Ya son la mayoría de las marcas de smartphones las que implementan sistemas y crean herramientas para monitorear la salud de los usuarios. Desde apps que cuentan los pasos hasta smartwatches que miden la oxigenación en la sangre.
Sin embargo, tras estas invenciones hay todo un proceso de creación que conlleva investigación médica, científica y tecnológica. Por ejemplo, el primer reloj inteligente fue lanzado en 2012, después de varios intentos fallidos.
De la mano de Pebble, el primer reloj con pantalla táctil -que se llamó Pebble Time- solo mostraba las notificaciones tras conectarlo a un smartphone. Hoy, estos aparatos son capaces de hacer cosas que, por esa época, eran inimaginables.
Tras varios experimentos de la compañía fue finalmente en 2016 que lanzaron Pebble Time 2, que incluía un monitor de frecuencia cardiaca. Aunque esta marca fue pionera en el desarrollo de smartwatch no pudieron lanzar este último modelo, puesto que quebraron.
A pesar de ello, había otras compañías atentas a este nuevo dispositivo que no tardaron en producir los suyos. Marcas como Samsung y Apple anunciaron sus propios relojes, seguidas por otras como Huawei, Xiaomi y finalmente la mayoría en el mercado.
Y es que ahora es normal que cada compañía productora de smartphones tenga su propio ecosistema de aparatos tecnológicos que acompañan al celular. Tales como audífonos, tablets, lápices, relojes, entre otros.
Pero el más ligado a la salud es el reloj, que cuenta con aplicaciones para medir la frecuencia cardiaca, los latidos, la oxigenación en la sangre, el nivel de estrés, el sueño, los pasos e incluso las calorías quemadas durante el día. Pero ¿Cómo lo hacen?
La ciencia tras las apps y dispositivos de salud en smartphones
Un estudio reciente de Apple da cuenta de como funciona esta tecnología y como ayuda a los usuarios a empoderarse sobre su salud y tener más conocimientos de ella a través de apps. Y es que ahora, los teléfonos inteligentes traen secciones enfocadas especialmente en el bienestar y el estado físico de las personas.
Tanto iOS como Android tienen por defecto una app llamada ‘Salud’ con la que los usuarios pueden registrar sus datos. Aún sin un reloj pueden revisar aspectos como el movimiento durante el día, kilómetros caminados, momentos de más actividad física, etc.
Los smartwatches funcionan gracias a un ‘sensor óptico de frecuencia cardiaca’que usa un método llamado ‘fotopletismografía’, que mide parámetros. Apple informa que “esta tecnología se basa en un hecho muy simple: la sangre es roja porque refleja la luz roja y absorbe la luz verde”.
Por ejemplo, en su sistema, similar al de otras compañías, usan luces LED verdes y fotodiodos sensibles a la luz “para detectar la cantidad de sangre que corre por la muñeca del usuario en un momento determinado”. Así es como obtienen los parámetros.
Estos elementos fueron desarrollados de la mano de expertos en el área. “Las innovaciones de salud más sólidas solo son posibles a través de la colaboración directa con la comunidad médica”, dice el informe.
De hecho, desde la OMS ya le dieron el visto bueno a estas apps y dispositivos, calificándolas como “un condimento fundamental de la medicina de este tiempo”.
El estudio, señala que hay 3 factores importante que motivan a crear estas nuevas herramientas. En cuanto a la perspectiva de los usuarios se busca “brindar un lugar central y seguro para almacenar y ver sus datos de salud, además entregar características que ayuden a los usuarios a mejorar su salud y estado físico“.
Mientras que desde la producción de estos elementos esperan “ofrecer funciones que permitan que el smartwatch actúe como un guardián inteligente para los usuarios e impulsar aplicaciones innovadoras de salud y estado físico de terceros con herramientas para desarrolladores”.
Hay compañías que incluso, cada vez agregan más elementos de salud en las apps. De hecho, tras el lanzamiento de iOS 16 Apple ya cuenta con 17 entre ellas la salud del corazón; el sueño; la movilidad; y la salud de la mujer.