Hasta las personas más racionales y objetivas pueden creer en el horóscopo, el tarot o la lectura de manos. El responsable de ello podría ser el efecto Barnum, que deja en evidencia los sesgos de nuestra mente.
Al leer la descripción de tu signo zodiacal es posible que te sientas identificado en muchos aspectos y puede que por ello regularmente te guste leer tu horóscopo. Esto podría ser resultado de algo llamado “Efecto Barum”.
Pero antes de adentrarte en qué significa este concepto, te invitamos a que leas este párrafo y analices qué tanto te identifican las afirmaciones que aparecen.
“Quieres que los demás te conozcan y les caigas bien. Tiendes a ser crítico contigo mismo y a menudo dudas de si has tomado la decisión correcta. Tienes un gran potencial que no siempre has aprovechado. Aunque tengas algunos defectos, te esfuerzas constantemente por mejorar. A veces puedes ser muy sociable y extrovertido, mientras que otras veces eres introvertido y prefieres estar solo. Prefieres el cambio y la variedad y no te gusta sentirse limitado, pero también buscas la seguridad en la vida. Te sientes orgulloso de ser un pensador independiente y no aceptas las afirmaciones de los demás sin una prueba convincente. Te parece imprudente ser demasiado honesto al revelarse ante los demás”
Si te sentiste de alguna manera identificado con este texto y te parece bastante “personalizado”, no eres el único.
Este texto es solamente una descripción muy general con la que la mayoría de la gente tiende a sentirse relacionada. Pero, ¿por qué?
Es porque acabas de ser víctima de uno de los muchos llamados sesgos cognitivos: el llamado efecto Barnum. Nuestra mente nos juega trucos todo el tiempo.
¿Qué es el efecto Barnum?
Tal como consigna DW, el efecto Barnum, también llamado efecto Forer, está detrás de este pequeño experimento que acabamos de hacer aquí y detrás de los horóscopos, las cartas del Tarot, la lectura de manos, etc.
Se trata de un sesgo que hace que la gente crea falsamente que esas descripciones o predicciones de la personalidad son exactas cuando en realidad son casi universales y podrían aplicarse a cualquiera.
Y, lo que es más importante y preocupante, nos hace creer que el método o la persona que está detrás de esas vagas afirmaciones y predicciones son auténticos o incluso que pueden tener poderes sobrenaturales. Por ejemplo, hacernos creer en los horóscopos y la astrología, que no tienen ninguna evidencia.
¿Qué hay detrás del efecto Barnum?
La razón por la que todos podemos relacionarnos fácilmente con esas descripciones generales es porque todos tenemos esos rasgos, solo que en diferentes grados.
No es la falta o la presencia de esas características lo que le define, sino en qué medida las tiene.
Por tanto, decir que “a veces puede ser introvertido y a veces extrovertido” es como decir que una persone tiene un corazón y dos pulmones. Pues claro que sí.
Otra cosa que entra aquí en juego es que, generalmente, tendemos a preferir las ideas o afirmaciones positivas y personales y a rechazar las negativas y menos personales.
Ese sesgo cognitivo más amplio se denomina validación subjetiva o personal y está estrechamente relacionado con el efecto Barnum.
Cómo la mente nos engaña
Los sesgos cognitivos son errores inconscientes que comete nuestro cerebro y que, de alguna manera, distorsionan nuestra percepción de la realidad.
Pueden hacer que tengamos prejuicios o estereotipos, que creamos información errónea, que busquemos noticias y artículos que confirmen nuestra opinión, que juzguemos erróneamente la información y a las personas o, más sencillamente, que seamos “irracionales”.
Pero no todo es malo. Lo que ocurre es que los sesgos cognitivos nos ayudan a dar sentido a este complejo mundo y a tomar decisiones más rápidas o eficaces en algunas situaciones que pueden requerirlo.
Aunque probablemente no nos libraremos de estos prejuicios, ser conscientes de ellos es probablemente algo bueno.