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Matilde Gaete, estudiante de ingeniería de la UC, fue seleccionada en el programa de entrenamiento avanzado para astronautas de la International Academy of Astronautics en Florida. A sus 20 años, busca convertirse en la primera astronauta chilena en ir al espacio y llegar hasta Marte. Motivada por preocupaciones como el cambio climático, ve en la exploración espacial soluciones para la Tierra. Su entrenamiento incluirá buceo, pruebas físicas y experimentar la fuerza G.

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Matilde Gaete, estudiante de ingeniería de la Universidad Católica, supo que quería ir al espacio cuando tenía 12 años. Desde muy pequeña se interesó en la exploración espacial y recientemente fue seleccionada en el programa de entrenamiento avanzado para aspirantes a astronautas de la International Academy of Astronautics de Florida, en Estados Unidos.

Ahora, a sus 20 años, planea convertirse en la primera astronauta chilena en ir al espacio, y como meta, espera poder viajar hasta Marte. Dice que no tiene miedo y que la ingeniería le permitirá darle un “enfoque social” a su carrera.

La estudiante de segundo año cuenta que sus ganas de explorar otros planetas se remontan a los problemas que enfrenta hoy la Tierra con el cambio climático. De hecho, pone sus esperanzas en terraformar Marte, lo que no significa, aclara, abandonar su planeta.

“No es para abandonar los problemas y contingencias que hay en la Tierra, todo lo contrario. El desarrollo de la industria espacial brinda un montón de soluciones para nosotros acá abajo“, explica en conversación con BiobioChile.

En el programa de astronautas, Matilde Gaete recibirá un entrenamiento intensivo de 9 días, esto después de tres semanas de clases teóricas, donde aprenderá sobre los desafíos de ser una astronauta y como afrontarlos.

Su odisea comenzará en abril, donde deberá completar ejercicios físicos, probar trajes espaciales, instrumentación, bucear y experimentar la fuerza G.

La joven señala que es importante “democratizar el espacio”, y dice que, salir de la Tierra aun si fuera sin un ticket de vuelta: “no me da miedo, me llama mucho”.

—¿Y qué se siente haber sido seleccionada?

Mira, al principio no me la creía. Siempre me pasan estas cosas. Me pasó lo mismo también cuando quedé en el Campamento Espacial de la NASA. Me cuesta aterrizarlo. Me alegro, pero no lo veo como la meta final, sino que esto lo veo como pasos para poder cumplir lo que quiero lograr, que es ir al espacio. Y desarrollarme también, con más impacto, en el mundo aeroespacial.

Yo más pequeña quise postular a esto y no pude por temas de edad. Y ahora verlo como ‘ya okay, ya estás confirmada’ (…) Lo empieza a hacer más real, pero claro, yo creo que es súper importante cada logro ponerlo en perspectiva.

—¿Cuándo te vas para allá? ¿Cómo serán tus clases?

Cuando tenga que viajar, voy a tener tres semanas de clases teóricas, como para dar un adelanto y una base sobre qué es lo que voy a hacer en el entrenamiento. Y ya el entrenamiento son nueve días, si no me equivoco. Las fechas no están confirmadas, se confirman en noviembre, pero sí o sí en abril se va a llevar a cabo esto.

Dentro del entrenamiento intensivo, está lo acrobático, donde voy a experimentar 5g, o sea, cinco veces mi propio peso. También hay buceo, hay entrenamiento con trajes espaciales, entrenamiento con instrumentación científica, porque la gracia de este programa es que buscan formar astronautas ciudadanos, que no necesariamente tengan el background militar o que de lleno quieran ir por las vías canónicas para ser astronautas.

¿Y con qué fin de formar astronautas ciudadanos? Para también democratizar el espacio y la ciencia en el sentido de que si uno quiere llevar a cabo un experimento en órbita baja, o en el espacio, que al final hay varias condiciones que son súper valorables en experimentos científicos, se puede hacer.

—¿Cuando termines el curso se puede decir que vas a ser una astronauta ciudadana?

Hay una diferencia ahí, porque cuando uno entrena en Tierra se suele decir que uno es astronauta análogo. Ya cuando uno llega al espacio, o sea, pasa los 100 kilómetros sobre el nivel del mar, que esa se llama la Línea de Kármán, que por convenciones es como lo que diferenciamos, de aquí para abajo es atmósfera de aquí para arriba espacio. Cuando uno pase esa línea ahí ya uno es astronauta. Porque finalmente ya estuviste en el espacio. Así que por ahora aspirante a astronauta. Pero estamos trabajando y yo creo que se va a dar para ya finalmente ser la primera astronauta.

Matilde Gaete, de Chile a Marte

Matilde no es la única aspirante a astronauta en Chile. Otros pioneros también han sido Tatiana López, estudiante de Ingeniería Civil Aeroespacial de la Universidad de Concepción o Sebasthian Ogalde, Ingeniero Eléctrico de la Universidad Católica, que serían los primeros astronautas análogos del país.

