Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN)

Organismo internacional recomienda a Chile "ampliar" el reactor nuclear La Reina: ¿Qué significa?

25 julio 2022 | 11:10

Durante la primera quincena de julio, el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) realizó en Chile por primera vez dos misiones de evaluación en el reactor nuclear RECH-1 ubicado en las instalaciones La Reina, en la comuna de Las Condes. Allí el organismo recomendó la ampliación de las capacidades del reactor, pero ¿qué significa?

Fue a pedido de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) que el Organismo Internacional de Energía Atómica ejecutó en Chile una revisión integrada de la utilización del reactor nuclear (misión IRRUR) y un servicio de asesoría en operación y mantenimiento de reactores (misión OMARR).

Esto para llegar a un diagnóstico de utilización, operación y mantenimiento del RECH-1, informa el portal WNN.

Tras los resultados, que concluyeron a mediados de julio, los expertos internacionales que formaron parte de la evaluación, recomendaron a la CCHEN la ampliación de las capacidades del reactor nuclear. En conversación con BioBioChile, Eugenio Vargas, jefe del RECH-1 explicó en detalle que significa “ampliar”, cuáles son los factores a considerar y por qué no hay que alarmarse.

“Cuando se habla de ampliar las capacidades no se refiere a que aumentemos la potencia o cambiemos alguna característica técnica inherente al diseño del reactor”, dice. “Lo que nosotros vamos a hacer es desarrollar todas las potencialidades que este reactor tiene”.

Asimismo, el experto señala que el aparato ofrece varias oportunidades para la investigación de energía nuclear en Chile que no se han aprovechado. “Hay muchas capacidades que no están siendo explotadas, no están siendo utilizadas. Eso simplemente porque nos metimos en un ritmo de trabajo que nos hizo ver solamente una aplicación en particular”, señala.

Reactores nucleares en Chile

En Chile, si bien existen 2 reactores nucleares a la fecha, ninguno de ellos se usa para producir energía eléctrica. En realidad sus objetivos son aplicaciones de tipo pacíficas. En el RECH-1, por ejemplo, los expertos realizan actividades de investigación y desarrollo y el RECH-2 por el momento se encuentra detenido y sin uranio.

“Es el que nosotros utilizamos principalmente para la producción de radioisótopos y radio fármacos, para su aplicación en medicina nuclear. Es decir, para tratamiento y diagnóstico temprano de cáncer”, informa Vargas.

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La máquina, ubicada en los faldeos de la cordillera en la comuna de Las Condes ha causado polémica y preocupación entre las comunidades cercanas a las instalaciones de la CCHEN. Sin embargo, desde la comisión señalan que “este reactor en particular tiene unos niveles de seguridad tan altos que es muy difícil que algo ocurra”.

Eugenio Vargas explica que el el reactor cuenta con una tecnología de “autorregulación”, que ayuda a detectar y prevenir desastres en caso de escenarios eventualmente riesgosos.

“El año 2010, cuando fue el terremoto del 27F, el reactor estaba funcionando y se activó el sensor relacionado con la actividad sísmica. Por lo tanto, el sistema detecta este movimiento y el reactor se apagó solo”, aseguró.

Y es que uno de los factores que más inquieta a la población son los riesgos asociados a la actividad sísmica, sobre todo porque la instalación se encuentra en la ‘falla’ de San Ramón. A pesar de ello, el sistema ha demostrado eficiencia en los últimos terremotos (de 2010 y 2016) por lo que los expertos concluyen que la probabilidad de que algo ocurra “es sumamente baja”.

Tal preocupación, dice Vargas, puede tener que ver con que las personas asocian la energía nuclear con desastres como los de Fukushima(2011) o Chernóbil (1986). En Fukushima, por ejemplo, tras un terremoto y posterior tsunami de gran envergadura, se produjeron fallas en varios reactores nucleares de la ciudad.

“Lamentablemente, la energía nuclear ha tenido pésimas cartas de presentación. Sin embargo, tenemos que pensar que actualmente en el mundo existen alrededor de 400 reactores nucleares de potencia que están continuamente funcionando. Y no han tenido ningún accidente desde Fukushima, que fue un evento sumamente anómalo”, asegura Vargas.

Mitos y prejuicios sobre la Energía Nuclear

Cuando hay visitas guiadas en el reactor RECH-1 las preguntas más frecuentes tienen que ver con los riesgos asociados a la actividad sísmica y los desechos radioactivos. Dudas que, si bien son válidas, surgen producto de la desinformación y la creencia popular de que la energía nuclear puede ser sumamente peligrosa.

Luis Morgado, encargado de comunicaciones de la CCHEN señala que “la tarea es saber cuál es la situación de la energía nuclear y eso se relaciona totalmente con los mitos, el ‘tema’ de la energía nuclear tiene mucho que ver con la respuesta emocional de las personas”.

