VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

Un estudio liderado por Mario Fischer-Gödde de la Universidad de Colonia reveló que el asteroide que desencadenó la extinción masiva de los dinosaurios, hace 66 millones de años en Chicxulub, México, se originó en la órbita de Júpiter y era de tipo carbonáceo. Este hallazgo resuelve largos debates sobre la naturaleza de dicho asteroide e impacta en nuestra comprensión de las colisiones extraterrestres en la Tierra. El impacto generó un cráter de 145 kilómetros y provocó la extinción de numerosas especies, dejando solo a mamíferos, aves, cocodrilos y tortugas.

Desarrollado por BioBioChile

El asteroide que provocó el fin de los dinosaurios, y la última gran extinción, se originó en la órbita de Júpiter, según un estudio reciente.

Hace 66 millones de años, un asteroide impactó en Chicxulub, en la actual península del Yucatán (México), y acabó con los dinosaurios no avianos, los pterosaurios, los ammonites y con la mayoría de los reptiles marinos, es decir, cerca del 6% de las especies de la Tierra.

Asimismo, dejó un cráter de 145 kilómetros.

Ahora, un nuevo estudio internacional liderado por Mario Fischer-Gödde, de la Universidad de Colonia (Alemania) y publicado en la revista Science, determinó que esa enorme roca procedía de la órbita de Júpiter y era un asteroide de tipo carbonáceo.

La investigación multidisciplinar, hecha por investigadores de Italia, Brasil, Suecia, Estados Unidos, Austria, Reino Unido, Dinamarca y Bélgica, desveló la composición de este asteroide al que solo sobrevivieron los mamíferos, las aves, los cocodrilos y las tortugas.

El hallazgo, además, resolvió un antiguo debate sobre la naturaleza del asteroide de Chicxulub, y remodeló nuestra comprensión de la historia de la Tierra y de las rocas extraterrestres que han colisionado con ella.

La última extinción masiva

La Tierra ha sufrido varias extinciones masivas. La más reciente tuvo lugar hace 66 millones de años, en la frontera entre las eras Cretácica y Paleógena, lo que los científicos llaman ‘límite K-Pg’.

Se cree que el objeto que impactó en Chicxulub, un enorme asteroide con un diámetro aproximado de entre 6 y 12 kilómetros que colisionó con la Tierra en lo que hoy es el Golfo de México, desempeñó un papel clave en esta extinción.

Esta gigantesca roca chocó con la fuerza de 10.000 millones de bombas atómicas como las de Hiroshima y Nagasaki, generando una explosión descomunal y un gigantesco tsunami que se expandió miles de kilómetros desde el punto de impacto, incluso sobre masas continentales.

Los sedimentos estratigráficos en las capas del límite K-Pg recogidos por los científicos en la zona hasta ahora contienen altos niveles de elementos del grupo del platino (PGE) como iridio, rutenio, osmio, rodio, platino y paladio, que son raros en la Tierra, pero comunes en los meteoritos.

Estos elevados niveles de PGE se han encontrado en todo el mundo, lo que sugiere que el impacto esparció restos por todo el planeta.

Pero algunos científicos llevan años defendiendo la idea de que esta extinción fue causada por unas erupciones registradas hace unos 66 millones de años en la región de denominada ‘Trampas del Decán’, en el oeste de la India, que fueron de tal proporción que pudieron provocar el desastre.

Hasta ahora, las proporciones específicas de PGE en el límite K-Pg coinciden más con el impacto de asteroides que con la actividad volcánica, sin embargo, todavía no se conoce bien la naturaleza del asteroide, ni su composición ni su origen extraterrestre.

Comparando muestras de meteoritos

Para intentar aclarar estas incógnitas, el estudio liderado por Fischer-Gödde analizó los isótopos de rutenio (Ru) en muestras tomadas del límite K-Pg y las comparó con muestras de cinco impactos de asteroides de los últimos 541 millones de años, con muestras de antiguas pequeñas esferas (esférulas) relacionadas con impactos de la era Arcaica (de 3.500 a 3.200 millones de años de antigüedad) y con muestras de dos meteoritos carbonosos.

El rutenio es una “huella genética” de las rocas del cinturón principal de asteroides, donde se encontraba la roca del tamaño de una ciudad antes de chocar con la Tierra hace 66 millones de años, dijo a Live Science Mario Fischer-Gödde, científico del Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia en Alemania, quien dirigió el nuevo estudio.

El asteroide probablemente fue empujado hacia la Tierra ya sea por colisiones con otras rocas espaciales o por influencias en el sistema solar exterior, donde los gigantes gaseosos como Júpiter albergan inmensas fuerzas de marea capaces de perturbar órbitas de asteroides que de otro modo serían estables.

El equipo descubrió que las firmas isotópicas de Ru en las muestras del límite K-Pg eran uniformes y coincidían estrechamente con las de las condritas carbonáceas (CC), lo que sugiere que la roca de Chicxulub probablemente era un asteroide de tipo C que se formó en el Sistema Solar exterior. El análisis también descartó que el asteroide fuera un cometa.

En cuanto a las otras muestras, las de la era Arcaica sugieren que los asteroides que impactaron en la zona tenían una composición similar a la del CC, lo que indica que también surgieron del Sistema Solar exterior y que podría tratarse de parte del material que impactó en las etapas finales de acreción de la Tierra.

Finalmente, los análisis mostraron también que otros lugares de impacto de distintas épocas mostraban composiciones isotópicas de Ru procedentes de asteroides de tipo S (salicáceos) del Sistema Solar interior.