A partir de este sábado, todos los dispositivos electrónicos portátiles de pequeño y mediano tamaño vendidos en la Unión Europea, deberán ser compatibles con puertos de carga USB tipo C.
Esta medida busca combatir los residuos electrónicos y facilitar la vida de los consumidores al eliminar la necesidad de diferentes cargadores para distintos dispositivos.
Teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, consolas de videojuegos y otros aparatos estarán sujetos a esta normativa, aprobada en 2022 por el Parlamento Europeo y los Estados miembros.
Anna Cavazzini, presidenta de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, destacó que este cambio representa “un paso decisivo hacia la comodidad del consumidor y la responsabilidad ambiental”, consigna Euronews.
Además, las nuevas reglas permitirán a los consumidores optar por no recibir un nuevo cargador con cada dispositivo adquirido, promoviendo un uso más racional de los recursos. A partir del 28 de abril de 2026, estas normas también se aplicarán a los fabricantes de ordenadores portátiles.
USB-C: Impacto económico y ambiental
Según estimaciones, esta iniciativa podría ahorrar a los hogares europeos hasta 250 millones de euros anuales al reducir las compras innecesarias de cargadores. Además, contribuirá a disminuir las toneladas de residuos generados por cargadores desechados cada año.
El Parlamento Europeo vigilará cómo los fabricantes se adaptan a estos cambios.
Aunque algunos proveedores, especialmente Apple, inicialmente se opusieron a la normativa alegando preocupaciones sobre la innovación, finalmente han comenzado a cumplir con los requisitos establecidos, realizando la transición al estándar USB-C.