En 1965, los astronautas James McDivit y Edward White de la NASA, observaron por primera vez una inmensa estructura rocosa en el desierto del Sahara. Se trata del posteriormente bautizado “Ojo del Sahara”, que no fue descubierto hasta que los humanos salieron al espacio y comenzaron a orbitar la Tierra.
Esta zona circular, que está constituida por material sólido de la Tierra que parece sobresalir hacia afuera en forma de anillos, apunta directo al espacio y tiene un diámetro de 40 kilómetros aproximadamente, según ha recopilado la NASA después de algunas expediciones y estudios.
La agencia espacial, señala que “se cree que su característica geológica circular es causada por un domo levantado que se ha erosionado para exponer las capas de roca originalmente planas“.
Pero todavía mucho se especula de ella. Desde el impacto de un asteroide, a las teorías que plantean algunos conspiranoicos, que tienen que ver con extraterrestres, siguen circulando en torno al Ojo del Sahara hasta hoy. ¿Qué es realmente?
¿Qué se sabe del “Ojo del Sahara” hasta ahora?
Preliminarmente, los científicos teorizaban que el Ojo del Sahara, también llamado Estructura Richat u Ojo de Buey, pudo haber sido causado por el impacto de un asteroide lo suficientemente grande como para dejar una marca de un diámetro aproximado de 40 kilómetros.
“Inicialmente, se pensó que el origen de la Estructura Richat era el resultado de un evento de impacto porque los grandes meteoritos normalmente producen formas circulares en la superficie de la Tierra“, describe la agencia espacial.
Sin embargo, estudios posteriores determinaron que se trataría de un “domo geológico elevado”, conocido en lenguaje científico como “anticlinal abovedado”, que se habría generado producto de la erosión en las rocas a través de los años.
“Con el tiempo, las diferentes tasas de erosión entre varios tipos de rocas en el domo superior expuesto llevaron a la formación de crestas circulares conocidas como cuestas“, dice la NASA. Esto último, respaldado por sus colores, cuyos tonos revelan las distintas rocas sedimentarias e ígneas expuestas en el desierto.
De acuerdo con National Geographic, el muestreo sedimentario que se ha hecho hasta ahora en la zona, indica que esta estructura se formó hace unos 542 millones de años, cuando los primeros animales comenzaban a surgir en la Tierra.
Para ese entonces justamente se produjo un proceso de “plegamiento”, que hacía que las fuerzas de las placas tectónicas presionaran la roca sedimentaria, aportando también en darle esta particular forma.
Algunas teorías conspirativas
Lo poco que por el momento se conoce del Ojo del Sahara también ha dado paso a diferentes teorías conspiranoicas. Una de las más repetidas está relacionada con la leyenda de Atlantis, que en las descripciones de Platón, tenía una estructura similar.
El filósofo decía que, se trataba de una inmensa ciudad compuesta por anillos concéntricos entre los que había granjas de agua y que sería una potencia militar hace unos 12 mil años, pero los tiempos no coinciden, tampoco su ubicación y los expertos enfatizan en que la existencia de Atlantis es bastante dudosa.
Similar a esto, también se comenta que podrían ser los restos de alguna antigua civilización, pero estaría tan aislada en el ambiente hostil del Sahara que no tendría mucho sentido.
Por otro lado, hay quienes postulan que podría tratarse de una nave alienígena que cayó a la Tierra y quedó enterrada en el desierto, pero los geólogos descartaron inmediatamente esta hipótesis.
Otra teoría un poco diferente tendría que ver con los restos de una mina a tajo abierto, puesto que tienen una estructura similar, aunque las minas son excavaciones que generan profundidad en la Tierra y no coincidiría con su antigüedad.
Los astronautas y el Ojo del Sahara
Actualmente, se continúa estudiando la formación de este objeto y como ha ido avanzando a través de los milenios, pero además de ello, los astronautas lo han convertido en una especie de “punto de encuentro”.
De hecho, en 2021, el astronauta Thomas Pesquet, conocido en Instagram por sus postales desde el espacio, publicó su propia imagen del Ojo del Sahara, donde admitió que la estructura se había convertido casi en un cliché para su profesión.
“Si hay una imagen que es el cliché para los astronautas en el espacio, es el Ojo de Richat, también conocido como el Ojo del Sahara. Todos hemos tomado una o dos fotos”, escribió en la red social.
Asimismo describió que es fácil de enfocar puesto que “rara vez” hay nubes sobre el desierto del Sahara que impidan localizarlo.