Mosquito rojo

Crearon y liberaron miles de mosquitos rojos en Argentina, ¿por qué piden no matarlos?

10 noviembre 2024 | 07:40

En el experimento lanzaron miles de machos estériles para evitar la reproducción de las hembras Aedes aegypti, vector del dengue, la enfermedad que tantos problemas trajo en el verano.

Después de un verano con récord de casos, un experimento para frenar la propagación del Aedes aegypti, el principal vector del dengue, se puso en práctica en Argentina y se llevó la atención por su foto viralizada en las redes sociales.

Es que las autoridades de Mendoza pidieron a la gente no matar a unos 10.000 mosquitos rojos estériles creados en laboratorios y lanzados al ambiente para evitar que las hembras dejen descendencia y así controlar la especie.

El ensayo fue puesto en práctica en las últimas semanas por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen), que liberó en la ciudad de Guaymallén, la más poblada de la provincia trasandina, los primeros diez mil ejemplares machos de Aedes aegypti estériles, buscando así interrumpir el ciclo reproductivo de las hembras, que son las transmisoras del dengue.

El proceso mantiene un método similar de insectos estériles al ya usado para neutralizar la reproducción de la mosca del Mediterráneo (Ceratitis Capitata), una de las plagas más dañinas en la producción frutihortícola.

Mosquitos liberados en Argentina | Gobierno de Mendoza

La producción y liberación de los ejemplares se lleva a cabo en una estación especializada, gestionada por el Iscamen.

Cómo el mosquito rojo combate el dengue

Para el caso del dengue, se emplea la cría de mosquitos en condiciones controladas en laboratorio. Los machos son esterilizados mediante radiación y luego liberados, de manera cuidadosa y estudiada, en el ambiente para mezclarse con los demás. Cuando los machos estériles se aparean con hembras silvestres, no se produce descendencia, lo que ayuda a reducir la población de mosquitos fértiles a lo largo del tiempo.

El ensayo actual tiene el potencial de sentar las bases para futuras acciones de control del dengue en Mendoza y otras regiones afectadas. De hecho, se planea a corto plazo triplicar la cantidad y soltar más ejemplares en otras zonas.

Desde el área técnica de Iscamen solicitaron a la población local no matar al Aedes Aegypti rojo, a pesar de lo llamativo y “peligroso” que pueda parecer. Además de reconocerlo por su fuerte color, el mosquito carece de una capacidad de desplazamiento, ya que vuela unos 150 metros con el viento a su favor.

En la provincia de Mendoza, donde el clima característico es árido y seco, el dengue no llegó a causar la misma severidad que en la húmeda área metropolitana de Buenos Aires. Según el Ministerio de Salud mendocino, en la última temporada se detectaron apenas 131 casos sospechosos, casi todos importados.

Mientras los argentinos van aprovechando las ofertas de cremas y repelentes para asegurarse stock, otra prueba piloto ya sigue el experimento pionero de Mendoza.

En Ezeiza, provincia de Buenos Aires, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) firmó un convenio con el municipio para lanzar cerca de 80.000 machos estériles en todo noviembre, aunque allí no son rojos: están teñidos de tonos anaranjados y verdes. Se espera que el impacto positivo de la técnica se notará después de los primeros cuatro meses.

Qué es el dengue y por qué tanta preocupación en Argentina

El dengue es una enfermedad viral que se transmite cuando el mosquito Aedes aegypti infectado pica a una persona (no se transmite de un humano a otro). Este insecto es fácil de identificar por su color negro y sus franjas blancas en las patas y el abdomen. A lo largo de su ciclo de vida, que incluye fases de huevo, larva, pupa y adulto, el Aedes aegypti se mantiene cerca de áreas habitadas por humanos, ya que necesita fuentes de agua y refugio para subsistir.

El mosquito deposita sus huevos en superficies de recipientes con agua, como baldes, botellas o ruedas, donde pueden sobrevivir hasta un año en condiciones de sequía. Una vez en contacto con el agua, los huevos eclosionan, y las larvas crecen hasta convertirse en mosquitos adultos, un proceso que toma alrededor de una semana.

Cuando un Aedes aegypti se alimenta con la sangre de una persona infectada de dengue y luego pica a otra persona, transmite el virus. Además del dengue, este mosquito puede contagiar otras enfermedades virales como el Zika y el chikungunya.

El Ministerio de Salud de Argentina había publicado en el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) que de la semana epidemiológica (SE) 43, en la temporada de dengue 2024-2025 se registraron hasta la fecha 162 casos confirmados, de los cuales 153 no presentaron antecedentes de viaje, mientras que los nueve restantes tuvieron antecedentes.

La detección del dengue autóctono, es decir, con circulación local, se dio este año siete semanas antes de lo reportado en 2023. Pero la buena noticia es que el Servicio Meteorológico de Argentina prevé un comienzo del verano muy seco, con lluvias por debajo de lo normal, afectando al hábitat natural de los huevos del Aedes aegypti. En la temporada pasada hubo más de 269.000 infectados y 197 fallecidos.

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