Unos científicos suecos han determinado que Esparta, una cachorra de león cavernario -Panthera spelaea- encontrado en el permafrost siberiano, vivió hace al menos 28.000 años, según un estudio publicado por la revista científica Quaternary.
El ejemplar, encontrado en 2018 en el río Semyuelyakh en la región rusa de Yakutia, está tan bien conservado que se le pueden distinguir sus bigotes, sus dientes e incluso podría tener todavía restos de la leche de su madre.
Esparta no fue la única cría de león cavernario que fue encontrada en la zona. Los restos de Boris, un cachorro macho, se encontraron a 15 metros de distancia de donde Esparta fue hallada, pero no pertenecían a la misma manada: Boris vivió hace 43.448 años.
Los dos cachorros, de entre 1 y 2 meses de edad, fueron encontrados por coleccionistas de colmillos de mamut. A estas crías se le suman otros dos cachorros de león llamados Uyan y Dina, que también fueron descubiertos en la región en años anteriores.
En la actualidad, lo poco que se sabe de los leones de las cavernas, una especie que se extinguió hace miles de años, proviene principalmente de fósiles, cuerpos momificados por el hielo, huellas y arte rupestre antiguo.
Valery Plotnikov, uno de los autores del estudio, dijo que Esparta estaba tan bien conservada que su pelaje, sus órganos internos y su esqueleto aún estaban presentes: “El hallazgo en sí mismo es único; no había ningún otro descubrimiento de este tipo en Yakutia”, dijo.
“Tal vez algunas partes descompuestas de la leche materna estén (todavía) intactas. Porque si las tenemos, podremos entender cuál era la dieta de la madre”, agregó el experto.
Este tipo de hallazgos se ha vuelto más recurrente en los últimos años. A causa del cambio climático que está calentando y debilitando el permafrost siberiano, el derretimiento del hielo está dejando al descubierto a mamuts, lobos, osos, renos y otros animales. Muchos de estos restos podrían tener más de 40.000 años.