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Expertos encuentran inscripciones "raras" y fosas funerarias de hace 3.600 años en templo de Egipto

Publicado por Valentina Espinoza Poblete
La información es de Agencia EFE

09 enero 2025 | 07:00

El reconocido arqueólogo egipcio, Zahi Hawass, anunció el miércoles 8 de enero el descubrimiento de inscripciones “raras” de hace 3.600 años que fueron halladas en los restos del Templo del Valle de la Reina Hatshepsut, en el complejo de Deir el Bahari de Luxor, Egipto.

La Fundación Heritage, liderada por Hawass, en cooperación con el Consejo Supremo de Antigüedades y el Ministerio de Turismo del gobierno egipcio comunicaron hoy en una rueda de prensa los hallazgos que se hicieron en la misión arqueológica conjunta, según detalla EFE.

“Se encontraron un gran número de inscripciones en el Templo del Valle, las cuales son muy raras y bellas“, dijo Hawas, que añadió que “hay muy pocos ejemplos similares en otros museos egipcios”.

Además, señaló que la colección de inscripciones datada de la época de la reina Hatshepsut (que gobernó de 1513 al 1490 a.C.) y Tutmosis III (1479 a 1425 a.C.), se considera “la más completa de todos los restos del Templo del Valle”, el cual se ubica sobre la franja occidental del río Nilo y que fue demolido durante la dinastía XIX.

Más de un centenar de tablillas en templo de Egipto

Por su parte, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mohamed Ismail, declaró que la misión encontró más de un centenar de tablillas de piedra caliza y arena en las que estaban grabados el nombre de nacimiento y de coronación de la reina.

Además, destacó que entre estas artefactos se encontró un panel de piedra caliza “único”, ya que lleva en relieve el nombre y el título del arquitecto del templo de Hatshepsut, el ingeniero Senmut, y su título como supervisor del palacio.

Fosas funerarias

Por otro lado, Hawass afirmó que se descubrieron una serie de fosas funerarias talladas en roca y pertenecientes a la Dinastía XVII (1580-1550 a.C.); en su interior se encontraron esteras en su estado original y una serie de ataúdes de madera con apariencia humana, conocidos como “ataúdes de plumas”, muy característicos de la época.

El “más destacado” de estos es el de un niño pequeño que fue enterrado hace 3.600 años.