Antonio García, la nueva ley es una forma de atraer capital extranjero y convertir a El Salvador en un destino donde empresas de bitcoin se quieran instalar y la gente quiera invertir. El experimento económico impulsado por Bukele puede ser muy positvo: “Si se hace bien, podría ser una opción para otras micronaciones dolarizadas o con una moneda muy sometida a la inflación”.
La implementación de la ley va a tener, en un principio, un costo de 203,5 millones de dólares. Una parte irá destinada a un fideicomiso para asumir los riesgos cambiarios y nada menos que 30 millones se dedicarán a dar la “bienvenida” a los usuarios de la criptomoneda: las personas que se descarguen la aplicación Chivo, un monedero de bitcoin ideado por el Gobierno para masificar el uso de la criptomoneda, tendrán un regalo de 30 dólares en bitcoin. Además del elevado costo, Castaneda criticó los riesgos macroeconómicos del proyecto: “El Salvador puede convertirse en un oasis para el lavado de dinero, en un paraíso fiscal, y es posible que aumenten las tasas de interés y se incrementen de precios, lo que repercutirá en los ciudadanos“.
¿Capricho milenial?
Jorge es taxista en El Salvador y cree que, cuando entre en vigor la ley, los usuarios querrán gastar los 30 dólares en bitcoin en gastos cotidianos como su transporte. “No tenemos mucha información sobre cómo va a funcionar”, dije Jorge a DW desde San Salvador. “La ley nos obliga a dar la posibilidad al cliente de cobrar en bitcoin y me imagino que la gente va a querer darle uso a los 30 dólares de bienvenida. Yo prefiero seguir como estamos, con los dólares. Ya nos sucedió cuando hubo el cambio de moneda de colones a dólares. El Gobierno prometió que iban a circular ambas monedas, pero eso no duró más de seis meses, el Gobierno entonces mintió y ahora podría pasar lo mismo“, teme el taxista.
Para el economista Castaneda, la Ley se enmarca en la forma en que Bukele, el presidente milenial, ha gobernado en temas económicos: “altas dosis de improvisación y capricho y no escuchar a los expertos, tirándose al vacío sin paracaídas”. “Pudiera ser que el experimento salga bien, pero hay muchas posibilidades de que salga mal y quienes pagan las consecuencias son los salvadoreños“, advirtió el economista. Como el perfil de riesgo económico de El Salvador en los escenarios internacionales se ha disparado y la gente se opone a la Ley Bitcoin, Castaneda cree que lo más sensato es derogar la Ley Bitcoin o posponerla.