Después de siglos de dominio y evolución, el reino del homo sapiens parece estar llegando a su fin. Su sucesor lleva el nombre de homo distractus, y según el autor Tim Wu, esta especie se caracteriza por un bajo nivel de atención y es conocido por revisar en forma compulsiva sus aparatos electrónicos.

Vale la pena escuchar a Wu, pues algo sabe de internet: este abogado norteamericano, profesor de la Universidad de Columbia, es quien acuñó y popularizó el término Net Neutrality. En su último libro, titulado The Attention Merchants (2016), el experto analiza cómo la publicidad está degradando a internet en una lucha constante por nuestra atención. Su visión no es optimista: “No es coincidencia que la nuestra sea una época dominada por un sentimiento generalizado de crisis atencional”, afirma Wu.

Parte importante de la responsabilidad de este fenómeno recae en nuestros smartphones, esas cajas mágicas con el poder de conectarnos con todo y con todos, en cualquier parte y en cualquier momento. ¿Cuántas veces al día revisamos nuestro móvil, incluso sin haberlo sentido vibrar, solo para confirmar que no nos estamos perdiendo nada de lo que está pasando ahí dentro?

Pero en el proceso tal vez nos estemos perdiendo lo que está acá afuera, justo ante nosotros. Los científicos ya llevan años analizando las consecuencias nocivas del uso excesivo del celular, y fenómenos como la adicción al móvil o la nomofobia ya no nos asombran.

Asunto de supervivencia

Mientras tanto, siguen apareciendo estudios que profundizan en el tema. Según reporta el sitio especializado en tecnología Beebom, investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco establecieron que las consecuencias de la adicción a los smartphones son similares a la que producen los opioides.

La dependencia excesiva de los teléfonos puede llevar a sentimientos de soledad, aislación y ansiedad y depresión, afirma el estudio, debido a que estos equipos han reemplazado la comunicación interpersonal. Esto habría disminuido las habilidades de usar y decodificar el lenguaje corporal. Además, la atención permanente al celular hace que los usuarios no pongan atención efectiva en ninguna de las tareas que están llevando a cabo.

Uno de los principales culpables de este problema, afirman los especialistas, son las notificaciones. El doctor en psicología Erik Peper, uno de los investigadores del estudio, explica que el zumbido o el sonido que avisa de un mensaje entrante activa una respuesta inmediata, tal como la que se tiene al estar en un casino y oír una máquina tragamonedas: es el anuncio de un premio. Además, explica el experto, es un asunto de supervivencia: “Como humanos, estamos cableados para actualizarnos con los rumores en pos de la conservación de la especie. Antes teníamos que saber lo que estaba pasando para sobrevivir. Las notificaciones son una trampa de la evolución”.

Por esto es tan difícil despegarse de la pantalla, explica Peper. “Te estás pidiendo a ti mismo ir en contra de un mecanismo biológico de supervivencia. Debemos usar nuestra fuerza de voluntad para resistirnos a algo que antes usábamos para sobrevivir”. La solución, concluye, es crearse “restricciones ambientales”; en otras palabras, evitar la tentación.

Fuego con fuego

Los neurocientíficos Ramsay Brown y T. Dalton Combs entienden bien el proceso. Basados en su experiencia y conocimiento de cómo reacciona el cerebro en el proceso detonante-acción-recompensa, llegaron a la conclusión de que la solución al problema no es desprenderse de los dispositivos. “Una vez adoptado, ningún aparato tecnológico vuelve a su caja” afirma Brown.

Por el contrario, la táctica que proponen es combatir el fuego con fuego: tomar la misma tecnología que condiciona nuestros cerebros para mantenernos pegados a los dispositivos electrónicos y usarla en beneficio de las personas.

Para esto crearon Boundless Mind, un emprendimiento que trabaja con compañías del área de la salud, el bienestar social y la educación, aplicando el mismo proceso (detonante-acción-recompensa) para algo más que lealtad a una marca o videos de gatos, explica Brown.

Con este espíritu, Brown y Combs eligen con cuidado a sus clientes. El año pasado, según reporta la revista Time, rechazaron a un sitio de apuestas de caballos. Entre sus clientes actuales se encuentra AppliedVR, una empresa que desarrolla terapias de realidad virtual para pacientes con dolor crónico. La labor de Boundless Mind es aumentar los niveles de satisfacción y recompensa en los pacientes para mantener la continuidad en el uso de la terapia e incrementar así su efectividad.

La lección que podemos sacar de esta experiencia es que desconectarse por completo en estos tiempos puede ser una tarea imposible, por lo que bien vale combatir el fuego con fuego, o, mejor dicho, la tecnología con tecnología. Como para casi todo, hay apps para eso.

Aplicaciones para estar off

Forest destaca entre las aplicaciones para luchar contra la dependencia del móvil por la llamativa solución que propone: cultivar un bosque virtual cuyos árboles y plantas crecerán mientras mantengamos la app abierta y sin interrupciones por un periodo previamente determinado. Si no cumplimos con la meta, nuestras plantas empezaran a marchitarse. Con un esquema que recuerda a las mascotas virtuales o Tamagotchis, Forest se mantiene entre las aplicaciones top de productividad en la App Store de Apple. La recompensa final será un bosque frondoso que podremos compartir con nuestros contactos como prueba de que estamos controlando nuestros tecnoimpulsos. Además, los usuarios van ganando monedas virtuales que pueden donar para que la ONG Trees for the Future plante árboles de verdad.

