Quizás no muchos sepan qué es un genoma, pero más allá del tecnicismo, es clave saber que su detección supone un gran avance para poder preservar y restaurar especies, sobre todo aquellas más comprometidas como la Araucaria araucana.
En específico, el genoma es la totalidad del material genético que posee un organismo o una especie en particular, y la secuenciación es una tecnología que permite conocer y descifrar el código genético (secuencia completa del ADN) que tienen todos los organismos. En este contexto, es que recientemente la ciencia chilena registró un relevante hito en cuanto a esta especie nativa chilena en riesgo de extinción.
Y es que, producto de una alianza entre la empresa CMPC y el Laboratorio de Epigenética Vegetal, liderado por el Dr. en Biología Rodrigo Hasbún (Universidad de Concepción, Chile) y el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I²SysBio), representado por el Dr. Tomás Matus (Universidad de Valencia), se secuenció el genoma de esta especie.
Pero ¿qué significará esto en la práctica? “Los genomas de referencia y los datos genómicos de las poblaciones pueden ayudar a mejorar las estrategias de seguimiento, conservación y restauración de la biodiversidad, haciendo que estos proyectos sean más efectivos a largo plazo”, explicó Verónica Emhart, subgerente de Mejoramiento Forestal de CMPC.
“Del punto de vista genético, es el estudio más importante en los últimos años porque permite tener el código genético, en una plataforma, completo, no parcializado y público”, remarcó.
Científicos secuencian el genoma de la Araucaria araucana
En lo práctico, ayudará a estandarizar protocolos para detectar y monitorear la diversidad genética de las especies y su potencial adaptativo; y, como segundo punto esencial, servirá para integrar el conocimiento genético y evolutivo en la planificación de la conservación.
“Si bien aún estamos trabajando en una versión mejorada del ensamblaje, la secuencia del genoma y la posición de una parte importante de sus genes podrá visualizarse en una base de datos que estamos creando en colaboración con el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas, en España”, señaló, en tanto, el Dr. en Biología de la U. de Oviedo e ingeniero forestal UdeC, Rodrigo Hasbún.
Tras este descubrimiento, el equipo involucrado buscará seguir mejorando y lograr una versión 2.0 del genoma de araucaria en el futuro cercano. La meta es unir fragmentos para alcanzar una escala de cromosomas, lo que requiere más secuenciación y análisis bioinformático.