La secretaria de Estado española de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, advirtió esta semana en Congreso Futuro sobre la necesidad de regularizar los límites del avance tecnológico en clave ética y subrayó la obligación de hacerlo ya pensando en las tecnologías del futuro porque de lo contrario se puede caer en “un oeste salvaje” sin marcha atrás.
“Tenemos que regular, pero no a través de las tecnologías que tenemos hoy sino de las que vendrán, entre ellas la inteligencia digital, el metaverso, computación cuántica o las neurotecnologías”, afirmó.
“Tenemos que entender que hay un cambio de paradigma y que el desarrollo tecnológico no se puede hacer sin cortapisas y sin pensar en las consecuencias presentes y futuras. Tenemos el deber de regular los límites del avance tecnológico en clave ética”, señaló.
En este sentido, recordó el liderazgo que España tiene en este ámbito, tanto en el marco de la Unión Europea como en el entorno de los estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el deseo que trabajar en estrecha colaboración con Chile, que trata de incluir esos derechos digitales en su controvertido proyecto de nueva Constitución.
“Queremos poner en valor el trabajo que España ha hecho en la carta de derechos digitales y en la que Chile, que trata de introducirlo en la nueva Constitución, también está alineado” de cara a la cumbre que se celebrará el próximo marzo en la República Dominicana para lanzar la carta de derechos digitales para Iberoamérica.
Carme Artigas en Congreso Futuro
“El futuro depende de las decisiones del presente. El futuro no está escrito y debemos apoyar el desarrollo de tecnologías disruptivas para desarrollarnos como sociedad. Pero esto no puede hacerse a cualquier precio, ni llevándose por medio principios y valores democráticos ni derechos fundamentales que nos ha costado mucho conseguir”, insistió
“Vamos a aprovechar la presidencia española de la Unión Europea para recuperar esos vínculos con Latinoamérica y liderar juntos este desarrollo tecnológico basado en principios y valores”, con un proyecto específico, “una inteligencia artificial en lengua española, porque si no detrás de la inteligencia artificial en otro idioma hay una colonización tecnológica y hay colonización cultural”.
“No puede existir un metaverso sin regulación. Nosotros, alrededor de los neoderechos vemos una importante necesidad de proteger los datos personales, especialmente los datos de salud, los datos vinculados a cerebro. Hay que poner límites a este desarrollo tecnológico” agregó porque, en su opinión, en un futuro muy próximo “no habrá una división tan clara entre el mundo real y el mundo analógico”.
Es por ello que España ha lanzado la iniciativa “SpainNeurotech”, un programa para el desarrollo de neurotecnologías éticas que incluye ayudas a las empresas pero también cambios en la educación para que todos, tanto jóvenes como ancianos, sean conscientes y no se creen brechas morales, económicas y sociales en el futuro.
“Tenemos que darle el poder al ciudadano, tenemos que formar al ciudadano en hacerle partícipe en reclamar esos derechos. En este proceso de transformación nosotros somos una generación de transición que tiene la responsabilidad generacional e histórica de resolver dos problemas para la siguiente generación que si no resolvemos nosotros nadie va a poder resolverlo”, afirmó.
Una es el cambio climático y el otro son todos los dilemas éticos asociados al desarrollo tecnológico.
“Ahondar en las nuevas competencias digitales, tanto en el ámbito técnico, porque en el futuro se necesitará gente que sepa de datos y programar” pero también de otras capacidades éticas “que son claves para desenvolverse en el mundo del futuro, como el pensamiento crítico”, concluyó.