El hallazgo fue anunciado muy recientemente por la Red de Paleontología de la Universidad de Chile, en un estudio publicado en la revista Science Advances. Se trata del “Gonkoken nanoi”, un “dinosaurio pico de pato” que habitó la Patagonia chilena hace millones de años. Sin embargo, a los pocos días surgió en redes sociales un estudiante de doctorado acusando a los académicos de plagiar su trabajo y de haberle impedido el acceso a las muestras necesarias para terminar su tesis.
Tras ser consultados desde BioBioChile, desde la Red de Paleontología se defendieron en un comunicado asegurando incluso que desde su equipo invitaron al joven, identificado como Toshiro Jujihara Vergara, para que participe de las investigaciones sin recibir respuesta ni suya ni del alemán Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT), del cual forma parte.
El descubrimiento de la discordia
El nuevo dinosaurio destaca por su pico similar al de los patos, según el estudio. Estiman que midió entre 3,5 a 4 metros de largo y que pudo pesar hasta una tonelada. Sus hábitos alimenticios eran herbívoros, y vivió en Cerro Guido, en la localidad de la provincia de Última Esperanza.
La investigación publicada duró 10 años e incluyó a científicos de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, del Instituto Antártico Chileno (INACH) y del Museo de Historia Natural, todos los cuales fueron cuestionados por Jujihara.
Sería el segundo dinosaurio herbívoro encontrado en esta zona, el otro fue el Stegouros elengassen, un anquilosaurio dado a conocer en diciembre de 2021.
“Gonkoken nanoi es un dinosaurio importante para Chile, el quinto descubierto a nivel nacional y el segundo bautizado y exclusivo del valle de las Chinas y junto con las dos especies de mamíferos (Magallanodon y Orretherium) que son los más antiguos encontrados en Chile”, comentó Marcelo Leppe, uno de los autores del estudio, tras ser éste publicado.
“Dan una referencia de que en valle de las Chinas, Cerro Guido y la investigación que se está desarrollando en ese lugar va a seguir dando frutos y abriendo preguntas tan importantes como qué tipo de relación existió entre América y Antártica. Dado que tenemos otras manifestaciones de vida como plantas e invertebrados, y toda esa gran riqueza biológica que está atrapada en por lo menos 20 millones de años del final de la era de los dinosaurios”, agregó.
La acusación de Toshiro
Según relató el estudiante magallánico, “mi trabajo ha sido plagiado y ha sido publicado recientemente por los coautores (incluyendo entre estos a mis ex supervisores alemanes) de mis avances en los trabajos que previamente he presentado en diferentes congresos internacionales”.
“He estado tratando de acceder a los fósiles de los hadrosaurios por años para terminar mi tesis y complementar la descripción de los paratipos de la nueva especie. He hecho todas las gestiones posibles”, asegura. Sin embargo, no habría tenido éxito y sus esfuerzos a lo largo de estos años lo habrían llevado incluso a la quiebra.
Así, acusa directamente a los académicos Marcelo Leppe y Alexander Vargas de faltas, que fueron descartadas por el Comité de Ética de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. “Una respuesta insólita, considerando que bloquear el acceso al material de estudio de un estudiante de doctorado no es solo una falta a la ética y una conducta abusiva, sino que directamente constituye una falta al Artículo 21° del Reglamento sobre Excavaciones y/o Prospecciones Arqueológicas, Antropológicas y Paleontológicas”, argumenta Jujihara.
De acuerdo con su relato, fue recién en marzo de 2023 que el Consejo de Monumentos Nacionales le permitió acceso a las muestras. “Lamentablemente, para ese momento el equipo de la Universidad de Chile y el INACH con los que alguna vez trabajé ya habían complementado mi trabajo y enviado un manuscrito a revisión”, sostuvo.
Los académicos barajan acciones legales
Desde la Red de Paleontología de la Universidad de Chile, los autores del estudio sobre este dinosaurio ‘pico de pato’ tacharon de “injuriosas e infundadas” las acusaciones en un comunicado, negando “rotundamente la existencia de plagio, o cualquier otra falta a la ética científica”.
“La publicación cuestionada es resultado de una extensa investigación y riguroso proceso de evaluación de pares, siguiendo todos los estándares éticos y validado en múltiples instancias. No existe ninguna coincidencia de redacción, o apropiación de creación intelectual alguna, por cuanto toda recopilación de información, análisis y documentación utilizadas es propia”, defendieron.
Asimismo, acusaron a Jujihara de negarse directamente a participar del estudio: “Siguiendo los procedimientos éticos estándar respecto a ex-colaboradores, y utilizando los canales institucionales, este ex-colaborador fue invitado repetidamente a participar como co-autor de nuestra publicación. Pese a haber explicado este procedimiento estándar, y haciendo explícita nuestra intención de avanzar con la publicación, nunca obtuvimos respuesta alguna del ex-colaborador o de las autoridades de su institución en Alemania”.
En consecuencia, indicaron, “se pondrá a disposición ante las instancias institucionales toda la información necesaria que permita despejar cualquier manto de duda” y “sin perjuicio de lo anterior, nos reservamos el derecho de iniciar acciones legales en contra de quienes mediante acusaciones infundadas afecten la dignidad y honra de los autores de nuestra publicación”.