Científicos de Suiza y Estados Unidos afirman haber “despertado” células oculares fotorreceptoras que detectan la luz en los ojos de un donante de órganos cinco horas después de la muerte. Revivieron las conexiones entre ellas.
El avance, publicado la semana pasada en la revista Nature, podría permitir a los científicos prolongar la vida útil de los órganos de los donantes. Además de conducir a nuevas formas de tratar las enfermedades oculares.
Durante su investigación, el equipo midió la actividad de las células de la retina como modelo del sistema nervioso central. Esto para investigar cómo mueren las neuronas y encontrar nuevos métodos para revivirlas, según se lee en el comunicado de la Universidad de Utah.
Los primeros experimentos, tanto en ratones como en humanos, indicaron que la privación de oxígeno es el factor crítico. Este provoca la pérdida de comunicación de los fotorreceptores con otras células de la retina.
Tras esta observación, crearon un método especial con dispositivos para mantener las células oxigenadas durante más tiempo. Esencialmente, alargaron el periodo de tiempo en que las células de la retina y las neuronas podían volver a “vivir” después de que se diera al menos uno de los otros requisitos para la muerte.
“Onda b” en las retinas postmortem
El equipo consiguió ojos de donantes de órganos en menos de 20 minutos tras la muerte. A partir de ahí desarrollaron una unidad de transporte para devolver la oxigenación y otros nutrientes a los ojos del donante.
Así, se restauró una señal eléctrica específica que se observa en los ojos vivos conocida como “onda b” en las retinas postmortem. Tras ser activadas por la luz, las retinas postmortem emitieron unas ondas b concretas.
“Pudimos despertar las células fotorreceptoras de la mácula humana, que es la parte de la retina responsable de nuestra visión central y de nuestra capacidad para ver los detalles finos y el color”. Así lo explicó Fatima Abbas, del Centro Oftalmológico Moran, autora principal del estudio, en el comunicado.
“En los ojos obtenidos hasta cinco horas después de la muerte de un donante de órganos, estas células respondían a la luz brillante, a las luces de color e incluso a los destellos de luz muy tenues”, agregó.
Revertir el daño en células oculares
Según el comunicado, el proceso demostrado podría utilizarse para estudiar otros tejidos neuronales del sistema nervioso central. El equipo confía ahora en poder usar la investigación para revertir algunos tipos de ceguera, como la degeneración macular asociada a la edad.
“La comunidad científica puede ahora estudiar la visión humana de un modo que no es posible con animales de laboratorio”, afirma en el comunicado el científico del Centro Oftalmológico Moran Frans Vinberg, coautor del estudio.
“Esperamos que esto motive a las sociedades de donantes de órganos, a los donantes de órganos y a los bancos de ojos, ayudándoles a comprender las nuevas y emocionantes posibilidades que ofrece este tipo de investigación”, agregó.
Además de que el avance ofrece esperanzas para futuros trasplantes que podrían ayudar a restaurar la visión en aquellos con enfermedades oculares –aunque ese día aún está muy lejos, por la complejidad del proceso–, el estudio proporciona el primer ejemplo de ojos donados que responden a la luz.
Por tanto, plantea cuestiones sobre la irreversibilidad de la muerte, en parte relacionada con la pérdida permanente de actividad neuronal.