Es sabido que el creador y “padre” de la bomba atómica fue J. Robert Oppenheimer, el físico que organizó el primer ensayo nuclear de la historia marcando un antes y un después en las armas de la Segunda Guerra Mundial y del que se estrenó una película dirigida por Christopher Nolan este jueves. Pero fue el mismísimo Albert Einstein quien inició todo.
Einstein no tuvo una implicancia directa en la creación de este dispositivo tan destructor y peligroso, pero sí sentó las bases para ello e hizo -quizás involuntariamente- que Estados Unidos pusiera todos sus esfuerzos en el desarrollo de las armas nucleares.
Resulta que en 1939, el físico tras la teoría de la relatividad, envió una carta al entonces presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt. Allí advertía que los alemanes, bajo el régimen de Hitler, estaban estudiando las reacciones en cadena para intentar desarrollar las primeras armas nucleares y así ganar la guerra.
“Una sola bomba de este tipo, transportada por barco y explotada en un puerto, podría destruir todo el puerto junto con parte del territorio circundante”, dijo Einstein en la carta.
Fueron precisamente estas advertencias las que alertaron al gobierno e impulsaron el inicio del Proyecto Manhattan, para el que las fuerzas militares buscaron a Oppenheimer, que entonces figuraba como uno de los nuevos físicos más importantes del momento, que se puede decir que fue quien impulsó la física teórica en EE.UU.
Oppenheimer entonces, bajo la presión del gobierno reunió a los científicos más destacados del momento y comenzó a trabajar en el primer ensayo nuclear de la historia, la prueba Trinity, que implicó la detonación de la primera arma nuclear.
Con ello, posteriormente EE.UU lanzó bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki (Japón) que terminaron con la vida de más de 100.000 personas debido a la explosión y radiación. De acuerdo con la BBC, se estima incluso que pudieron ser más de 200.000.
La fórmula E=mc² de Albert Einstein
Pero la carta no fue lo único que contribuyó a la creación de este tipo de armamento, lo hizo también el cálculo más famoso de Einstein: la fórmula E=mc².
Esta muestra que la energía (E) es igual (=) a su masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado (c²). Es decir, que una pequeña cantidad de masa puede equivaler a inmensas cantidades de energía, que fue la base que usó Oppenheimer para el diseño de la bomba nuclear.
De hecho, luego de que los físicos concluyeran que utilizarían uranio y plutonio para el explosivo, a partir de la fórmula sólo necesitaron unos cuantos kilos para producir un estallido de miles de toneladas de TNT.
Recordemos que la bomba de Hiroshima equivalió a un estallido de 15.000 toneladas de TNT, mientras que la de Nagasaki fueron 21.000.
Incluso, después de las explosiones en Japón, en 1946 algunos medios como la revista Time, por ejemplo, intentaron bautizar a Einstein como “el padre de la bomba atómica”, argumentando que su fórmula hizo teóricamente posible su creación.
“Espero puedan perdonarme”
Pese a que Einstein no trabajó por la bomba y se consideraba a sí mismo un “pacifista”, la historia dice que se culpó de los desastres en Japón por años.
En 1955, unos meses antes de morir, el físico envió una carta a uno de sus amigos cercanos, donde se refirió por última vez a la carta que envió a Roosevelt en 1939.
“Cometí un gran error en mi vida cuando firmé la carta al presidente Roosevelt recomendándole que se fabricaran bombas atómicas“, dijo Einstein. “Pero había una justificación: el peligro de que los alemanes la fabricaran primero”.
Cabe recordar que, en medio de la carrera por el armamento nuclear, Alemania quedó bastante atrás y finalmente no desarrolló sus propias bombas nucleares.
“Si hubiera sabido que ese miedo (a que Alemania fabricara la bomba) no estaba justificado… no habría participado en abrir esta caja de Pandora”, mencionó también. “No vi otra salida, aunque siempre fui un pacifista convencido”.
“Espero puedan perdonarme“, concluyó.