Un equipo internacional ha descubierto que una misteriosa bestia microscópica descubierta en China de la que se creía que descendían los humanos forma parte de un árbol genealógico diferente.
Sin embargo, un extenso análisis de fósiles de 500 millones de años de antigüedad procedentes de China ha demostrado que los agujeros alrededor de la boca son bases de espinas que se desprendieron durante la conservación de los fósiles, revelando finalmente la afinidad evolutiva del microfósil ‘Saccorhytus’. Los resultados se publican en Nature.
“Algunos de los fósiles están tan perfectamente conservados que parecen casi vivos –resalta Yunhuan Liu, profesor de paleobiología de la Universidad de Chang’an (China)–. El ‘Saccorhytus’ era una bestia curiosa, con boca pero sin ano, y anillos de complejas espinas alrededor de la boca”.
Los hallazgos introducen importantes modificaciones en el árbol filogenético primitivo y en la comprensión de cómo se desarrolló la vida.
La verdadera historia de la ascendencia de ‘Saccorhytus’ reside en las características microscópicas internas y externas de este diminuto fósil. Al tomar cientos de imágenes de rayos X en ángulos ligeramente diferentes, con la ayuda de potentes ordenadores, se pudo reconstruir un modelo digital 3D detallado del fósil.
La investigadora Emily Carlisle, de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol (Reino Unido), explica que “los fósiles pueden ser bastante difíciles de interpretar y el ‘Saccorhytus’ no es una excepción. Tuvimos que utilizar un sincrotrón, un tipo de acelerador de partículas, como base para nuestro análisis de los fósiles”.
Bestia no tendría relación con los humanos
“El sincrotrón proporciona rayos X muy intensos que pueden utilizarse para tomar imágenes detalladas de los fósiles –prosigue–. Tomamos cientos de imágenes de rayos X en ángulos ligeramente diferentes y utilizamos un superordenador para crear un modelo digital en 3D de los fósiles, que revela las diminutas características de sus estructuras internas y externas”.
Los modelos digitales mostraron que los poros alrededor de la boca estaban cerrados por otra capa del cuerpo que se extendía a través, creando espinas alrededor de la boca. “Creemos que éstas habrían ayudado al ‘Saccorhytus’ a capturar y procesar sus presas”, sugiere Huaqiao Zhang, del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing (China).
Los investigadores creen que el ‘Saccorhytus’ es en realidad un ecdysoszoo: un grupo que contiene artrópodos y nematodos. “Consideramos muchos grupos alternativos con los que el ‘Saccorhytus’ podría estar emparentado, como los corales, las anémonas y las medusas, que también tienen boca pero no ano”, explica el profesor Philip Donoghue, de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol, que codirigió el estudio.
“Para resolver el problema, nuestro análisis computacional comparó la anatomía del ‘Saccorhytus’ con todos los demás grupos de animales vivos, concluyendo una relación con los artrópodos y sus parientes, el grupo al que pertenecen los insectos, los cangrejos y los gusanos redondos”, señala.
La falta de ano del ‘Saccorhytus’ es una característica intrigante de este microscópico y antiguo organismo. Aunque la pregunta que salta a la vista es la ruta alternativa de los desechos digestivos, esta característica es importante por una razón fundamental de la biología evolutiva.
La forma en que surgió el ano –y a veces su posterior desaparición– contribuye a la comprensión de cómo evolucionaron los planes corporales de los animales. Trasladar al ‘Saccorhytus’ del deuterosoma al ecdisozoo significa eliminar el ano que desaparece de la historia del deuterosoma y añadirlo a la del ecdisozoo.
“Este es un resultado realmente inesperado porque el grupo de los artrópodos tiene un intestino pasante, que se extiende desde la boca hasta el ano. La pertenencia del ‘Saccorhytus’ al grupo indica que ha retrocedido en términos evolutivos, prescindiendo del ano que habrían heredado sus antepasados”, afirma Shuhai Xiao, de Virgina Tech (Estados Unidos), que ha codirigido el estudio.
“Todavía no sabemos la posición precisa de la bestia ‘Saccorhytus’ dentro del árbol de la vida de los humanos–reconoce–, pero puede reflejar la condición ancestral a partir de la cual evolucionaron todos los miembros de este grupo tan diverso”.