También, hace hincapié en que para entender la seguridad de esta tecnología es importante informarse y no solo con datos, también con experiencia. “Las personas deben estar en el reactor, verlo funcionar, ver que está ahí el uranio y que ellos están a metros de la fuente nuclear y no les pasa nada y tampoco a la gente que trabaja ahí. No están con trajes espaciales, ni de color verde, ni brillando”, añade.

Esta falta de información también podría atribuirse a los bajos presupuestos en comunicaciones que actualmente reciben organismos como este. “Antiguamente -hace 30 años- la CCHEN tuvo un presupuesto de 1 millón de dólares en comunicaciones y nuestro presupuesto hoy en día con suerte alcanza los 2 millones de pesos al año”, revela el encargado del área.

Un caso evidente de desinformación son las duras críticas que recibió el programa de gobierno del ex candidato a la presidencia Eduardo Artés. Allí se proponía la energía nuclear para la producción de energía eléctrica.

“A mí lo que me llamaba la atención -y aquí hay un prejuicio mío- es que normalmente las personas que pertenecen a ese sector político se relacionan con energía renovable (…) pero no nuclear. Sin embargo, el candidato Artés estaba a favor de la energía nuclear y a mí me sorprendió gratamente”, agrega Vargas.

Los expertos de la CCHEN no descartan la posibilidad de que, en el futuro, Chile recurra a la energía nuclear como energía de base, aunque enfatizan en que se trata de una decisión a nivel país.

“Existe la posibilidad, sin duda, pero más que nada es una decisión de estado. No digo política, sino un acuerdo que diga ‘a nosotros como país nos parece interesante evaluar esta tecnología’ y no descartarla a priori”, señala el jefe del reactor.

Por su parte, Morgado asegura que “el escenario es dinámico” y depende de como evolucionen otros métodos de producción de energía. “Si el día de mañana Chile no tiene resuelta la energía de base porque no resultó el hidrógeno verde o no se usarán hidroeléctricas por compromisos de cuidado ambiental; la gente dirá “ok ¿Cómo lo resolvemos?” y siempre va a estar la opción de energía nuclear”.

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Energía nuclear en Chile: el caso hipotético

Desde BioBioChile, se planetó cómo funcionaría la energía nuclear si en el futuro se implementara en el país.”Hay que tener en cuenta que la tecnología ha evolucionado una enormidad desde que comenzaron los primeros reactores a la fecha. Por lo tanto, con esta evolución cada vez las soluciones son más prácticas y más baratas”, dice Vargas.

Aunque aclara que “no sería la solución a nuestros problemas”, la energía nuclear ya es considerada una ‘energía verde’ en algunos países. Fue a principios de 2022 que la Comisión Europea reconoció la energía nuclear como verde y finalmente en julio el parlamento respaldó este sello.

Además, ayudaría con aspectos críticos relacionados con la crisis climática, como las emisiones. Puesto que la energía nuclear “es una de las energías que no tiene liberación de gases de efecto invernadero en la atmósfera”, asegura Vargas.

El experto hace un alcance de cómo funcionaría un reactor que no fuera solo de investigación, como los que hay en Chile. “Si nosotros empezáramos a generar energía eléctrica con energía nuclear, hay más riesgos. Porque a diferencia del RECH-1 -que funciona ciertos días a la semana- un generador de energía eléctrica tendría que funcionar todos los días”, dice.

Adicionalmente, destaca el salto tecnológico que significaría la adquisición de un reactor para la producción de energía, que sería mucho más avanzado que uno con fines de investigación. Esto implicaría también mayores medidas de seguridad.

“Si nosotros compráramos ahora, hoy, un reactor de generación de energía eléctrica hay un salto tecnológico de casi 50 años. Por lo tanto, las medidas de seguridad inherentes que va a tener ese tipo de energía son sumamente mayores que las que tenemos actualmente”, explica.

Vargas también cuenta que, durante la vida útil del RECH-1 (47 años) nunca se han presentado problemas o riesgos que atenten con la seguridad de las personas que trabajan en el reactor o que viven cerca. Y se asocia a los presupuestos que se inviertan en seguridad “con costos razonables, por supuesto que tendríamos una energía nuclear de base segura y confiable, con un grado de riesgo extremadamente bajo”.

La CCHEN se dedica a estudiar estas posibilidades constantemente, realizando estudios para estar al día con la energía nuclear. Allí se abordan también las normativas que se implementarían para el manero de una energía nuclear de base. “Tendríamos que crear las leyes de 0, desde la base, para que la gente empiece a actuar en función de ese riesgo que vas a empezar a manejar”, complementa Luis Morgado.