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Ejecutivos de Amazon preocupados por uso de Alexa: Según Wall Street Journal, la preocupación radica en que Alexa se está utilizando más para funciones distintas a la compra de productos en la tienda de Amazon, lo que no genera los ingresos esperados. Documentos internos revelan que Amazon ha invertido más de 25 mil millones de dólares en productos con Alexa sin obtener retornos significativos, ya que desde su lanzamiento hace 10 años, los dispositivos Echo han acumulado pérdidas.

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Los ejecutivos de Amazon están preocupados por el uso que los usuarios están dando a Alexa, su asistente virtual que responde a instrucciones dadas por voz.

Según reportó en Wall Street Journal, el propósito mayor de Alexa es facilitar la compra de productos en la tienda de Amazon, potenciando esa fuente de ingresos para la compañía. Pero son otras las funcionalidades que están resultando más atractivas para sus clientes.

“Nos preocupa haber contratado a 10 mil personas para construir un temporizador inteligente”, expresó al periódico estadounidense un ex alto empleado de la compañía propiedad de Jeff Bezos. Documentos internos respaldarían estos temores.

Según el WSJ, dichos registros dan cuenta de que sólo entre 2017 y 2021 Amazon invirtió más de 25 miles de millones de dólares en los productos que utilizan Alexa, como los dispositivo Echo, sin conseguir los retornos esperados.

De hecho, desde su lanzamiento hace 10 años, Echo sólo ha acumulado pérdidas.

Pese a ello, un vocero de la empresa aseguró al medio que realmente sí están consiguiendo el éxito deseado: “Cientos de millones de dispositivos Amazon son usados por clientes al rededor del mundo, y para nosotros, no hay mayor medida de éxito que esa”, aseguró dicha fuente.

Su comentario está alineado con una estrategia de la compañía para justificar sus pérdidas, llamada “downstream impact” (algo así como “impacto más adelante en la corriente”) por la cual los ejecutivos miden el éxito de sus productos no sólo por la compra del producto mismo, sino de los ingresos que llegan por utilizar otros servicios de la compañía a través de ellos.

Por ejemplo, las ganancias de los Kindles no se venden sólo por dispositivos vendidos, sino también por los libros que las personas compran al acostumbrarse a leerlos en sus pantallas.

Por ello es que el hecho de que los usuarios no estén usando Echo para comprar en la tienda de Amazon es una alarma para la compañía, a una década del lanzamiento de ese dispositivo que, temen, puede haberse convertido en una especie de alarma costosa.