Investigadores del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI) descubrieron una nueva especie de nudibranquio, que son moluscos gasterópodos sin concha, comúnmente llamados “babosas de mar”.
Sin embargo, esta criatura, que habita a unos 2.200 metros de profundidad, en lo que se conoce como aguas intermedias, no se parece a otros nudibranquios, señalan los expertos.
De acuerdo con Science Alert, lo llamaron Bathydevius caudactylus y sería el primer nudibranquio de su tipo.
“La mayoría de los nudibranquios viven en el fondo, o en aguas poco profundas, por lo que fue muy sorprendente encontrar un nudibranquio tan profundo en la columna de agua y tan lejos del fondo“, dijo al medio Bruce Robison, científico marino del MBARI.
Robinson aclaró que ya se conocen algunas especies de nudibranquios que viven en el fondo marino, pero hasta ahora nunca habían visto uno en aguas intermedias y abiertas, lo que lo hace único.
Una rara criatura marina “fantasmal”
Las babosas marinas nudibranquios son de por sí carismáticas, ya que tienen colores vibrantes. Usualmente, viven en arrecifes, donde se alimentan de corales, gas, esponjas, anémonas, medusas o incluso otros nudibranquios, recoge el medio.
Sin embargo, el Bathydevius caudactylus, es “misterioso”, dijeron los investigadores. Si bien no tiene colores vibrantes y es más bien blanco/transparente, tiene bioluminiscencia, una capacidad que le permite emitir luz a partir de reacciones químicas.
“Cuando filmamos por primera vez cómo brillaba con el ROV (dispositivo con el que exploran el fondo marino), todos en la sala de control exclamamos ‘¡Oooooh!’, al mismo tiempo“, comentó Steven Haddock, científico sénior del MBARI. “Todos quedamos encantados con la imagen”, agregó.
Esta babosa tiene un cuerpo como el de las babosas comunes, pero además posee una especie de capucha amplia que le da un aspecto “fantasmal” y que utiliza para atrapar presas, como crustáceos. Además, en su cola tiene flecos.
Como su piel es un poco transparente, se pueden apreciar sus órganos internos a simple vista. Cuando el ROV se acercó para verla más de cerca, la babosa se iluminó, por lo que su bioluminiscencia podría ser incluso un mecanismo de defensa.
De hecho, pudieron observar que en algún momento uno de sus flecos se iluminó más intensamente y comenzó a girar hasta que se desprendió de su cuerpo. Los investigadores dicen que esta conducta tiene similitud con el mecanismo que usan las lagartijas para desprenderse de sus colas y distraer a depredadores.
En total han contabilizado solo 157 individuos de Bathydevius caudactylus, entre en 2000 y 2021, una especie que les tomó dos décadas describir. 18 de estos ejemplares fueron llevados a laboratorios.
Así, pudieron también analizar su genoma, que les permitió ubicarlo entre los nudibranquios, pero como una nueva familia: los Bathydeviidae.
“El aspecto más emocionante de este descubrimiento es que pudimos hacer la descripción inicial más completa de una nueva especie de aguas profundas jamás presentada (anatomía, respiración, bioluminiscencia, reproducción, alimentación, genética, comportamiento)”, concluyó Robinson.
El estudio completo de esta nueva especie se publicó recientemente en Deep-Sea Research Part I.