Un estudio del Instituto de Biología (IB) de la Universidade Estadual de Campinas (Unicamp), describió una nueva especie de rana miniatura, que resultó ser el segundo vertebrado más pequeño del mundo, con solo 7 milímetros de tamaño.
La rana fue descubierta en la reserva ambiental del Proyecto Dacnis, en Ubatuba, en el estado de São Paulo. Los expertos estaban estudiando el canto de la especie Brachycephalus hermogenesi, cuando notaron variaciones que indicaban que podrían especies diferentes.
El profesor Luis Felipe Toledo, que lideró el estudio, se dio cuenta de que se trataba de dos especies cuando escuchó las grabaciones. A partir de allí, comenzó la difícil tarea de buscar al animal.
Tras una intensa búsqueda, Toledo y su equipo la capturaron, pero notaron que sus medidas y forma era igual a la B. hermogenesi. “Llamamos especie críptica cuando hay especies morfológicamente idénticas. El canto ayuda mucho a distinguir, pero no siempre podemos hacer la grabación y a veces puede ser una hembra la que no canta”, explicó Toledo en un comunicado de Unicamp.
Identificando a una rana miniatura
Para tener más claridad, el experto se dedicó a estudiar las características morfológicas, anatómicas, bioacústicas y moleculares del animal, usando tomografía computarizada de alta resolución.
Más que descubrir a una nueva especie, Toledo cree que es más importante poder estudiar a estos animales tan pequeños y cómo funcionan sus organismos a esa escala.
“Son preguntas fisiológicas y evolutivas que podemos plantearnos después de describir la especie, de la misma forma que lo hacen las personas que se especializan en animales grandes. ¿Cómo envía sangre el corazón al cerebro de la jirafa? Son límites dimensionales que estamos conociendo y que muestran el tamaño de la vida en la Tierra“, reflexionó.
La especie fue bautizada como Brachycephalus dacnis y presenta características de miniaturización, ya que tiene diferencias morfológicas en comparación con otras ranas que no son tan pequeñas. Por ejemplo, tiene menos dedos, lo que demuestra que su cuerpo no puede albergar tantos elementos anatómicos al medir solo milímetros.
Pero también tiene elementos propios de ranas grandes, como orejas que le permiten escuchar su propio canto. Esto fue sorpresivo para los investigadores, ya que otras ranas del mismo género (Brachycephalus), pero un poco más grandes, no tienen esa capacidad.
Toledo piensa que “estos grupos que tienen menos elementos anatómicos tienen más derivaciones evolutivas. En otras palabras, primero sufrieron una reducción de su tamaño y luego sufrieron la pérdida de elementos”.
También notaron que se diferencia en su reproducción, ya que pone pocos huevos, algo no común en las ranas. La B. dancis solo pone 2, pero pese a ello es abundante en la naturaleza.
Toledo comentó que “se pueden escuchar cientos de ellas cantando a la vez. Incluso con pocos huevos, deben poner varias veces al año, porque se reproducen siempre que llueve, y llueve mucho en la región de Ubatuba“.
El estudio se publicó en la revista PeerJ.