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El análisis de ADN confirma que Kaspar Hauser no era el "príncipe perdido" de Baden, despejando parte de su misterioso pasado, aunque su origen real sigue siendo desconocido. Desde su misteriosa aparición en Núremberg en 1828, Hauser generó especulaciones sobre ser el príncipe heredero secuestrado de Baden, teoría que se desmiente tras la comparación de su ADN con descendientes vivos de la Casa de Baden. Aunque el enigma del príncipe se desvanece, el origen de Hauser sigue sin resolverse, ya que su ADN mitocondrial es de origen euroasiático occidental, sin especificar una región geográfica. A pesar de descartar la conexión real, persisten las incógnitas sobre los crímenes que pudo haber sufrido y las circunstancias que lo llevaron a la fama en el siglo XIX.

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Un misterio de 200 años, resuelto gracias a una prueba de ADN al “príncipe perdido” de Baden

Análisis de ADN recientes confirmaron que Kaspar Hauser no era el “príncipe perdido” de Baden, resolviendo parte de su misteriosa historia. Sin embargo, su origen real permanece desconocido.

La historia es la siguiente.

En 1828, un joven “medio salvaje” apareció repentinamente en Núremberg, Alemania, desatando uno de los mayores misterios del siglo XIX.

El muchacho de 16 años, que apenas podía hablar o caminar, llevaba consigo dos cartas que relataban una historia increíble: había crecido cautivo en una oscura mazmorra, aislado del mundo exterior.

El joven, que se identificó como Kaspar Hauser, pronto se convirtió en una sensación en toda Europa. Su enigmático pasado dio pie a numerosas especulaciones, la más famosa de las cuales sugería que era en realidad el príncipe heredero de Baden, secuestrado y reemplazado por un bebé moribundo para alterar la línea de sucesión del Gran Duque Carl, permitiendo así que una línea colateral accediera al trono.

Esta teoría, conocida como la “Teoría del príncipe perdido”, ganó fuerza tras la misteriosa muerte de Hauser en 1833, cuando fue encontrado apuñalado a los 21 años.

Durante casi dos siglos, el caso ha inspirado cientos de artículos, libros, películas y obras de teatro, alimentando un debate que ha perdurado hasta nuestros días.

Sin embargo, la ciencia moderna finalmente puso fin a esta teoría, luego de que un equipo internacional de investigadores, liderado por el genetista Walther Parson de la Universidad de Innsbruck en Austria, analizara muestras de cabello y sangre atribuidas a Hauser, según un nuevo artículo en la revista iScience.

Los científicos emplearon métodos de secuenciación de ADN de última generación para examinar el ADN mitocondrial de Hauser, que se hereda por línea materna. Por primera vez, pudieron confirmar la autenticidad de las muestras y compararlas con el ADN de descendientes vivos de la Casa de Baden.

Los resultados fueron concluyentes: el ADN de Kaspar Hauser era “claramente diferente del linaje mitocondrial de la Casa de Baden”, descartando cualquier relación materna con la familia real. Según los investigadores, la probabilidad de que Hauser no fuera el príncipe de Baden secuestrado es del 99,9994%.

“El ADN de Kaspar Hauser era el mismo en todas las muestras de pelo y también coincidía con el análisis de la muestra de sangre de los años 90. Esto confirma por primera vez la autenticidad de las muestras”, explicó Turi King, genetista de la Universidad de Bath y miembro del equipo de investigación.

Una muestra del cabello de Kaspar Hauser, el
Una muestra de su cabello. | Daniel Karmann | DPA

El origen de Kaspar Hauser sigue siendo un enigma

Aunque los nuevos hallazgos descartan la teoría del príncipe perdido, el verdadero origen de Hauser sigue siendo un misterio.

Los investigadores solo pudieron determinar que su tipo de ADN mitocondrial es de origen euroasiático occidental, sin poder precisar una región geográfica específica.

El estudio también refuta la hipótesis de que Hauser pudiera proceder del Tirol, una teoría que se basaba en similitudes genéticas con dos mujeres tirolesas elegidas al azar. Los científicos afirman que esta suposición “no se basa en hechos y conceptos científicos reconocidos”.

A pesar de desmentir la teoría de la conspiración real, los investigadores no descartan que Hauser pudiera haber sido víctima de otros crímenes. La posibilidad de que hubiera sufrido abusos o secuestro durante su infancia sigue siendo una hipótesis viable.

El caso de Kaspar Hauser continúa siendo un enigma fascinante, incluso después de casi 200 años. Aunque la ciencia cierra un capítulo en la historia de Hauser, descartando su supuesto origen real, su verdadera identidad y las circunstancias que lo llevaron a aparecer en Núremberg aquel día de 1828 siguen siendo un misterio.

Como reza su lápida en el cementerio de Ansbach: “Aquí yace Kaspar Hauser, enigma de su tiempo, origen desconocido, muerte misteriosa en 1833”.