La compañía multinacional Heinz logró cultivar su primera cosecha de tomates bajo las condiciones del suelo marciano. El inédito experimento científico, que se desarrolló por dos años, contó con un equipo del Instituto Espacial Aldrin de Florida Tech.
El centro de investigación, que está buscando formas de mantener a la raza humana fuera del planeta Tierra, aseguró que el cultivo interespacial es un área cada vez más importante para la investigación, considerando la degradación del suelo que enfrenta nuestro planeta.
El llamado Project Red comenzó en 2019, probando distintas variedades de semillas híbridas en pequeñas muestras de suelo.
Una vez que se logró detectar cuáles funcionarían en el medio ambiente marciano, pasaron a pruebas de cultivos más grandes, logrando desarrollar uno de los proyectos de características “extraterrestres” más grandes de la historia.
El estudio
Para lograrlo, se creó un invernadero totalmente adaptado que recreó de la manera más precisa posible las condiciones de luz, temperatura y regolito (suelo caracterizado por ser rocoso) del entorno en Marte.
El equipo del Instituto Espacial, dirigido por el Dr. Andrew Palmer, presentó el primero de tres artículos para publicación científica que trazó la misión. Según relatan, realizaron sus experimentos con tierra del desierto de Mohave, que imita muchos de los características del suelo marciano. También hubo un estricto control de temperatura y riego regular.
El equipo, que dedicó más de 2000 horas al estudio, inició con un piloto probando semillas de 30 plantas para luego aumentar el número a 450, convirtiéndose en uno de los proyectos de crecimiento de plantas en Marte más grande hasta el momento.
Palmer explicó que “hasta ahora, la mayoría de los esfuerzos para descubrir formas de crecer en condiciones simuladas marcianas son estudios de crecimiento de plantas a corto plazo”.
“Lo que este proyecto ha hecho, es mirar la cosecha a largo plazo de alimentos: si queremos mantener la vida en otros planetas, debemos ser capaces de comprender cómo podemos cultivar y producir alimentos a largo plazo, utilizando las herramientas que tendremos a nuestra disposición”, añadió.
De acuerdo al científico, “el suelo que usamos en la Tierra está lleno de microbios y hongos que mejoran su condición y facilitan el crecimiento, en cambio, el regolito de Marte tiene una composición muy diferente”.
Sólo el comienzo
Aunque el proyecto produjo cientos de tomates, a diferencia del esfuerzo piloto más pequeño, el programa ampliado produjo menos frutos de lo esperado, lo que sería una señal respecto a los desafíos de conseguir luz, temperatura y riego adecuados en espacios de cultivo más grandes.
“Este proceso está prácticamente en su infancia. La realidad es que creo firmemente que podemos hacer esto. Creo que podemos plantar alimentos en el suelo de Marte. Es solo cuestión de descubrir todas las limitaciones”, añadió.