QualityTime entrega reportes acerca de nuestra “dieta digital”, de modo que podemos conocer en detalle nuestros hábitos en el celular, cuánto tiempo pasamos en el aparato y qué hacemos. Las estadísticas muestran datos diarios, semanales y mensuales. La aplicación también permite programar alarmas que se activen después de cierto tiempo frente al aparato e incluso el bloqueo de la pantalla por un tiempo determinado. Con más de un millón de descargas en Google Play, QualityTime permite activar acciones específicas por medio de la app IFTTT (If this then that), como el envío automático de un mensaje a un amigo cuando hemos sobrepasado nuestro uso del celular.

ClearLock tiene un enfoque directo: bloquea las aplicaciones que te tientan con notificaciones y te distraen durante todo el tiempo que tú definas. Una vez que lo haces, ya no puedes volver atrás; ClearLock no te dejará ni siquiera modificar los parámetros que tú mismo fijaste. La única opción para acceder a la aplicación bloqueada es dejar pasar el tiempo. Esta app está orientada a mejorar la productividad, pero también puede ser una herramienta drástica en el proceso de desintoxicación digital, dado que aplicaciones como Facebook o Instagram consumen aprox. 50 minutos al día de nuestro tiempo libre.

Thrive es una app que invita a “recuperar el control de tu tiempo” por medio de prestaciones como el bloqueo de todas las aplicaciones, notificaciones, llamadas y textos. La app da la posibilidad de generar una lista VIP de contactos cuyos mensajes sí serán recibidos; quienes no estén en esa lista, cuando traten de contactarte recibirán un mensaje automático que les informará que no puedes atenderlos porque estás thriving (prosperando o floreciendo en inglés). Thrive hizo noticia porque fue desarrollado por Samsung en conjunto con Arianna Huffington, la fundadora del sitio The Huffington Post. Por ahora solo está disponible para equipos Samsung a través de su Galaxy Apps.

Teléfonos no tan smartphone

El siguiente nivel de contención es el hardware. Si la fuerza de voluntad y las aplicaciones no son suficientes, tal vez sea necesario recurrir a un equipo sin acceso a internet. Y por sorprendente que parezca, Samsung acaba de lanzar un smartphone sin modem que no puede acceder a la red.

Se trata del Galaxy J2 Pro, equipo que permite acceder a llamadas y mensajes de texto, y que cuenta con una cámara de 8 megapixeles, pero que carece de 2G, 3G y Wi-Fi. Según Samsung, el púbico objetivo son los ancianos y los estudiantes. De hecho, este teléfono viene con una app de diccionario offline.

El equipo está disponible en Corea 185 dólares, y los estudiantes que lo compren tienen la posibilidad de cambiarlo por otro modelo (uno que sí permita acceder a internet, por ejemplo) pagando la diferencia. La propuesta es tener un teléfono que no los distraiga durante el período de exámenes, y una vez terminado, obtener el otro.

Gracias a la nostalgia y a la tendencia a la desconexión, Nokia ha encontrado un nuevo espacio en el mercado. La compañía HMD Global, que fabrica los equipos, vendió 59 millones de aparatos Nokia en 2017, según Wired, lo que representa un alza de 70% en relación al año anterior.

La estrella es la nueva versión de un viejo conocido, el 3310, más conocido como el ladrillo. Su reciente encarnación mantiene el espíritu del original, con una pantalla de solo 2.4 pulgadas y la conectividad justa para no tentarse con aplicaciones o juegos que no sean la serpiente. Porque sí, trae la serpiente. Y en colores.

Con 2G para llamadas y mensajes, una cámara de 2 megapixeles y una batería que dura y dura y dura, este teléfono apela no solo a la nostalgia, sino también a la necesidad de desconexión, y esta es la clave de su éxito, afirma Juho Sarvikas, el chief product officer de HMD: “Creo que se está incrementando el número de personas que quieren un segundo equipo. La mayoría de las veces, quieren uno para desconectarse un poco”. Para quienes estén pensando en en algo así, el 3310 se puede encontrar en el país a un precio aproximado de $40.000.

Pero si se necesita algo aun más drástico, tenemos que hablar del dumb phone, o teléfono tonto, por oposición al smartphone. La startup Light está trabajando en su Light Phone 2, un equipo diseñado solo para llamar y enviar mensajes que vería la luz en 2019. Estaría equipado con 4G y tinta electrónica. Para financiarlo, hay una campaña de crowdfunding en el sitio Indiegogo con el eslogan “Un teléfono que te respeta de verdad”.

La actual versión es más extrema, con la sola capacidad de hacer y recibir llamadas y una agenda con capacidad para nueve números. Los interesados pueden encontrarlo en el sitio de la empresa.