Un reciente experimentó creó lo que serían los primeros embriones de ratón sintéticos, los cuales no necesitaron de ningún elemento de la fecundación para originarse. El descubrimiento ha abierto el debate entre lo ético y la ciencia.
Un reciente experimento, que según varios autores desafía las leyes de la genética y ética, logró crear los primeros “embriones” sintéticos de ratón a partir de células madres de estos roedores.
Los creadores esperan que a partir de este avance se puedan desarrollar órganos para implantes humanos, sin embargo, los mismos autores afirman que aún resta mucha investigación de por medio.
Científicos especializados en células madre afirman haber creado por primera vez “embriones sintéticos” sin utilizar esperma, óvulos ni fecundación, pero la perspectiva de utilizar esta técnica para cultivar órganos humanos para trasplantes sigue siendo lejana.
El avance ha sido aclamado como un gran paso adelante, aunque algunos expertos afirman que el resultado no puede considerarse plenamente como embriones y advierten de futuras consideraciones éticas.
Células madre de ratón se autoensamblan
En una investigación publicada esta semana en la revista Cell, científicos del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel describieron cómo las células madre de ratón se autoensamblan en estructuras similares a las de los embriones en el laboratorio.
La investigación se basó en la realizada en 2018, en la que un conjunto de células madre de ratón se autoorganizó en algo parecido al inicio de un embrión, pero con muchas menos células.
El equipo de Weizmann, dirigido por el científico palestino especializado en células madre Jacob Hanna, fue mucho más allá.
Empezaron recogiendo células de la piel de los ratones y luego las hicieron volver artificialmente al estado de células madre.
A continuación, colocaron las células madre en una incubadora especial, que se movía continuamente para imitar el útero materno. La inmensa mayoría de las células no consiguió formar nada.
“Embriones” sintéticos de ratón
Sin embargo, 50 (el 0,5% del total de 10.000) se agruparon en esferas y luego en estructuras similares a las de los embriones, según los investigadores.
Al cabo de ocho días, aproximadamente un tercio de los 20 días de gestación de un ratón, se observaron los primeros signos de un cerebro y un corazón que latía, añadieron.
Los describieron como un 95% similares a los embriones de ratón normales.
“El embrión es la mejor máquina de fabricar órganos y la mejor bioimpresora en 3D; intentamos emular lo que hace”, dijo Hanna en un comunicado de Weizmann.
“No son embriones”
Aunque se trata de las estructuras sintéticas similares a los embriones más avanzadas jamás cultivadas, algunos científicos que no participaron en la investigación advirtieron del peligro de llamarlas “embriones”.
“No son embriones”, dijo a la AFP el científico francés especializado en células madre Laurent David.
“Hasta que se demuestre lo contrario, no dan lugar a un individuo viable capaz de reproducirse”, añadió.
Prefirió llamarlos embriones, nombre con el que se conoce a un grupo de células que se asemejan a un embrión, subrayando que solo mostraban los inicios de los órganos.
Sin embargo, David acogió con satisfacción esta investigación “muy convincente”, que, según dijo, podría permitir nuevos experimentos para comprender exactamente cómo se forman los órganos.
Entender a las células madre
Hanna afirmó que el “próximo reto del equipo es entender cómo las células madre saben qué hacer, cómo se autoconforman en órganos y encuentran el camino a sus lugares asignados dentro de un embrión”.
Si algún día se pudieran cultivar órganos humanos en un laboratorio, se podrían realizar trasplantes para salvar la vida de miles de personas cada año sin necesidad de donantes.
Ya se han producido avances en este nuevo campo: hace varios años los investigadores consiguieron desarrollar en el laboratorio un intestino artificial que podía implantarse en un ratón.
Lejos de lograr implantes de órganos para humanos
Sin embargo, para los seres humanos estos implantes de órganos siguen siendo ciencia ficción.
Aun así, Hanna ha fundado una empresa, Renewal Bio, que pretende encontrar una forma de utilizar la tecnología con fines terapéuticos.
Los investigadores que no participaron en el estudio dijeron que era muy pronto para considerar el uso de esta técnica en humanos.
Caja de Pandora ética
Alfonso Martínez Arias, de la Universidad Pompeu Fabra de España, afirmó que el avance “abre la puerta a estudios similares con células humanas, aunque primero hay que superar muchos obstáculos normativos y, desde el punto de vista de los experimentos, los sistemas humanos van por detrás de los de los ratones”.
Y pretender obtener resultados similares a partir de células humanas probablemente abrirá una caja de Pandora ética.
“Aunque la perspectiva de los embriones humanos sintéticos es todavía lejana, será crucial entablar debates más amplios sobre las implicaciones legales y éticas de este tipo de investigación”, dijo James Briscoe, del Instituto Francis Crick de Gran Bretaña.