López y Ogalde ya han participado en misiones análogas desde la Tierra. Estas implican realizar experimentos o simulaciones de las que se recogen datos que después sirven como base para otros viajes espaciales, o para conocimiento de los astronautas que sí viajan al espacio.

La competencia es pequeña en Chile, porque hasta el momento no hay bastante capital humano para la exploración espacial en el país. Cualquiera de los tres podría ser el primer chileno y funcionarían como inspiración para otros jóvenes.

Matilde comparte que además, este es el “momento perfecto” para intentarlo. Recordemos que en los próximos años la NASA volverá a enviar humanos a la Luna y se espera que construyan bases en su superficie para que los humanos hagan ciencia desde allí.

Eventualmente, la próxima frontera será Marte, donde compañías privadas como SpaceX, de Elon Musk, ya ponen el foco con el desarrollo de poderosos cohetes que podrían ser los vehículos que llevarán a las primeras generaciones al planeta rojo. De aquí a una o dos décadas podría ser una realidad.

—¿Desde cuándo empezó esto de querer ir al espacio?

Desde muy pequeña. Yo empecé a investigar sobre contingencias, sobre todo cambio climático y la verdad me generó mucha ansiedad, que de hecho se acuñó un término para describir eso, que se llama “eco ansiedad”, que es como la ansiedad o angustia que uno siente por saber que el planeta lo estamos destruyendo, básicamente. Y después llegué a una solución sobre el cambio climático que era terraformar Marte, y ahí como que se empezó a meter un poco más el tema del espacio.

A mí me llamó mucho la atención que se puede terraformar Marte. Me acuerdo de haber visto un par de documentales y así me metí ya de lleno en todo lo que es exploración espacial. Pero fue un switch, porque yo llegué al espacio por el concepto de terraformar Marte, pero ahora lo doy vuelta porque yo creo que el desarrollo espacial no es para abandonar los problemas y contingencias que hay en la Tierra. Todo lo contrario, el desarrollo de la industria espacial brinda un montón de soluciones para nosotros acá abajo, en el ámbito de la medicina en el ámbito de las comunicaciones, un montón de áreas.

Entonces de ahí surge yo creo mi pasión por el espacio. Me fascina todo lo que tiene que ver con el desarrollo más técnico, pero también rescato mucho y también fue lo que en algún momento me atrajo que son los beneficios intangibles que la exploración del espacio te da. A todo el mundo le llama la atención porque te rompe un montón de barreras, hoy el cielo no es el límite, uno puede ir al espacio y tiene una implicancia, yo creo, filosófica y también cultural súper importante que destaco mucho.

—Y estás en un súper buen momento. Quizás cuando estés lista ya habrán viajes a Marte, todo está avanzando súper rápido. ¿Qué te parece a ti?

Toda la razón, está avanzando súper rápido en general todo el mundo STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) avanza de forma muy acelerada. Pero efectivamente estoy en el momento perfecto para todo lo que tiene que ver con la exploración espacial. Es una nueva era, de hecho, se llama “New Space”.

Antes las únicas personas que desarrollaban el espacio eran organizaciones gubernamentales como la NASA o ESA (Agencia Espacial Europea), la agencia espacial china, los rusos, pero claro, ahora se abrió a la a los privados con Virgin Galactic, Blue Origin, que están haciendo el espacio mucho más accesible, finalmente.

Entonces, claro, yo agradezco estar justo en esta época donde se está viendo todo este boom de la economía espacial, del uso del espacio, de poder ser parte y también de ser pionera. En Chile no tenemos una agencia espacial, hace poco anunciaron la construcción de los centros espaciales, el año pasado pusimos en órbita un satélite. Yo creo que es el momento perfecto para hacer difusión de por qué necesitamos desarrollar el espacio y que finalmente en Chile se necesita capital humano en esas áreas, hay que empezar de alguna otra forma.

Yo creo que es súper importante también motivar a los jóvenes. Nosotros somos quienes el día de mañana, vamos a tener que estar recibiendo los datos de los satélites, estar interpretando, qué es lo que vi, programando los diseños, etc.

—¿No te da miedo ir al espacio?

No. Yo le decía mamá: “si yo tengo la oportunidad de ir a Marte lo quiero hacer”. Y mi mamá me decía: “¿y si es sin vuelta?”. Yo lo quiero hacer porque más que una realización personal, lo veo como algo colectivo. Creo que es súper importante como humanidad dar estos espacios de reflexión y en mi caso a mí el espacio me brinda una perspectiva súper reflexiva, que a mí también me ayudó mucho a definirme como persona y ver qué quiero hacer, qué quiero desarrollar, a mí me gusta la ciencia en ingeniería, le quiero dar este enfoque social. Entonces no, no me da miedo, todo lo contrario, me llama mucho.

