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El arqueólogo alemán Harald Meller vivió una misión encubierta para rescatar el Disco Celeste de Nebra, el mapa de estrellas más antiguo del mund. Convencido de su autenticidad tras ver unas fotos del objeto en mercado negro, Meller siguió pistas para recuperar el tesoro. Luego de un tenso intercambio, logró alertar a la policía y recuperar el artefacto.

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Fue prácticamente una misión encubierta lo que tuvo que vivir el arqueólogo alemán, Harald Meller, para rescatar el mapa de estrellas más antiguo del mundo, conocido como “Disco Celeste de Nebra”, un artefacto que data de la Edad de Bronce.

El también director de museo y catedrático de arqueología en Saale, Alemania, contó su historia recientemente a la BBC, donde dijo que “si el riesgo de morir por el disco celeste era 50/50, para mí, valía la pena“.

Todo ocurrió en 2001, cuando Meller vio las fotos de un extraño artefacto al que identificó como un mapa de las estrellas muy antiguo, probablemente de hace más de 3.000 años.

Según contó al medio, las imágenes habían sido tomadas por una banda delictual que había saqueado un sitio arqueológico al este de Alemania, donde estarían los asentamientos humanos más antiguos de Europa.

Meller sospechaba que el artefacto era real: “Nunca había visto algo comparable. No solo se veía el cielo, sino también un patrón distintivo, que tal vez significaba algo. Tenía la sensación de que si no era una falsificación, era un hallazgo increíble”.

“Estaba seguro de que era auténtico por una razón sencilla: quienes falsifican no hacen cosas nunca antes vistas, pues para eso necesitas fantasía y conocimientos complejos, o nadie les creerá”, comentó.

Según el arqueólogo, esta podía ser la representación más antigua del cielo alguna vez vista, “mi experiencia es que los hallazgos inesperados nunca son falsos”, agregó.

La misión por el mapa de estrellas más antiguo del mundo

Meller dijo que tras ver estas imágenes decidió encargarse de recuperar este tesoro, inicialmente tratando de localizar a quienes poseían o habían poseído el objeto, ya que los saqueadores lo vendieron en el mercado negro y pasó por varios dueños.

Según contó, por ese entonces el disco circulaba en el mercado a unos 300.000 dólares, que serían más de 200 millones en pesos chilenos.

Con el tiempo, el arqueólogo consiguió ayuda de la policía y siguieron varias pistas. En la búsqueda, descubrieron que quienes tenían el disco estaban intentando vender la historia a alguna revista.

“Al final, recibí una llamada de una mujer que era la mediadora de quien tenía el disco“, explicó Meller, quien se reunió con ella junto a un agente encubierto que fingió ser un colega del museo.

Así fue como un arqueólogo arriesgó su vida para rescatar el mapa de estrellas más antiguo del mundo
Disco Celeste de Nebra | Wikimedia Commons

“Cenamos con ella y su abogado, y traté de convencerla de que me vendiera, o al menos me dejara ver, el disco”, dijo. Después de esa charla, lo citaron a Basilea, una ciudad al noroeste de Suiza, que figura como uno de los focos del mercado negro en Europa.

La policía lo siguió de cerca en cada paso, pero le alertaron que corría peligro. “Me advirtieron: ‘Ten en cuenta que el robo de arte a menudo está conectado con la mafia, con la escena criminal profesional. Nunca, nunca vayas con ellos, porque lo que hacen normalmente estas bandas es invitarte a un hotel y luego tienes que montarte a un auto”, contó.

Momentos críticos

Meller tuvo que ir al café subterráneo de un hotel, donde lo esperaban los vendedores, una mujer y un hombre mayor: “Alto, entre 60 y 70 años, poco simpático. La mujer era amable. Miré alrededor, pero no vi ningún policía, solo a una chica de unos 15 años, un hombre con una sola pierna y el camarero que nos trajo el café“, explicó.

Los vendedores comenzaron a mostrarle otros objetos, pero el arqueólogo pidió ver el disco, para asegurarse de su autenticidad. “El hombre se abrió el abrigo y de debajo de la camisa sacó algo envuelto en una toalla. Era el disco y me lo entregó”.

“Lo siguiente que me sorprendió fue la belleza. El oro resplandeciente, el verde profundo. Además, como especialista, estaba muy consciente de que era un artefacto que te conectaba directamente con la Edad de Bronce: me ericé, era increíble y emocionante“, añadió Meller.

“Cuando lo tuve en mis manos, pensé: ‘Tómalo y corre, apártalo de estos tipos peligrosos’. Pero la policía me había advertido que no podía hacerlo”, reveló.

Meller se excusó para ir al baño y allí estuvo varios minutos intentando contactarse con la policía, ya que en el subterráneo no había mucha señal. Pero finalmente logró enviarles la señal.

“Di vueltas por todo el baño hasta que lo logré y les dije: ‘¡Atrápenlos!’. Y cuando salí, de repente 6 policías aparecieron de la nada”. Resulta que, la adolescente, el hombre cojo y el camarero eran policías.

Meller aclaró que fue un momento muy difícil para él, ya que “no soy un espía o un agente profesional”, pero que decidió tomar el riesgo por la importancia de recuperar objetos como estos para la ciencia.

“Normalmente, miramos hacia atrás solo cien, doscientos o trescientos años y nos sentimos súper listos. Nos comparamos con los tiempos medievales y creemos que ahora somos los mejores, pero eso es una tontería. La gente de la Edad de Bronce era tan inteligente como nosotros, no eran idiotas“, reflexionó.

“Por eso estaba emocionado: no tanto por el tesoro o por el arte, sino porque estoy absolutamente seguro de que este es un hallazgo clave de la historia de nuestra especie y, por lo tanto, quería hacer todo lo posible para que lo tuviéramos”, agregó después.

Ahora, el Disco Celeste de Nebra permanece en el Museo Estatal de Prehistoria de Halle, en Alemania, donde se comprobó que tiene unos 3.600 años de antigüedad.