
VER RESUMEN
Herramienta desarrollada por BioBioChile
El rover Curiosity de la NASA capturó nuevas imágenes de las raras nubes crepusculares en Marte, que se tiñen de colores por la luz solar dispersa. Cada avistamiento de estas nubes proporciona información valiosa sobre la atmósfera y el clima del planeta rojo.
Nuevas imágenes tomadas por el rover Curiosity, el vehículo de la NASA que se encuentra explorando Marte, mostraron las raras nubes crepusculares planeta rojo, que se tiñen de colores por la luz dispersa del Sol.
“Aunque las nubes marcianas pueden parecerse a las que se ven en los cielos de la Tierra, incluyen dióxido de carbono congelado o hielo seco“, explica la agencia espacial en un comunicado.
Los expertos las llaman nubes “crepusculares”, ya que los tenues colores aparecen cuando son iluminadas por el Sol cuando se está poniendo, esto produce iridiscencia. En las imágenes se pueden ver tonos rojos y verdes.
De acuerdo con la NASA, en Marte las nubes son demasiado tenues para apreciarse durante el día, pero sí se pueden ver al anochecer mientras estén lo suficientemente altas.
Normalmente, las nubes marcianas están compuestas por hielo de agua, pero a mayores altitudes y temperaturas más bajas, son de dióxido de carbono (hielo seco), lo que compone el 95% de la atmósfera del planeta.
Las nubes más altas en Marte son las únicas que producen iridiscencia, a una altitud de unos 60 y 80 kilómetros. A veces simplemente son columnas blancas que luego caen más abajo en la atmósfera y se evaporan.
I spend a lot of time looking down, but it pays to look up sometimes!
These carbon dioxide ice clouds appear seasonally and offer clues about the Red Planet’s atmosphere and climate. https://t.co/oENhsuhoX1 pic.twitter.com/7wG2LBffu1
— Curiosity Rover (@MarsCuriosity) February 12, 2025
La primera vez que se observaron nubes crepusculares en el planeta rojo fue en 1997, obra de la antigua misión Pathfinder, de la NASA. Luego, el Curiosity no las observó hasta el 2019 y desde entonces solo ha captado imágenes 4 veces.
Sin embargo, “cada avistamiento es una oportunidad para aprender más sobre el tamaño de las partículas y la tasa de crecimiento de las nubes marcianas“, señala la NASA, lo que también ayuda a comprender mejor la atmósfera de Marte.