—Hablaste de los jóvenes, ¿qué recomendarías tú a los jóvenes que quieran empezar en esto? ¿Qué hay que hacer? ¿Cuáles son los pasos para hacerlo y ver que en verdad no es tan lejano como uno piensa?

Mira, yo creo que esto aplica para cualquier área, no necesariamente como para STEM. Creo que es súper importante el autoconocimiento, saber qué es lo que te gusta a ti, qué es lo que te apasiona, porque al final si uno quiere lograr algo uno tiene que estar convencido de que lo quiere lograr y que va a invertir tiempo y energía en ello.

En mi caso, claro, yo cuando tomé esta decisión la tomé igual bien chica, pero fue con criterio formado. Yo entendí que igual iba a ser más complicado porque soy mujer, joven, latinoamericana, no tenemos agencia espacial bla bla bla, pero con convicción se pueden hacer las cosas. Y hay que buscar las oportunidades.

Algo que destaco mucho y que también invito a los y las jóvenes, es que formen parte de redes que compartan sus intereses. Yo, por ejemplo, más pequeña fui parte de Tremendas, que hoy en día es una fundación super grande, que me ayudó mucho a conectar con gente, por ejemplo, chicas que tenían proyectos por su cuenta. Ahora más adelante al entrar a la universidad, entré por la vía de Admisión de Científicos a Emprendedores (NACE), que también es un ecosistema de jóvenes, entonces eso también es súper enriquecedor.

Ese es mi consejo. Buscar estas redes, este apoyo y también conocerse a uno mismo. Destaco mucho que tiene que haber un factor colectivo, pero también un factor un poco más individual que es conocerte a ti mismo y saber a qué le quieres dedicar tiempo, pero sintiéndote bien dedicándole tiempo a algo que te apasiona.

—¿Qué tipo de ingeniería hay que estudiar para ir al espacio?

Tocaste un tema que me gusta mucho. El espacio es súper interdisciplinario, en una misión espacial, tú requieres de un montón de disciplinas. Si nos vamos a la parte más científica, tecnológica, claro, te sirve ser ingeniero mecánico, eléctrico, ingeniero en operaciones, porque la logística de llevar a cabo una misión es brutal.

La NASA tiene hartos libros públicos y uno ve la planeación de la misión, y es brutal, y hay muchos muchos componentes que no pueden fallar. El diseño también, el diseño industrial. Uno habla de la parte más científica, pero también el diseño fue un rol súper importante al momento de diseñar misiones tangibles, como en la práctica, el cohete, por ejemplo.

También se necesita de médicos, de psicólogos, se necesita de abogados, entonces yo siempre cuando hablo de la promoción del espacio me gusta destacar que es súper interdisciplinario. No necesariamente tienes que estudiar una ingeniería en específico, tú cualquier actividad la puedes especializar en el desarrollo del espacio.

—Hace poco se supo que Chile va a firmar los Acuerdos de Artemis, ¿qué te parece que participemos de estas cosas?

Me parece maravilloso. Yo creo que Chile con el capital humano que posee y también dónde estamos posicionados en el globo es súper estratégico. Además, nosotros tenemos un montón de observatorios astronómicos, como que la infraestructura ya está. Si nosotros quisiésemos tomar la batuta en Latinoamérica para llevar el tema aeroespacial, es posible, y es súper realizable y nos vendría súper bien porque al final esto es progreso económico y progreso social.

Todas las invenciones que hacen en el espacio nos sirven mucho a nosotros, sobre todo para Chile, que tenemos una geografía súper compleja y que está poco estudiada. El tema de poner satélites que están observando constantemente en nuestro país sirve un montón. Entonces claro, yo creo que es maravilloso que se están sumando a estos acuerdos, creo que es necesario.

—¿Qué piensas de las personas que quizás son un poco escépticas sobre los viajes espaciales? Quizás falta información, hay una cuota que hay que saldar, ¿cómo se podría hacer eso?

Mira, va a sonar tal vez súper sorprendente, pero a mí me llama mucho la atención la gente que es terraplanista o que dice que nos fuimos al espacio, porque ellos te dan un análisis súper extensivo tratando de comprobar que no fuimos, entonces esa actitud de cuestionamiento y de llegar a tus propios argumentos y hacerte todo un análisis, lo valoro mucho. Claramente yo no soy terraplanista y tampoco creo en que no hayamos llegado a la Luna.

Yo creo que igual es súper importante valorar el cuestionamiento. Si a ti te dicen “oye mira pusimos un espejo que refleja luz en la Luna”, y tú no lo estás viendo, no estás comprobando que está ahí. Entonces ahí va la diferencia entre si vas a ser científico o pseudocientífico, porque un científico dirá “okay, hagamos un experimento y apuntemos con un láser para ver si rebota la luz”. Y después están las personas que se quedan con lo que les dicen.

Entonces yo valoro esa actitud que tienen los terraplanistas. Pero claro, a mí parecer, yo creo que si una investiga un poquito más, puede llegar a darse cuenta.