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En excavaciones en el Molkenmarkt de Berlín, arqueólogos encuentran una espada samurái del siglo XVII, identificada como wakizashi, que estaba en un sótano en la Stralauer Straße de Berlín. Inicialmente pensada como un sable de desfile, su restauración reveló su verdadera naturaleza, con una empuñadura del periodo Edo y una hoja potencialmente del siglo XVI. Por su parte la espada presenta decoraciones características de Japón y su origen en Berlín sigue siendo un enigma, aunque se baraja la posibilidad de haber sido un regalo diplomático en el siglo XIX.

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Durante unas excavaciones en el histórico Molkenmarkt de Berlín, Alemania, arqueólogos encontraron una espada samurái, conocida como wakizashi, que data del siglo XVII, según anunció la Oficina Estatal de Monumentos de la ciudad.

La espada, que inicialmente se pensó que era un sable de desfile, fue encontrada en medio de escombros que llenaban el sótano antiguo en la Stralauer Straße, en un edificio residencial de la primera mitad del siglo XX.

El estado de conservación de la espada era preocupante para identificar a que tipo de ejemplar se trataba, pues presentaba un alto grado de corrosión.

No obstante, durante los trabajos de restauración en el Museo de Prehistoria e Historia Antigua, los expertos descubrieron que era un fragmento de wakizashi, una espada tradicionalmente usada por los samuráis.

Espada Samurái: características

El mango de la espada, que mostró señales de daño severo por calor, conservaba partes de su revestimiento de madera, así como fragmentos de su envoltura de textil y piel de raya.

La empuñadura se fechó en el llamado periodo Edo, entre los siglos XVII y XIX. Por su parte la hoja sería mucho más antigua, pues podría datar incluso del siglo XVI.

Restauración de la espada

Respecto a la restauración de la espada samurái, la virola de la empuñadura se encontraba decorada con el motivo de daikoku, uno de los siete dioses de la suerte de Japón.

Además, la hoja, que presentaba pistas de ser recortada, presentaba decoraciones de crisantemos y motivos de agua, características típicas del periodo Edo.

Las radiografías realizadas antes de la restauración arrojaron más sorpresas. Aunque no se encontró ninguna firma de herrero, se confirmó que la hoja había sido originalmente más larga, reforzando la hipótesis de que el wakizashi fue recortado para un nuevo uso.

Wakizashi: origen desconocido

El origen exacto de cómo esta espada japonesa llegó a Berlín sigue siendo un misterio.

Algunas teorías apuntan a que podría haber sido un regalo diplomático durante la Misión Takenouchi en 1862 o la Misión Iwakura en 1873, cuando enviados japoneses visitaron Europa para establecer relaciones.

Sin embargo, no se ha encontrado ninguna conexión directa con los propietarios del edificio donde fue hallada.

“Este hallazgo demuestra una vez más qué objetos sorprendentes aguardan a ser descubiertos en el suelo berlinés. ¿Quién podría haber imaginado que en una época en la que Japón estaba aislado y apenas llegaban viajeros europeos al país, un arma tan largamente utilizada y ricamente decorada habría llegado hasta Berlín?”, afirmó Matthias Wemhoff, arqueólogo estatal de Berlín y director del Museo de Prehistoria e Historia Antigua de los Museos Nacionales de Berlín.

Posteriormente el wakizashi será exhibido al público por primera vez en el Museo Samurai de Berlín.