Tiempo atrás, la red social Twitter, llamada X desde que la compró Elon Musk en 2022, fue ampliamente usada por científicos y académicos que compartían allí sus hallazgos, pero ahora están abandonando la plataforma.
En un artículo de la revista Nature, varias voces de la comunidad científica comentan que decidieron dejar la red social, puesto que la gestión de Musk no ha sido capaz de controlar obstáculos como las fake news (noticias falsas) o los bots.
De acuerdo con la revista científica, las elecciones presidenciales que ganó Donald Trump a inicios de noviembre aumentaron la migración.
En las dos semanas posteriores a la victoria del candidato republicano, Bluesky pasó de unos 14 millones de usuarios a 21 millones, recoge el medio. “Los investigadores están acudiendo en masa a la plataforma de redes sociales Bluesky, con la esperanza de recrear los buenos viejos tiempos de Twitter“, afirman.
¿Por qué Bluesky?
Bluesky está ganando terreno entre las redes sociales porque se ofrece como una plataforma más “descentralizada”.
De hecho, partió como un proyecto de Jack Dorsey, cofundador de Twitter, en 2019. Inicialmente, mantuvo un acuerdo de servicio con Twitter, pero tras ser adquirido por Musk, Dorsey rompió ese vínculo.
En un principio la app era de uso exclusivo para usuarios que fueran invitados, pero este año se hizo accesible al público y desde entonces solo ha crecido.
Bethan Davies, glacióloga de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, dijo a Nature que “todos los académicos han migrado de repente a Bluesky. (…) Ha explotado por completo“.
Pero, ¿por qué prefieren Bluesky? Recordemos que cuando Elon Musk adquirió Twitter, una de sus primeras medidas fue reducir la moderación de contenido, bajo la premisa de “libertad de expresión”.
Sin embargo, esto produjo una ola de fake news, contenido engañoso, violento, bots y pornografía, razón por la que comenzó a perder credibilidad.
En marzo, Musk dijo que “detener los bots de spam de criptomonedas y pornografía no es fácil, pero estamos trabajando en ello”.
¿Es mejor que X?
Otro cambio que hizo Musk fue incluir una versión pagada, lo que hace a X muy diferente de Bluesky.
Resulta que en la nueva plataforma, los usuarios pueden controlar el contenido que ven y las personas con las que interactúan, ya que cuenta con configuraciones de moderación, protección, bloqueo y silenciamiento.
Además, la plataforma se sostiene sobre una red abierta, por lo que los usuarios pueden acceder a sus datos.
X, por su parte, tiene algunas de estas funciones, pero solo en su versión pagada.
Daryll Carlson, investigadora de bioacústica de la Universidad de New Hampshire, en Durham, dijo que para ella Bluesky es un “un lugar de alegría”, lejos de lo politizado que está especialmente desde que Musk se alineó con Trump para las elecciones.
Además, los contenidos que circulan en esta red están mucho mejor clasificados. Por ejemplo, existe un feed específico de Ciencias, donde los académicos dejan sus publicaciones. Este cuenta con más de 14.000 seguidores y unas 400.000 visitas diarias.
Según Nature, hasta ahora tiene 3.600 usuarios que postean allí, desde ecologistas hasta físicos cuánticos, los cuales son verificados antes de pertenecer a él, ya que deben compartir sus credenciales con un moderador.
“Para muchos investigadores, el cambio a Bluesky ha supuesto recuperar el control sobre lo que aparece en sus cronologías“, recoge la revista Nature.
Sin embargo, Emily Liu, que gestiona el crecimiento, las comunicaciones y las asociaciones en Bluesky en San Francisco, California, dijo al medio que el crecimiento de la plataforma también trae riesgos, “cada gran ola de crecimiento conlleva una ola de spam y estafas”, manifestó.
“Hemos ampliado nuestro equipo de confianza y seguridad y hemos contratado más moderadores para ayudar a combatir todo esto”, aseguró.