Un satélite que fue lanzado a la órbita de la Tierra en 1974, desapareció en los 90’s y no dio señales hasta esta semana, después de permanecer unos 25 años vagando a la deriva.
Se trata del Infra-Red Calibration Balloon (S73-7), que fue parte del Programa de Pruebas Espaciales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en los 70’s.
El dispositivo fue lanzado en un gran satélite de reconocimiento KH-9 Hexagon, cuya tarea era soltarlo en el espacio para que se adecuara en la órbita de la Tierra, pero uno de los pasos salió mal.
Se suponía que, una vez en órbita, S73-7 tenía que inflarse como un globo y así serviría como objetivo de calibración para equipos de detección remota, pero su despliegue fracasó, según recoge Space.com.
Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, explicó que el satélite desapareció inicialmente en los 70’s, luego reapareció y volvió a perderse su rastro en los 90’s, hasta ahora.
El objeto fue rastreado la semana pasada, según datos del 18º Escuadrón de Defensa Espacial, pero por el momento no se sabe si es el S73-7 como tal o algún fragmento de él.
“El problema es que posiblemente tenga una sección transversal de radar muy baja. Y tal vez lo que están rastreando es un dispensador o una pieza del globo que no se desplegó correctamente, por lo que no es metal y no se muestra bien en el radar”, comentó McDowell a Gizmodo.
Los peligros de un satélite perdido
Actualmente, los objetos que giran alrededor de la Tierra son más de 20.000 en diferentes puntos de la órbita, por lo que un satélite a la deriva podría ser un problema si llegara a alinearse con la órbita de otro objeto.
Al menos, S73-7 es pequeño y la probabilidad de un impacto es baja. “Es básicamente como el control del tráfico aéreo. Todo esto está dando vueltas y si vas a intentar volar a través de eso, debes saber dónde están los peligros”, explicó McDowell.
De acuerdo con La Red global de Vigilancia Espacial del Departamento de Defensa, en total hay unos 27.000 objetos orbitando el planeta, entre ellos basura espacial, satélites operativos y también obsoletos.
El experto señala que mientras se puedan rastrear sus órbitas, la basura no termina siendo un problema para los objetos operativos, pero la cantidad de satélites que se envían al espacio sigue creciendo.
“Si te faltan uno o dos objetos, no es un gran riesgo. Pero quieres hacer el mejor trabajo posible”, concluyó.