El país asiático ya lleva 4 años explorando el lado oscuro de la Luna y actualmente ya comienzan los preparativos para traer muestras a la Tierra.

China impulsará este año su programa de exploración lunar, incluida Chang’e-6, una misión prevista para traer a la Tierra dos kilos de muestras del lado oculto de la Luna en el futuro.

Citado por Xinhua, Wu Weiren, diseñador jefe del programa de exploración lunar chino, agregó que la misión Chang’e-6 está programada para completar la tarea de retorno de muestras, y la misión Chang’e-7 implicará el aterrizaje en el polo sur lunar y la detección de recursos hídricos.

La misión Chang’e-8 se lanzará en torno a 2028 y trabajará en colaboración con la Chang’e-7 para construir un modelo básico de estación de investigación científica en el polo sur lunar, incluyendo múltiples instrumentos de exploración como orbitadores, aterrizadores, rovers y naves voladoras, señaló Wu.

La Chang’e-5, lanzada en 2020, fue la misión lunar más reciente de China. Su sonda recuperó un total de 1.731 gramos de muestras de suelo de la cara oculta de la Luna.

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¿Qué es el lado oculto de la Luna y qué busca China en él?

El llamado popularmente “lado oculto de la Luna”, no es más que su otra cara, que desde la Tierra no es posible ver debido al fenómeno de “rotación sincrónica”. Este hace que el satélite tarde lo mismo en girar sobre su propio eje que alrededor de la Tierra, lo que nos permite ver solo uno de sus lados.

Es sabido que China tiene ambiciosos planes de estudios lunares, y fue en 2018 cuando la misión Chang’e-4 exploró esta zona por primera vez, específicamente en el cráter Von Kármán, en la zona de impacto más antigüa de la Luna, la cuenca Aitken.

Hasta ese entonces, el lado oculto y oscuro de la Luna había sido territorio inexplorado. Pero ahora, China está recopilando muestras que permitirán dilucidar cómo fue el pasado de este satélite y su formación hasta que se convirtió en lo que conocemos hoy.

Además, también podrán comprobar o refutar las teorías científicas que sugieren que el impacto que formó la cuenca Aitken atravesó la corteza de la superficie lunar hasta llegar al manto, algo que no se ha podido comprobar fehacientemente a la fecha.