El manuscrito Voynich es considerado el libro más raro del mundo y sigue siendo un misterio, escrito en un lenguaje desconocido hace seis siglos, permanece en una bóveda de la biblioteca de la Universidad de Yale y aunque ha sido ampliamente estudiado, poco se sabe de su contenido.
Parte de él está disponible escaneado en el repositorio online de la universidad, al que se puede acceder gratuitamente. De acuerdo con el registro digital, se trata de “un texto científico o mágico en un idioma no identificado, en cifrado, aparentemente basado en caracteres minúsculos romanos”.
Según recoge National Geographic, las dataciones de carbono 14 indican que fue creado entre 1404 y 1434, con un lenguaje en código como hacían antes los humanos, para encriptar de alguna manera textos de contenido religioso, político o diplomático, donde solo un pequeño grupo podía entenderlos.
Sin embargo, a la fecha, nadie ha logrado comprender sus mensajes. De hecho, algunos científicos plantearon que incluso podría ser un fraude, ya que no tiene explicación.
El libro en cuestión tiene 232 páginas, aunque algunas fueron arrancadas, y está escrito sobre pergamino fino, mide 22 por 15 centímetros, con 5 de grosor y en su contenido también hay cientos de dibujos, aparentemente con fines científicos y botánicos.
Los científicos solo han podido determinar que las plantas pintadas en este escrito no existen, puesto que no se asemejan en forma a las plantas que se conocen hoy.
Los intentos por descifrar el manuscrito Voynich
La primera vez que se supo del manuscrito Voynich fue en 1580, cuando el emperador Rodolfo II de Habsburgo, que se dice tenía un interés por las ciencias ocultas y la magia, lo compró por una elevada suma.
Según los registros, los vendedores fueron John Dee, un mago que aseguraba que podía comunicarse con los ángeles, y Edward Kelley, que tenía fama de estafador, razón por la que algunos creen que el libro pudo ser un fraude.
Después de ser propiedad de Rodolfo II, pasó por varios dueños durante el siglo XVII, hasta que terminó en un convento en Italia, donde lo compró un coleccionista en 1912. Cuando falleció, su esposa lo vendió a otro coleccionista de Nueva York, que no pudo venderlo y terminó donándolo a Universidad de Yale en 1969, donde permanece hasta hoy.
Desde entonces, varios pasaron por el desafío de entenderlo, un jesuita que descifraba jeroglifos del Antiguo Egipto, expertos en gliptografía, filólogos profesionales y aficionados, pero nadie llegó muy lejos.
Se usaron distintos métodos, como darle un valor numérico a las letras o incluso programas que procesan datos en computadores, pero ninguno dio resultado y se terminó calificando como un lenguaje desconocido al que llamaron “voynichés”.
Los expertos han interpretado superficialmente que contiene relatos esotéricos sobre ritos ocultos, dibujos de plantas, algo de astronomía e ilustraciones de mujeres, que eran consideradas símbolos de la alquimia.
Algunas teorías
Una de las teorías más comentadas es que lo escribió Roger Bacon, un conocido teólogo y científico europeo que hizo importantes aportes en el uso de la pólvora. “Las ilustraciones parecen representar temas que se sabe que interesaron a Bacon”, dice la Universidad de Yale. Sin embargo, no coincidiría porque él vivió en el siglo XIII y el Voynich data del XV.
Por otro lado, se teoriza que podría estar escrito por Leonardo da Vinci, ya que por la forma del texto estaría escrito por una persona zurda como él. Además, contiene elementos del renacimiento italiano. Aunque no se ha podido confirmar.
Recientemente, expertos de la Universidad de Alberta, en Canadá, utilizaron inteligencia artificial (IA) para tratar de leer su contenido, pero solo consiguieron concluir que lo más probable es que esté basado en el hebreo.
Por último, algunos expertos creen que la incoherencia del texto se debe a que es un manuscrito falso, hecho como una estafa, o una broma, hipótesis respaldada por la presencia de Edward Kelley como uno de sus vendedores, quien era un estafador.
De acuerdo con NatGeo, Kelley fue procesado en Reino Unido por falsificar documentos, por lo que pudo ser uno de sus engaños. Pese a ello, los análisis indican que el libro existió un siglo antes que él, además, tiene demasiados detalles para ser un invento.
A la fecha, el manuscrito Voynich no tiene traducción en ningún idioma.
Acá puedes ver su versión digital: