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Un nuevo estudio publicado en la revista Nature reveló que los mosquitos tienen un sistema hormonal que regula su deseo de sangre, especialmente en las hembras, quienes necesitan alimentarse para desarrollar sus huevos. La investigación encontró que la presencia de la hormona neuropéptido F (NPF) en el intestino de los mosquitos aumenta su atracción por la sangre humana, y que esta disminuye después de saciarse, pero aumenta tras poner los huevos.

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Los mosquitos se alimentan de sangre, pero ¿qué los impulsa a picarnos? Un nuevo estudio determinó cuál es la razón tras su sed y por qué ocurre principalmente en las hembras de estas especies.

La investigación se publicó el lunes en la revista Nature y plantea que los mosquitos portan unas hormonas que trabajan en conjunto para aumentar y suprimir su deseo de sangre.

“El descubrimiento podría proporcionar nuevos objetivos de pesticidas para prevenir la reproducción de los mosquitos y la transmisión de enfermedades“, comenta Zhen Zou, entomólogo del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias en Pekín, para la revista.

¿Por qué los mosquitos quieren sangre?

Para el estudio, los científicos se basaron en el comportamiento de los mosquitos hembra, ya que son los que más se alimentan por el desarrollo de sus huevos y el esfuerzo que implica ponerlos.

Los expertos observaron que el apetito por sangre ocurre un poco antes de poner los huevos, pero una vez saciados no se alimentan hasta después de ponerlos, y ya no se interesan en picar. Fue entonces que decidieron indagar en el mecanismo que regula esta atracción por la sangre de humanos y otros animales.

Resulta que existe una hormona en el intestino de estos insectos llamada neuropéptido F (NPF), y aparentemente sus niveles se disparan cuando los mosquitos buscan algún huésped, mientras que disminuyen después de saciarse.

“Eso nos motivó a analizar si la presencia de esta hormona era un factor determinante en la búsqueda de un alimento de sangre”, explica Michael Strand, entomólogo de la Universidad de Georgia en Atenas, que también participó del estudio.

Con esto en mente, estudiaron las células de los mosquitos que producen hormonas en el tracto gastrointestinal, donde comprobaron que los niveles de NPF se dispararon antes de alimentarse y bajaron 6 horas después.

Asimismo, pusieron a los mosquitos a prueba para ver si el apetito coincidía con el cambio hormonal y pudieron observar que mostraron mayor interés por la piel humana después de poner los huevos.

Mosquitos mutantes comprobaron la teoría

En la misma línea, experimentaron con mosquitos mutantes para activar y desactivar la hormona NPF y así ver la respuesta.

Resulta que al inactivar el gen, los mosquitos hembra no mostraron interés por picar a humanos, y al inyectar la hormona, el interés reapareció.

Con ello, los científicos también descubrieron que en el intestino de los insectos se produce otra hormona, la RYamide, que también regula los comportamientos alimentarios.

Cuando los niveles de NPF bajaron, los de RYamide subieron. De hecho, en los mosquitos mutantes que ya habían puesto huevos, inyectaron RYamide, y esto disminuyó su atracción por la sangre.

Los científicos concluyeron que entonces las hormonas NPF y RYamide cooperan para estimular y detener la atracción de los mosquitos por la sangre. Ahora, esperan realizar más análisis en profundidad para reafirmar este descubrimiento.