Unos nuevos exámenes de sangre podrían ayudar a los médicos a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer con mayor rapidez y precisión, según informaron investigadores, aunque algunos parecen funcionar mucho mejor que otros.
Es difícil saber si los problemas de memoria están causados por el Alzheimer. Para ello es necesario confirmar uno de los signos distintivos de la enfermedad (la acumulación de una proteína pegajosa llamada beta-amiloide) mediante un escáner cerebral difícil de obtener o una incómoda punción lumbar. Muchos pacientes son diagnosticados basándose en síntomas y exámenes cognitivos.
Los laboratorios han empezado a ofrecer una serie de pruebas que pueden detectar ciertos signos de Alzheimer en la sangre. Los científicos están entusiasmados con su potencial, pero las pruebas aún no se utilizan de forma generalizada porque hay pocos datos que orienten a los médicos sobre qué tipo pedir y cuándo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) no ha aprobado formalmente ninguna de ellas y apenas hay cobertura de seguros.
“¿En qué pruebas podemos confiar?”, se pregunta la Dra. Suzanne Schindler, neuróloga de la Universidad de Washington en San Luis que participa en un proyecto de investigación al respecto. Aunque algunas son muy precisas, “otras pruebas no son mucho mejores que tirar una moneda al aire”.
Exámenes de sangre, escáner y más para detectar Alzheimer
Más de 6 millones de personas en Estados Unidos y millones más en todo el mundo padecen Alzheimer, la forma más común de demencia. Sus “biomarcadores” reveladores son las placas amiloides que obstruyen el cerebro y la proteína ‘tau’ anormal que da lugar a ovillos que matan neuronas.
Los nuevos fármacos Leqembi y Kisunla pueden ralentizar modestamente el empeoramiento de los síntomas eliminando el amiloide del cerebro. Pero solo funcionan en las fases más tempranas del Alzheimer y demostrar que los pacientes cumplen los requisitos a tiempo puede resultar difícil. Medir el amiloide en el líquido cefalorraquídeo es invasivo. Un escáner PET especial para detectar placas es costoso y conseguir una cita puede llevar meses.
Incluso los especialistas pueden tener dificultades para determinar si los síntomas de un paciente se deben al Alzheimer o a otra enfermedad. “No son infrecuentes los pacientes de los que estoy convencido de que padecen Alzheimer, pero les hago las pruebas y dan negativo”, explica Schindler.
Hasta ahora, los análisis de sangre se han utilizado sobre todo en entornos de investigación cuidadosamente controlados. Pero un nuevo estudio realizado con unos 1.200 pacientes en Suecia demuestra que también pueden funcionar en el ajetreo del mundo real de los consultorios médicos, especialmente los de atención primaria, que atienden a muchas más personas con problemas de memoria que los especialistas, pero disponen de menos herramientas para evaluarlos.
En el estudio, los pacientes que acudían a un médico de atención primaria o a un especialista por problemas de memoria recibían un diagnóstico inicial mediante los exámenes tradicionales, donaban sangre para análisis y se sometían a una punción lumbar o un escáner cerebral confirmatorios.
Los análisis de sangre fueron mucho más precisos, según informaron investigadores de la Universidad de Lund en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer celebrada recientemente en Filadelfia. El diagnóstico inicial de los médicos de atención primaria fue preciso en un 61% y el de los especialistas en un 73%, pero el análisis de sangre lo fue en un 91%, según los resultados, publicados también en la revista Journal of the American Medical Association.
¿Qué exámenes de sangre son mejores para detectar Alzheimer? Los médicos y los investigadores coinciden en que solo deberían utilizarse análisis con un índice de precisión superior al 90%, y que los que tienen más probabilidades de detectarlo son los que miden la p-tau27.