Investigaciones geofísicas en la masa continental de Australia revelan un intrigante secreto subterráneo. El geólogo Andrew Glikson desvela en un reciente artículo para The Conversation que un enigma de dimensiones colosales yace oculto bajo el moderno paisaje australiano, en el sur de Nueva Gales del Sur, en lo que podría ser la estructura de impacto de asteroide más grande jamás conocida en la Tierra (y por un enorme margen).
Según Glikson, la estructura de Deniliquin, aún pendiente de confirmación mediante perforación, abarca un asombroso diámetro de hasta 520 kilómetros, oculta bajo una capa de sedimentos de 4.000 metros de espesor. Este hallazgo supera así con creces la magnitud de la estructura de impacto de Vredefort en Sudáfrica, que ostentaba el récord hasta la fecha con un diámetro de alrededor de 300 kilómetros.
“La historia del bombardeo de la Tierra por asteroides está en gran parte oculta”, escribió Gilkson.
La propuesta de la existencia de la estructura se planteó inicialmente entre 1995 y 2000 por el geólogo Tony Yeates, quien sugirió que los patrones magnéticos en la cuenca de Murray podrían indicar la presencia de una gigantesca estructura de impacto sepultada. Recientemente, un análisis exhaustivo de datos geofísicos recopilados entre 2015 y 2020 ha corroborado la existencia de esta misteriosa formación.
Estructura subterránea Deniliquin
Basándose en la forma, los autores del estudio, publicado en la revista Tectonophysics, sugieren que esta estructura subterránea –denominada por los autores estructura Deniliquin en honor a la cercana ciudad de Deniliquin– representa los restos de un antiguo impacto.
En relación con la interrogante sobre cómo una formación de tal magnitud puede quedar sepultada bajo nosotros sin captar nuestra atención, Glikson arroja luz en su ensayo: “Cuando un asteroide colisiona, origina un cráter con una prominencia central. Esto guarda similitud con el efecto de una gota de agua que salpica hacia arriba desde un cráter efímero al lanzar una piedra en un estanque”.
Esta prominente cúspide central, continúa Glikson, puede erosionarse a lo largo de millones de años, perdiendo su prominencia. Si el cráter no queda simplemente sepultado bajo sedimentos, una colisión entre las placas tectónicas terrestres podría sumergir la estructura, ya que la placa colisionante es forzada a deslizarse bajo la otra.
Asteroide: impacto hace unos 500 millones de años
Basándose en el análisis de los sedimentos que recubren la formación, los científicos sostienen que un asteroide impactó en la Tierra cerca del ecuador hace entre 440 y más de 500 millones de años, coincidiendo con el cataclismo de extinción masiva del Ordovícico Tardío, que diezmó alrededor del 85 % de las formas de vida terrestres. Según Glikson, esta devastación superó en magnitud incluso la extinción de los dinosaurios a raíz del impacto de Chicxulub.
Sumado al descubrimiento de la prominente cúspide, existen otros indicios que sugieren que la estructura corresponde a un cráter de asteroide, tales como las ondulaciones simétricas en la corteza, generadas por las altas temperaturas del impacto, y las “fallas radiales” características de otras estructuras de impacto.
Lamentablemente, la mayoría de las evidencias recopiladas hasta la fecha sobre Deniliquin se limitan a la superficie. Por lo tanto, para corroborar el origen del asteroide y la antigüedad de la estructura de Deniliquin, los investigadores tendrán que recoger muestras de rocas del interior del cráter.